Celia Valduciel era una chica romántica, fanática de las pelis y libros romanticos. El destino la llevo a encontrarse con Esteban Kukuriczka que estaba dispuesto a darle su propia historia de amor.
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those eyes
new west
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Todo había pasado demasiado rápido, cuando menos se había dado cuenta ya estaba en el aeropuerto lista para tomar su vuelo a Montevideo.
Horas más tarde ya se encontraba en el hotel, le parecía extraño estar sola en un país completamente nuevo para ella, si bien, su papá era argentino y su madre mexicana y había pasado los últimos dos años viviendo en Argentina, jamás había estado completamente sola, todo era nuevo para ella.
Decidió desempacar al día siguiente pues había terminado muy cansada por el vuelo, además de que por la tarde tendrían la primera lectura del guion donde conocería al resto del cast.
Se encontraba nerviosa, varios pensamientos vinieron a su cabeza, pero sabía que tenía que alejarlos para poder dormir.
Para la mañana siguiente, se levantó bastante temprano para tener tiempo de desempacar y arreglarse. Había optado por un conjunto algo formal y un maquillaje natural, peino su cabello en una coleta alta dejando un par de mechones sueltos. Sonrió al espejo antes de tomar su bolso y salir del hotel.
Cuando llegó a su desino se mantuvo de pie varios minutos observando el lugar, estando ahí le parecía más real que estaba por comenzar un gran proyecto.
Le indicaron a donde ir y caminó mientras frotaba sus manos sudorosas en su falda, al pasar el umbral pudo notar una gran sala donde ya había varias personas, muchos estaban sumidos en sus conversaciones, había unas cuantas personas caminando de un lado a otro y unos pocos se percataron de su presencia.
El ambiente en el estudio de grabación era eléctrico mientras el elenco y el equipo técnico se preparaban para la primera lectura de guion de la nueva película.
Celia se quedó de pie mirando todo a su alrededor con una mezcla de emoción y nerviosismo. Mientras buscaba un asiento vacío, sus ojos se encontraron con los de un chico de ojos verdes y bastante pálido, quien estaba sentado al otro lado de la mesa. Hubo un momento de silencio mientras se miraban el uno al otro.
— Puedes sentarte aquí— Hablo el chico, cortando el silencio, señalando el asiento a su lado.
— ¿No sienten que les está temblando hasta el orto? — habló por lo bajo tomando asiento junto a aquel chico.
Aquel comentario provocó una carcajada del varón.
— Ya me cae bien esta mina, la voy a adoptar— Dijo atrayendo hacia él con toda la confianza— Soy Fran
— Cece— Dijo con una sonrisa al separarse— Soy Celia pero creo que suena muy formal.
Poco después entro un hombre de estatura media, llevaba una playera manga larga color negro y pantalón de mezclilla, acomodo con u. dedo sus gafas y con una gran sonrisa les dio la bienvenida.
