Universos Alternos (One Shots)

6. Lilith

Adele - Skyfall 

"Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que Adán le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual»".

Según la literatura Rabinica, Lilith, vendría siendo la primera esposa de Adán, que, debido a su rebeldía contra Dios, la obliga abandonar el Edén, y cuando ella estaba dejando el paraíso, cometió la osadía de pronunciar el nombre real de Dios y este la condena a dar a luz a demonios y ser una errante eterna en la tierra. Es por eso que Lilith tienta a Eva y hace que muerda el fruto prohibido, como venganza hacia la mujer que la reemplazó en el Edén y así, Lilith condenó al exilio a Eva y Adán como venganza hacia Dios y su "perfecta" creación.

Mi madre leyó esa historia en su adolescencia y se quedó fascinada con ella, y se dijo que sí llegaba a tener una hija, le pondría Lilith. Entonces quedó embarazada y aunque estaba feliz de tener un hijo sano y fuerte, al que llamó Luciano, sintió una punzada de tristeza, la cual dejó atrás cuando volvió a quedar embarazada, a pesar que de dicho embarazo nació otro niño al que llamó Alonzo, como su abuelo paterno. Y cuando tuvo su tercer hijo, al que llamó Enzo, mi madre ya había perdido la esperanza de tener una niña a la que llamar Lilith.

Pero mi padre no había perdido la esperanza, y rogó a Dios, tener una hija, dicen que tal vez Dios se apiadó de mis padres, porque poco tiempo después, nací yo. Fui amada desde el momento que supieron de mí y ese amor solo creció cuando supieron que era una niña, y dicho amor solo ha ido en aumento con el paso del tiempo.

—Objetivo en posición. Haz tu magia, Lilith.

Yo le dedico una sonrisa felina y cubro el auricular en mi oído con mi cabello negro antes de caminar hacia la pista de baile.

Las luces cambian y el público eleva su mirada hacia donde yo estoy mientras comienzo con mi show.

Me llaman la princesa de la mafia o así es como me conocen en el Raduno, aunque ese apodo nació en mi familia, pero no recuerdo quien me llamó así por primera vez. Da igual como nació el apodo, lo único que importa es que me gusta, porque representa el poder que tengo y quién soy.

—Objetivo listo —me dicen a través del auricular y la música se detiene al mismo tiempo que las luces se apagan y yo salgo del escenario.

Los finos tacones negros resuenan por el pasillo mientras me dirijo al área privada donde alguien me está esperando.

—Se amable y rápida —me dice el hombre en la puerta antes que yo entre en la habitación.

Sonrío cuando de forma lenta cierro la puerta detrás de mí y finjo inocencia ante el hombre que tengo delante.

—¿Solicitó un baile privado? —pregunto con una voz baja y sensual.

El hombre sentado en el sillón de gamuza rojo levanta los ojos en mí dirección y me da una mirada lasciva mientras se lame sus labios y se inclina un poco hacia adelante.

Yo coloco un dedo contra mis labios rojos y le indico que no diga nada, él, por supuesto, me obedece.

Bien, sigue así, me gusta que sean obedientes —pienso en mi mente.

—Vamos a jugar un juego —le empiezo a decir mientras le muestro una cinta de seda negra y amarro sus manos detrás de su espalda, él sonríe pensando que sabe a qué vamos a jugar, pero no tiene ni la más mínima idea—. Tú vas a decir: Perdóname, porque he pecado y yo pensaré en un castigo justo para ti.

—Perdóname, porque he pecado.

Paso las uñas de mis dedos por su cuello y el gime de placer.

—¿Qué te gustaría confesar? —pregunto con mis labios cerca de su oído.