Cuando se conocieron, Harry y Draco empezaron con el pie izquierdo, pero aun quedaba mucho tiempo de sobra, Draco conseguiría su amistad, costara lo que costara, tardara lo que tardara, él no se iba a rendir. . . Aunque con el tiempo él quisiera muc...
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—¡Arriba! ¡Es tu primer entrenamiento, Draco! ¡DESPIERTA!
Abrió los ojos exaltado y lo primero que vió fue la fea cara de Marcus Flint, el capitán del equipo de quidditch.
—¿Qué pasa? —pregunto mientras se sentaba a la orilla de su cama. Miró hacía la ventana, el agua del lago se veía mas clara, debía de haber amanecido ya.
—¡Entrenamiento! —le dijo soltando gotas de saliva al hablar—, me he quedado dormido, deberíamos estar en el campo más temprano... ¡Como sea! Vístete y te esperaremos abajo.
Draco obedeció de mala gana y se puso el informe del quidditch, tomo su escoba y antes de salir les lanzó una mirada a sus compañeros, todos dormían plácidamente, quería dormir como ellos.
Todo el castillo parecía estar solo, era tan temprano que no habia nadie, ni siquiera un fantasma. El equipo camino por el césped húmedo más dormidos que despiertos. Draco estaba emocionado por su primer entrenamiento, pero también deseaba que se terminará rápido para poder ir a desayunar y quizás volver a dormir.
Continuó siguiendo al equipo hasta que por fin llegaron al campo de quidditch, dicho lugar no estaba solo.
—¡Flint! —grito el capitán del equipo de quidditch de Gryffindor—, es nuestro turno de entrenamiento. Nos hemos levantado a propósito. ¡Así que ya pueden largarse!
En ese momento Draco dejo de escuchar todo lo que ocurría al rededor, tal vez ambos capitanes estaban discutiendo, como fuera, solamente puedo prestar atención a Harry quién se había acercado a ver que ocurría, como de costumbre, su corazón amenazaba con salirse de su pecho, fue entonces cuando recordó las palabras de Pansy “cuando lo veo el corazón se me acelera” Sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos y volvió a poner los pies en la tierra.
Puso los ojos en blanco al ver como Granger y el estúpido Weasley iban acercándose a ver lo que pasaba.
—¿Qué ha ocurrido? —pregunto Ron dirigiéndose a Harry—. ¿Por qué no juegan? ¿Y qué está haciendo ése aquí? —miro a Draco con el mismo odio de siempre.
—Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley —respondió Draco con petulancia.
Ron dejo de ver a Draco y dirigió su mirada sorprendido a las escobas del equipo.
—Son buenas, ¿eh? —le dijo Draco al ver su sorpresa—. Pero quizá el equipo de Gryffindor pueda conseguir oro y comprar también escobas nuevas. Podrían subastar las Barredoras 5. Cualquier museo pagaría por ellas.
Todo el equipo de Slytherin estalló de risa ante el chiste.
—Al menos en el equipo de Gryffindor nadie ha tenido que comprar su acceso —dijo Granger y a Draco se le borro la sonrisa—. Todos han entrado por su valía.
Tenía razón, esa estúpida niña tenía razón, eso fue lo que lo molesto más. Si no hubiese sido por su padre él nunca hubiera entrado al equipo. La sangre se le subió a la cabeza y las palabras salieron disparadas fácilmente y con odió.
