Sólo es un Juego [Drarry/Harco]

I

(...)

Un rubio apareció en mi vista, pleno lunes y tendría que soportar ver a este imbécil, Malfoy... aunque sea un completo idiota, egocéntrico, malicioso, purista de sangre, asqueroso y repugnante ser, no puedo negar en cierto modo de que él es atractivo. No... ¿Qué estoy diciendo? Vamos Harry, compórtate y deja de pensar en Rubio Oxígenado Malfoy.

—¿Qué pasa, Potter? ¿Qué tanto me miras? —comenzó a reírse burlonamente—No me digas que estás enamorado de mí, ¿cierto?— se quedó viéndome mientras reaccionaba—

—¿De qué estás hablando, Malfoy? Si te miro es para contemplar tu fabulosa... —HARRY NO LO DIGAS, ¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO?—Tu fabulosa asquerosidad físicamente. —Merlín, sigo sin creer cómo me salvé el culo...—

—Pff, como quieras, Potter. No me interesa que un Cara Rajada me diga feo. Esa cicatriz representa lo débil que eres, ¿recuerdas? —Mierda, ¿en serio se fue sin más? Esa cicatriz no representa debilidad, algo que tú sí tienes, no como yo, teñido—

Ambos teníamos que ir a Defensa Contra las Artes Oscuras con Moody, el nuevo profesor. Como todos los malditos años, ¿qué tenía esa asignatura que la hacía imán de mortífagos encubiertos?

Para mí sorpresa, Malfoy llegó antes que yo. Lo veía apurado, pero no demasiado como para llegar a esa velocidad.

—Vaya, es el mismo Harry Potter, ¿algo que tengas que usar como excusa para hasta ahora injustificada llegada tarde?

—Lo siento, profesor, no volverá a suceder. —Por Merlín, primer día y ya llegada tarde—

—5 puntos menos para Gryffindor. Ahora vete y siéntate junto a el Sr. Malfoy. —¿QUÉ CARAJOS DIJO?

No estaba mirando siquiera a Malfoy y ya sentía su mirada fulminándome, si las miradas mataran, yo estaría tres metros bajo tierra.

—Vaya Potter, ¿de verdad estás tan enamorado de mí que necesitas estar al lado mío? —Se echó a reír. Cállate de una vez si no quieres que te calle de un puñetazo en la boca—

—Para mi mala suerte, Malfoy, estoy contigo. A tu lado, lo que es vomitivo para mi cuerpo y mi vista.

—No creo que pueda hacer algo más para tu vista Potter, sigues siendo el mismo ciego que siempre, ¿o crees que con mi belleza se te arreglaría tu miopía? —Empezó a reírse, aunque por su culpa el profesor nos regañó—

—Cof, cof - tosió sarcásticamente —No sé qué es tan gracioso Sr. Malfoy, pero me aseguraré de que se te borre esa sonrisa con 6 horas de detención—Quería reírme con todas mis fuerzas pero esa oportunidad se me fue interrumpida—Y usted también, Sr. Potter. Tendrán que verme después de clases, ¿entendido? Ahora presten atención y dejen de molestarse entre sí.

Terminando las clases fuí al salón del profesor. Me topé con Malfoy, así que tuvimos que ir juntos. De sólo pensar eso, mi estómago empezó a hacer un nudo queriendo vomitar.

—Créeme, Potter, si tú estás enojado por pasar tiempo en detención, yo lo estoy más por pasar tiempo contigo. Con suerte no se me contagiará la estupidez Potter. —Me miró horrible, y eso me enfureció más. De no ser por estar al frente de la puerta del profesor, le hubiera puesto mi varita en su cuello soltando un agradable Avada Kedavra—