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miércoles

Tres meses después. Muchos ensayos, pruebas de decorado y vestuario después, llegaban las últimas semanas de trabajo, donde Iván y Rodrigo dedicaban muchísimas horas a perfeccionar cada escena y cada interpretación. Aunque claro, también dejaban tiempo para poder besarse sin parar entre los pasillos y vestuarios de la producción. Durante todo este tiempo lo habían estado ocultando a ojos de todos (o bueno, casi todos), y eso hacía que la adrenalina recorriera todo su cuerpo cuando corrían hacia los pasillos más vacíos y escondidos de la producción. Durante uno de esos días, a Rodrigo le carcomía la idea del porqué tanto ocultismo detrás de sus besos.

Iván. —dijo Rodrigo, mientras agarraba la mano del más alto, lo solía hacer cuando quería llamar su atención de forma mucho más discreta, pero esta vez estaban en medio del pasillo principal. El azabache se sorprendió por el repentino afecto en un lugar "demasiado" concurrido.

Rodrigo... Aquí no, ya lo sabes. —habló Iván con un semblante serio mientras miraba su alrededor por si alguien los estaba observando. El más pequeño chasqueó la lengua y soltó el agarre.

En serio... No es nada de eso. Simplemente tenía una duda. —Interrumpió Rodrigo, ligeramente molesto por la recurrente preocupación de Iván por no ser vistos. El más alto lo miró, asintiendo, escuchándolo —Por qué tenemos que ocultarnos? Quiero decir, no es un poco obvio lo nuestro?

El rostro de Iván cambió rápidamente de semblante. Mirando de arriba hacia abajo a Rodrigo, con la mirada tremendamente seria, lo que hizo temblar al bajo.

Alexis y Germán, lo saben? —comentó Iván, sabía que el castaño podría habérselo contado a sus amigos, o quizás se le escapó. Rodrigo negó con la cabeza, extrañado por la respuesta.

Iván, lo intuyeron. Solo hay que ver lo juntos que siempre estamos, la forma en que nos hablamos, como me miras... y el hecho de que no sabes usar bien el maquillaje... —dijo Rodrigo sonriendo acariciando el cuello de Iván, el cual tenía un chupón hecho por el castaño, mal tapado.

El más alto sonrió ante la ironía en la que toda su preocupación se transformaba. Quizás había pensado tanto en crear la identidad que esperaban de él, que se había olvidado de quién era él en realidad

Iván, déjame besarte... delante de todos. —susurró Rodrigo, acercándose al rostro de Iván.

Epa! Alto, vaquero —dijo sonriendo Iván mientras le tocaba la nariz al pequeño y lo alejaba sutilmente de él —Vayamos más lento, sí?

El más alto le agarró ambas manos al chico de ojos esmeralda, y las besó suavemente. Ante ese pequeño movimiento Rodrigo sonrió tímidamente, sabía el esfuerzo que había sido para Iván hacer eso, más tarde se lo agradecería...


sábado

Hoy la producción tenía un día de descanso, así que Nicolás e Iván aprovecharon para juntarse en casa del azabache para poder pasar un día como los de antes. Pidieron unas pizzas, y se pasaron el día jugando a videojuegos y viendo algunas películas.

Buhaje, va siendo hora de que venga algún día salgamos de joda... —comentaba Nico, mientras agarraba otro pedazo de pizza de la mesa y se reclinaba en el sofá— Como lo echo de menos, boludo.

Cuando acabemos la función es lo primero que haremos, promesa. —continuó Iván imitando la posición en la que se encontraba su amigo.

Podríamos invitar también al grupito de tu "novio"? Son re buena onda! —comentó Nicolás tranquilamente, mientras agarraba el mando para continuar jugando.

¿Qué novio? ¿Qué hablas? —intentó comentar Iván neutralmente, mientras levantaba la cabeza, sorprendido y sonrojado. Definitivamente, no esperaba el comentario de Nico.

Iván, no te hagas el pelotudo, sé que sabes actuar muy bien porque eres actor y todo eso, pero soy tu mejor amigo, sabes? Veo como os miráis y como le hablas, amigo... Yo no diré nada a nadie, si es lo que te preocupa. —comentó Nico, sus ojos bajaron hasta el cuello del azabache — Además, sigues con eso. —señaló su amigo riendo al chupón todavía evidente en el cuello de Iván.

¡Ugh! Qué vergüenza, boludo... —dijo Iván, no podía creer lo evidente que había sido a ojos de su mejor amigo. Enterró su cabeza entre los cojines del sofá.

En fin, amigo, cuando se te pase la vergüenza deberías invitarlo a él y sus amigos algún día a que pasen un día con nosotros, podríamos ir a aquel parque de atracciones. —siguió con normalidad Nico, mientras continuaba jugando.

Lo pensaré, sí... —dijo Iván, aún enterrado entre los cojines.

Aunque todavía no había hablado con Rodrigo sobre cuál era la relación que mantenían entre ambos. La palabra "novio" tampoco le sonaba extraña a Iván, incluso le gustaba y fantaseaba con presentar al castaño de ojos esmeralda así.

acting - rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora