Maestro preferido

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S1 01/02/2024:

Noa X Isagi, Ego X Isagi


La enseñanza es una vocación hermosa y digna de llevar, ver crecer a las futuras generaciones que harán grandes maravillas a la sociedad. El sueño de todo profesor es un trabajo maravilloso para aquellas personas que quieren guiar a las personas que quieren aprender.

Una nueva mañana había llegado, en la que el profe Isagi Yoichi como siempre le gustaba recibir en la puerta del salón a sus alumnos. Los recibía con una gran sonrisa y con un Buenos Días con el tono más amable que una persona podría escuchar.

Los niños y niñas estaban felices de ver a su maestro todos los días, era el maestro siempre podías ir con él y contarle tus problemas para que te aconsejara, también si le decías que te contará una historia él cordialmente accedía. No le gustaban las peleas así que era normal tenerlo como réferi para detener peleas entre padres.

Por las tardes, cuando se acababa el periodo de clases si tenía que reportarle algo a los padres se quedaba en la entrada para comentarles, aunque era más común verlo despedir de los alumnos y desearles un lindo día así como recordarle que hagan sus deberes.

-Buenas tardes, vengo por Leah.

-Oh, si. Ella... –Isagi quedó atónito al ver un hombre de alto frente a él–. Ella... está jugando. ¿Usted es...?

-Soy Noel Noa, tío de Michael Kaiser.

Una pequeña de cabello rubio con magenta abrazo la pierna del hombre– ¡Tío Noa! ¡Te extrañe muchísimo!

-Leah, mi niña bonita.

-Oh, ya veo que si lo conoces Leah-chan...

-Yoi-sensei, si. Él es mi tío, él me trae muchos regalos de otros lugares.

-Ya veo... perdón por la desconfianza. Isagi Yoichi, profesor de Leah. Nadie me informó que otra persona buscaría a mi alumna.

-No, la culpa es mía. Quería darle la sorpresa a mi sobrina, fue de improvisto.

Era muy común que parientes buscarán a los niños para darles sorpresas, así que le pedía a los padres que le informaran por cualquier cosa. Esta vez no solo la infante tuvo un lindo detalle al ver que su tío la recogía después de la escuela, sino que el profesor vio a un hombre guapo con ojos amarillos, por el nombre era obvio que era extranjero igual que la menor.

-Buenas, Kunigami Jun –una nueva voz habló, un hombre de ojos negro y ojos oscuros.

-Buenas tarde, Jinpachi-san. Disculpe un momento Noa-san.

Fue a buscar a su otro alumno, se encontraba centrado cerca de la entrada míranos a las hormigas.

-Hola Jun-kun. Tu tío Ego está aquí.

-¿¡De verdad!? Sii~, hoy es día de entrenar –el pequeño con ojos naranja y cabello rosa-rojizo brinco de alegría.

-Jaja~. Mucha suerte, vamos.

Al volver se topó con los dos hombres que dejó en la entrada mirándose con un odio desenfrenado. Isagi sostenía la mano del niño pero este se soltó y corrió a donde está su tío; el profesor notó que también se ruborizó un poco al ver a la niña que estaba ahí. Si su imaginación se lo permitía, podría sospechar que era un amor de infancia.

-Hola, Leah-chan...

-¡Jun-kun! También te vino a buscar tu tío. Mira el es el mío.

-Oh... Hola tío de Le-

-Jun, no saludes a este hombre.

-¿Eh? –ambos niños se quedaron sorprendidos.

-Leah, no te juntes con este señor. Tampoco con el niño, sus principios no son buenos.

-¿Qué dijiste, cyborg? Jun y Leah son buenos amigos.

-Ya no más. Mi Leah no puede llevarse con alguien que solo le importa los resultados.

Una pelea estaba creciendo entre aquellos dos, tanto Jinpachi como Noel no cedían a los argumentos sin céntimo. Los niños se miraban cabizbajos y tristes, nos estaban muy lejos de llorar, Isagi sabía lo bien que se llevaban esos dos a pesar de ser de salones diferentes.

Los problemas de los adultos no debían incluir a los menores, ellos no tenían nada que ver con los asuntos de otros ni mucho menos manipularlos a su antojos como si fueran cosas.

-¡Basta! Señores. No voy a permitir que discutan con mis alumnos enfrente suyo.

-¿Huh? –dijeron al unísono los dos mirando al profesor.

-Ejm, los niños son buenos amigos y sus problemas no son de ellos –aunque su cuerpo temblaba, sus palabras eran firmes.

-¡Yoi-sensei!

-Lo siento. Me desubique, no pensé que me toparía con este viejo rival mío.

-¿Viejo? Si ves tu cabello, es blanco. Tu eres el viejo.

-Te recuerdo que tanto tú como yo tenemos 32 años, ambos estamos viejos.

-Jajajaja, oíste Jun-kun. Son viejos... Ja ja ja ja~

-Si, Leah-chan. Ja ja ja ja~

Al escuchar la risa de los niños supo que hizo bien en intervenir, aunque fuera amor o solo una bella amistad no se iba a quedar de brazos cruzados al ver que separaban a tan lindos pequeños.

-Disculpe, Isagi-sensei. No volverá a ocurrir, gracias por cuidar a Jun.

-No se preocupe, Ego-san. El placer es mío, Jun-kun es un buen niño.

-También me quiero disculpar, Isagi-sensei. Fue una pésima primera impresión.

-Para nada, Noa-san. Leah-chan se alegró que la viniera a buscar.

Se agachó para decirle a los niños que se portaran bien y que los esperaba mañana para un nuevo día, también les dijo que fueran buenos amigos y si tenían un problema que lo hablaran juntos.

-Adiós, Yoi-sensei.

-Hasta mañana, niños.

Los dos hombres en cambio le dieron una mirada al maestro un como indescriptible, pero provocó un leve rubor en su rostro por no saber qué significaba.

-Lo veo mañana, profesor.

-Cuídese de regreso a casa, Isagi-sensei.

-... Si... gracias.

Sin saber que esa sería una sentencia de la cual podría arrepentirse después, sabía que estaba mal y era poco ético mezclar su vida personal así como su vida laboral. No era culpa suya, ambos eran hombres misteriosos y la única cosa que sabía de ellos es que eran familiares de sus apreciados alumnos.

De seguro era una prueba divina ya que esos dos son más altos que él, con lo que es débil a los hombres que trataban bien a los niños y sin mencionar de lo guapos que son. Y lo que era de su suerte, ninguno llevaba sortija en la mano o algo parecido, le tocaba reafirmar su papel de excelente maestro. Una tarea fácil para un maestro ejemplar.



➔Fin /// NAIS & EOIS

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