El último de su especie

21 7 0
                                    

Arribamos en una costa al sureste de Cuba, tuvimos que atravesar un canal estrecho, pero Azote de Dios no tuvo problema en cruzar. El clima de este lugar es frío a pesar de ser el Caribe, el cielo está nublado y el ambiente es húmedo. Después de atar el barco en el puerto, bajamos a la playa en la que se puede ver una ciudad con casas blancas en la distancia

-Nos hemos metido en la boca del lobo -mencionó Awdry alarmado-. Estamos en Santiago, capitán. Se encuentra el castillo del Morro: fortaleza militar... española.

-No debería sorprenderme, Antoine consiguió el mapa de un barco militar. Vamos a interceptar con el ejército español y eso es... escalofriante -reí de forma nerviosa.

No tuvimos que caminar mucho hasta llegar a la ciudad de Santiago: se encuentra rodeada de cultivos así como palmeras y una gran floresta en el fondo. Cuba forma parte del virreinato de España, así que la arquitectura es similar, incluso resuenan las campanas de una imponente iglesia y al lado hay un ayuntamiento; sin embargo, abundan las casas humildes y pobres.
La etnia es realmente variada, hay desde peninsulares hasta mestizos e indígenas, pero solo vemos a estos últimos viviendo como indigentes y vistiendo de mala manera, son vagabundos en su mayoría. Mientras que la "raza pura" es la clase social más alta y no muchos rondan por aquí.

Siendo honesto, me siento cómodo estando aquí a pesar de que las clases sociales son una porquería. Mi tono de tez moreno no es común en Francia y casi siempre me miraban con asco y repulsión porque seguramente soy un mestizo, pero aquí el tono de piel no importa a los ojos de los ciudadanos -una verdad a medias-

Paseamos por la ciudad buscando señales del cargamento de los animales o de otros piratas para darnos una pista, pero no tenemos éxito, llegando al punto de preguntar a los ciudadanos, no hubo resultados.
Tuve una idea en cuanto ví la zona de bazares en la calle más ostentosa: las casas parecen mansiones y solo tienen acceso las personas de clase alta. La idea es que Awdry y yo nos vamos a camuflar para entrar y obtener información, mientras el resto de mi tripulación se acercará con sigilo.

Nos reunimos en el barco y les informé del plan, estuvieron de acuerdo. Luego, llevé a Awdry al almacén donde guardé algunas prendas que tenía en mi mansión y le presté mi ropa

-¿Casi siempre se vestía así, capitán? -preguntó Awdry mientras se cambiaba detrás del palo menor del navío.

-Diariamente -respondí, acomodando las muñecas de mi camisa-. No es un mal estilo, pero no es fresco, además, odiaba usar pantalones cortos, medias y zapatos formales, parecía payaso.

Llevo puesta una camisa lisa y negra, un chaleco aterciopelado del mismo color y encima mi saco blanco, añadiendo un cuello cravat rojo: es un collarín que va envuelto alrededor del cuello y del frente se abulta pareciendo el pecho de una paloma.
Awdry acabó de vestirse, él lleva un traje similar al mío, pero en colores blancos y beige. Tiene la camisa desfajada y el chaleco abierto, lo ayudé a acomodar su atuendo

-Estos detalles son vitales o podrían acusarte de vago o mugroso... lo digo por experiencia -expliqué mientras abotonaba su chaleco.

Regresamos a Santiago, mi tripulación está sobre los techos de las casas ocultándose entre las tejas y siguiéndonos con cautela mientras nosotros nos adentramos a la zona comercial.
Caminé con porte y delicadeza, asemejando los pasos de un gato. Awdry copiaba mi andar, aunque se ladeaba. Mientras veíamos de reojo los puestos y escuchando algunas conversaciones que nos fueran de utilidad, dos comerciantes platicaban acerca de los navíos españoles, así que nos acercamos con disimulo y analizamos lo que vendían

-¿Escuchaste sobre los animales provenientes de Yucatán? Irán al castillo del Morro para conseguir refuerzos de regreso a España -susurró un comerciante al otro.

Cuervo de dos cabezas: El falso leproso #PGP2024Onde histórias criam vida. Descubra agora