Capítulo 6.

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— ¿Qué mierda está pasando aquí? — Preguntó Bernard.

Y es que la verdad, ni yo sabia muy bien lo que estaba pasando ahí.

Pero todas esas cosas, se combinaron con las otras y... termine regresando todo ese alcohol ingerido por la boca. A un lado de Nathan, todo el vomito quedo fuera del jacuzzi por suerte.

Mis piernas quedaron sobre las piernas de Nathan, abiertas, con el torso de Nathan entre ellas. Y obviamente como es un caballero, hizo a un lado mi cabello para evitar que se llenará de vomito y su otra mano sobre mi cintura. Que fortuna la mía la verdad.

— Salgan todos de ahí, ¡ahora! — Grito Bernard, marcandose una venita en su cuello por el enojo.

Nathan y yo nos miramos una última vez y de repente mis brazos fueron alzados y me cargaron fuera del jacuzzi, era Connor.

De pronto todo el alcohol en mi sistema se sentía yéndose muy lejos poco a muy poquito.

Él tomó una sudadera qué estaba junto con las cosas con las que llego, era de él obviamente porque era del equipo de fútbol, traía el número 19 y su nombre.

Fortuna mía por dos, las hermanas Cooper flacas sin chiste estarían muriéndose justo ahora por estar en mi lugar. Quizás un poco lejos ebrias.

— Siéntate aquí. — Indicó señalando un pequeño escalón donde estaba la puerta de cristal para entrar a la casa. Y luego desapareció a despedir a sus invitados.

Con mis pies descalzos tocando el césped y la cabeza dándome vueltas, me abrigaba con la sudadera de Connor, miraba como todos corrían de un lado a otro tomando sus cosas y huyendo de la irá de Bernard.

Parecía como esas películas donde hay una fiesta y de la nada llega policía y tienen que huir.

Solté una risita, mientras Bernard tenía sus ambas manos en su cintura observando la escena igual que yo, solo que él muy sobrio y yo en estado cuestionable.

Estaba dándome la espalda sin darse cuenta que yo estaba ahí, tenía un muy buen trasero, incluso mejor que el mío y eso que yo estaba más o menos bien dotada.

— ¿Y tú de que te ríes? — Preguntó mirándome de reojo, definitivamente esta muy molesto.

Pero, desde ese punto se veía todavía más alto y guapo, no lo voy a negar.

— No, nada. — Dije titubeando.

— ¿Has bebido? — Preguntó frunciendo el ceño, dándose la vuelta y ahora todo su cuerpo frente a mí, apuntandome con esa mirada azulada fijamente.

No puedo negarme a aceptar que mi mirada comenzó desde sus zapatos finos verdaderamente limpios, luego a sus pantalones planchados y un poco ajustados, qué resaltaban partes en específico en las que me quede embobada unos segundos.

La edad de la punzada amigos.

— ¿Qué miras? — Preguntó de vuelta.

Y yo comencé a balbucear... — Connor dice que hago muchas preguntas pero en realidad quien las hace eres tu Beny bonito — Finalice poniendo mis manos en mi rostro dramáticamente.

¿¡Beny bonito!?  ¿enserio?

Él giro los ojos y se sentó a mi lado en el piso.

— Te vez muy graciosa y tierna estando medio ebria. — Dijo sonriente. — Pero si soy honesto, odio la idea de que hayas bebido. — Garraspeo su garganta y quito su mirada de estar en mi cuello descubierto hacia el frente. — ¿Besaste a Nathan?

El encanto de lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora