CAPÍTULO 23. MI MUJER

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Sergio salió de la presencia de sus padres, Marisa lo miró muy enojada por su comportamiento.
—¡Basta Sergio! Tu no harás nada, y Arielle se queda con su madre hasta que cambie esa absurda actitud.—¡respondió Marisa mientras su hijo caminaba a la salida.
Alexander a paso acelerado trató de alcanzarlo, lo vio subir a su auto y salir como alma que lleva el diablo.
Los pensamientos y sentimientos de Sergio eran un lío, tenía sentimientos encontrados, enojo, al no dar con el paradero de Arielle, y con ella Nohelia.
Dio golpes al volante, y lo apretó tan fuerte que sus nudillos se tornaron blancos.
—¡Carajo! ¿Dónde se metió? ¿¡Donde pude haber ido,  donde pudo haber ido carajo!? —se cuestionaba así mismo, dio vueltas y no podía siquiera imaginar donde estaba, descubrió que entonces no sabía nada de Nohelia, no sabía si tenía una amiga ni nada que le diera una idea de dónde estaba.
Los días pasaron convirtiéndose en semanas y estos en meses y aún no lograba encontrar una sola pista de ellas. Un día, volvió a la mansión Bright y entonces fue que escuchó hablar en video llamada a Alexander y a Marisa con su nieta, quedando en silencio escuchó por fin donde encontrar a su hija y a Nohelia.
—¿Estas bien mi pequeña, Eres feliz?
—Si abuelo, mi abuela es muy linda, divertida hacemos pasteles muy ricos. ¿Cuándo vienes a verme?  te extraño mucho abuelo.
—Pronto iremos mi amor, muy pronto. 
—Cuando vengas te haré uno de mucho chocolate.
—¡Mm! que delicioso será ese pastel hecho por mi nieta. Pronto mi amor, pronto iremos a Ecuador a verte.

"Ecuador, te fuiste a tu país, por eso jamás pude encontrarte Nohelia.
Sergio salió sigilosamente sin ser escuchado y visto, caminó a su auto y salió de ahí.
—Ire por ti Nohelia, por ti y mi hija, volverás conmigo y volveremos a ser una familia.
Llegó al aeropuerto y sin decir una palabra a nadie, viajó a Ecuador en busca de Nohelia y su hija.
Y ahora estaba ahí en un restaurante esperando la llegada de Arielle y Nohelia.

Nohelia después de recibir el mensaje de Sergio, cogió su cartera y salió tras de Nikolay subió a uno de los autos dispuesto para ella y fue a la escuela.
—Por favor, pronto a la escuela de mi hija.—ordenó al guardaespaldas.
En el transcurso del camino Nohelia trató de comunicarse con Nikolay sin tener respuesta.
Llegaron al colegio y lo vio con Arielle en brazos a lo que se apresuró a ir a su encuentro.
—Mami, hoy no iré a clases, hay el programa de padres y unas niñas se burlaron de mi por qué papá no me viene a dejar al colegio, dicen que no tengo.—escuchar eso le rompió el corazón a Nohelia, cogió el celular y le envío la dirección a Sergio explicando la necesidad de su presencia.
Nohelia pidió a Nikolay dejar a Arielle en el auto para poder explicar.
—¿Y como dio con nosotros? Si se borraron todas las evidencia?
—No lo sé Nikolay, pero está aquí y está llegando al colegio, no voy a permitir que mi hija sufre por mi culpa.
—No es tu culpa mi hermosa, la culpa es de Sergio. ¿Le dirás del bebé?
—No puede verme, yo estaré aquí mientras él está con Arielle.
—No te podrás ocultar siempre.
—Pero hoy si, pronto se irá, es a su hija que viene a buscar, no a mi.
Nohelia estaba dentro del auto cuando llegó Sergio, su corazón latía tan fuerte al verlo tan serio y arrogante, bajar del suyo y Arielle corrió a sus brazos, y fue recibida por su padre.
—¡Papito! ¡viniste! ¡viniste! Estás aquí, ven vamos voy a presentarte a mis amigas.—abrazándose a su padre  gritando de felicidad le pidió ir con ella al interior del colegio.
Sergio sentía que su corazón latía tan fuerte por la emoción de su hija. Miró a todos lados y no vio a Nohelia por ningún.
—¿Estás sola aquí? Y ¿mamá donde está? —Interrogó por lo bajo, Arielle miró en dirección al auto y Sergio entendió.
Una llamada le entró en su móvil y vio que era Nohelia, cortó la llamada y caminó en dirección a dónde estaba ella.
—Puedes salir un momento por favor.
El celular volvió a sonar y contestó.
—Nohelia, por favor hablemos.—dijo mirando a través del cristal de la ventana del auto.
—Tu compromiso es con Arielle en el colegio, por eso estás aquí, cuando el programa termine, por favor me envías un mensaje y vengo por ella.—habló Nohelia en tono frío, que Sergio comprendió pero no lo aceptó.
—Yo iré a dejarla y....—sus palabras fueron interceptados, la llamada se finalizó y el auto salió de ahí, Sergio la vio irse intentó dar un paso en su dirección, pero no lo hizo, se giró y se adentró para ir al programa de Arielle.
Las horas pasaron, y Sergio pidió al chófer de Arielle guiarlo.
Nohelia sentí su corazón agitado, no creyó que ese día viviría algo tan rápido con el encuentro con Sergio, tenerlo ahí y sin poder ocultar su abultado vientre era algo que no fío tiempo de planear.
—Tranquila mi hermosa, yo estoy contigo, todo estará bien. —Nikolay entrelazó sus manos con las de ella tratando de calmarla.
—Nikolay, no creí que hoy  lo tendría de frente, aunque allá sido a través de un cristal lo tuve de frente, creí morir.
—Piensa en el bebé hermosa, tienes que estar tranquila.
—No puedo Nikolay, con Sergio aquí no podré estar tranquila, me quitara a mi hija.
—Sabes que no te dejaré sola, me iré el día que tú me lo pidas.
Nohelia miró a Nikolay y se abrazó a él, respondiendo a ese abrazo él percibió su aroma que cada día lo anhelaba mas.
—Sé  mi esposa Nohelia, te amo.—susurró a su oído, Nohelia se separó y lo miró fijamente a sus ojos, apretó sus labios formando una línea.
Nikolay acunó su rostro entre sus manos y se acercó mas, tanto que sus alientos se mezclaban, y en un roce de labios, volvió a pedir.
—No quiero perderte nuevamente, sé mi esposa, mi hermosa dime qué me aceptas.
Nohelia sintió estremecer su cuerpo, no esperó en ese momento esa propuesta, aún estando consiente de los sentimientos de Nikolay.
—Nicolay, no quiero ser un problemita en tu vida, con tu familia, tu padre espera que cumplas con tu compromiso, y por supuesto esa mujer no soy yo.
—Pero para mí eres tú, y no me importó haber renunciado a ser el heredero de la organización por estar contigo lo haría mil veces por ti.
Nikolay, dejó un tierno beso en los labios de Nohelia, mientras ella tenía sus manos en las caderas de Nikolay.
—Nikolay, tengo dos hijos, y....
—Los amaré tanto como te amo a ti, amo a esa hermosa versión tuya, que es un torbellino, y a él, también lo amaré, jamás voy a impedir el trato con su verdadero padre.—expresó Nikolay mientras acarició su vientre.
Nohelia sonrió feliz  mientras eran observados por Sergio, que al ver a la madre de su hija, estar intercambiando miradas y sonrisas con otro hombre, le produjo un mal sabor de boca, apretó su quijada tan fuerte que sintió doler sus dientes, miró fijamente la escena, apretó el volante y se giró a mirar a Arielle.
—Hija, vamos mamá está esperando.—habló sin quitar la mirada de la escena, y su sorpresa fue letal al verla con un abultado vientre al momento de Nohelia girarse.
—¿Embarazada?—se preguntó sin ocultar su sorpresa frente a su hija.
—Si papá, tendré un hermanito, ven vamos, tienes que sentir sus pataditas.
Sergio bajó del auto junto a su hija,  Nohelia lo vio acercarse y sintió un temblor en su cuerpo, buscó la mano de Nikolay para sentir su protección, y la apretó tan fuerte, a medida que Sergio se acercaba.
—Tranquila mi hermosa, yo estoy contigo. —susurró Nikolay a su oído, lo que Sergio vio como un beso en el cuello.
Se acercó y la miró fijamente a los ojos, Nohelia sentía su mundo tambalearse, y lo supo ocultar.
—Gracias por traer a mi hija.—expresó sintiéndose nerviosa.
—También es mi hija, y no tenías que desaparecer con ella sin decirlo.
Nohelia le sostuvo la mirada y pronunció su repuesta.
—No veo por qué tendría que decirte lo, Alexander y Marisa lo sabían y tú no querías saber de nosotras.
Nikolay hizo señas de llevar a la pequeña a dentro para que Nohelia pudiera decir lo que tenía que responder.
—Tengo mucha hambre papito.
—Está bien mi vida, ve, yo me pondré de acuerdo con mamá para venir por ti.
Arielle se despidió de Sergio y se adentró a la residencia.
Nohelia la vio irse y se giró a mirar s Sergio.
—¿Qué pretendes Sergio?—preguntó mirando lo.
—No entiendo tu pregunta Nohelia, quiero a mi hija.
—¿Acaso te escuchas? Te recuerdo que tú...
—Es mi hija Nohelia. —aseveró.—y la quiero conmigo. "Junto contigo" —pensó.
Nohelia parpadeó sintiendo su corazón romperse en mil pedazos, al ver a Sergio reclamar a su hija y no a ella.
—Es mi hija, y tú nos rechazaste, ¿Qué te hace creer que te la dejaré?
—Por qué sería lo mejor para ella, tener una familia.
—Mi hija tiene una familia, y hogar.
—Su familia y su hogar somos tu y yo. —aseveró con voz ronca sin dejar de mirarla y continuó.
—No quiero recordar el contrato de vientre de alquiler.
Nohelia no creía lo que escuchaba, ¿Cómo era posible que el hombre que amaba le dijera eso?
—¿Acaso me estás amenazando?  No lo creo Sergio, estás loco.
Sergio la miró fijamente y bajó la mirada a su vientre abultado.
—No es una amenaza, solo quiero a mi hija conmigo.
—La tendrás cuando quieras, pero no la apartarlas de mi nuevamente. —sentenció Nohelia girándose para seguir su camino en compañía y de la mano de Nikolay, Sergio apretó sus puños al ver la escena sintiendo bullir su sangre.
—No me importa que lleves un hijo de ese imbécil, tu vendrás conmigo.
Se dijo a si mismo se giró y fue a su auto, subió y se quedó mirando mientras Nohelia desaparecía y salió de ahí como alma que lleva el diablo.
—Volverás a mi Nohelia, volverás a junto a mi, por qué eres mía. mi mujer.

Un hijo para el CEO Where stories live. Discover now