Detrás del olvido

He estado estudiando el tiempo y el espacio, ese hueco entre el consciente y lo casi olvidado, la voluntad no existe en este plano, apenas cantaron los pájaros y te escuche callarlos, 《¡viejo gruñón!, no cambiaras》replico mientras me burlo de ti, pero volteo a mi alrededor y el momento acabo, estás pero no estás, ¿qué clase de verbo es eso de recordar? ¿Una clase de jugarreta baja, que cuando menos lo esperas te lo restriega en la cara? ¿entonces qué tan utópico es el olvido? 

Es como si mi mente decidiera hacer limpieza y en el estante del fondo, donde la niebla es polvo, coloca todo lo que un día ame y en mi vida presente ya no está. Me hace creer que se deshace de los recuerdos, una mentira piadosa, ¿será que el veneno puede convertirse en antídoto? Aún divago con la idea, pero apuesto que tu me entiendes, tenías el don de escucharme hablar entre líneas, tu curiosidad era tan intrépida como la mía. Así que sigo teniendo conversaciones en secreto contigo, donde nada es como antes, pero de alguna forma seguimos intactos en el tiempo, prisioneros del inconsciente en un mundo abstracto, donde escucho tu voz arrullando mis desvelos, mientras suplico al cielo nunca más volver a pensarte.