Dios quita, Dios da

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A veces la vida te quita personas y te regresa a varias, no es como que te devuelva algo si embargo... Como dicen por ahí: “Si es para ti, regresará y si no... Nunca lo fue.”
Estaba preparándome para ir con mis amigas a un antro, por primera vez había aceptado sin chistar así que suponía que debía haber algo especial.
Un aroma familiar inundó mi nariz y me gire para ver de donde provenía.

Este perfume es realmente encantador... ¿Dónde lo compraste? — dijo Miz mientras se echaba un poco más de la fragancia.
Los recuerdos vinieron a mi primer año de la escuela media y solo sonreí amargamente.

No lo recuerdo, me lo regalo un... Amigo... — Dije dudosa mientras veía el frasco, entonces los flashbacks inundaron mi mente de aquellas aventuras con mi amigo, una pequeña águila en su mínimo explendor y sonreí.

Oh... En ese caso no debí echarme... Toma, es una noche especial y... — el teléfono de una de nosotras estaba sonando, curiosamente era el novio de Miz por lo que sabíamos que iba a cancelarnos por pasar una noche más con el que según ella era su amor de verdad... Al menos en ese mes.
Reímos y nos despedimos deseándole suerte, al final le hice caso y me eche un poco de aquel perfume que deje abandonado cuando mi amigo se fue de la escuela persiguiendo un sueño.

Salimos de mi departamento y para relajarnos escuchamos música preparándonos para esa noche llena de bailes.
Al llegar al lugar, como siempre, me arrepentí... Me cruce de brazos y camine hasta la barra para pedir una margarita sin embargo la cercanía de alguien me hizo asustarme.
Gire mi cabeza suavemente para ver quién estaba detrás de mí y al principio quise huir, pero había algo familiar en su cara. Me asuste más cuando se acercó a mi cuello y olfateo éste.

¿Aún lo usas? — exclamó el hombre con una sonrisa orgullosa.

— ¿Le conozco? — cuestione nerviosa tratando de adivinar quien era.

No puedo creerlo, ¿me has olvidado? — Dijo pegándome a él y solo aleje sus manos. Mis sentidos me gritaban que saliera de ahí, mire una vez más su rostro y mis ojos se abrieron sorprendidos.

¿G-Graves? — Exclame levantándome de mi lugar y tocando su rostro viendo lo cambiado que estaba. Paso de ser un muchacho torpe y sin madurez a todo un hombre que se veía inteligente, experimentado y confiado.

Oh, my little girl... No has cambiado nada, sigues siendo cabeza hueca. — dijo riendo agachando su cuerpo un poco y solo negué.

Tú... Pequeño diablo. — Dije haciendo un puchero sentándome de nuevo en donde estaba y lo ignore.

— ¿Nos vemos después de años y lo único que haces es fingir que no estoy?

Bueno, hoy es noche de chicas así que no me culpes... — Dije mientras tomaba el trago que me habían traído.

— ¿Mejoró tu tolerancia?

No lo sé, lo averiguaremos. — Dije y él se sentó junto a mí, los tragos vinieron, uno tras otro. Platicamos sobre lo que había pasado después de que entro a los marines y como es que continúe estudiando. Perdí a las chicas de mi vista pero no me preocupe tanto, la noche transcurrió tranquila hasta que una frase me tomo por sorpresa.

Realmente quiero besarte... — escuche mientras me sostenía de él para salir del antro.

Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad." pero yo me pase de sincera porque cuando nos subimos a su coche lo bese inmediatamente.
Después de eso lo único que recuerdo fue poco...

Eran aproximadamente las 6 de la mañana y mis párpados algo pesados comenzaban a despegarse, la suave textura de las sábanas me hicieron sentir un cosquilleo. Me levante lentamente ya que un dolor en mi espalda baja, piernas, brazos, cuello... ¿Caderas?
Mis ojos se abrieron de golpe y mi respiración se agitó rápidamente, estaba desnuda en una cama totalmente diferente a la mía, llena de marcas y algunos moretones en mis muñecas.

Phillip Graves/ headcanons y one shortsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora