𝐑𝐚𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐠𝐮𝐫𝐚 • Fluttercord •

Capitulo 3: Invitación No Deseada (parte 2)

La puerta de su prisión se abrió despacio, y los cuernos del lunático fueron los primeros en darle la bienvenida a su hogar. El rostro indiferente de Fluttershy recibió el golpe de luz que irradiaba el interior de la cabaña, resaltando sus ojos como piscinas primaverales.

Sus pupilas se restringieron con desagrado inmediatamente cuando sus miradas chocaron. El destello malévolo en su semblante inquietante era una de las cualidades que más detestaba, jamás podrías adivinar cuál sería su siguiente movimiento.

Su mirada rojiza como carbón encendido en las llamas de un fuego místico se movieron en un escaneo discreto. Luego de ésto sonrió, mostrando una aparente sonrisa genuina blanquecina. Arqueando sus ojos demasiado alegres.

Sacó hacia la luz una de sus manos, y la extendió hacía la Fluttershy, con intención de besar su muñeca. Solo para verla incómoda.

──Bienvenida a casa, señorita, ──Ella arrugó los pliegues de su nariz, rechazándolo──. Cómo gustes.

Su extensa lacia cabellera negra como la medianoche se desliza por su hombro cuando se dobla en una breve reverencia. Captando su atención momentánea en una curiosa marca que antes no traía en su piel.

Discord golpeó sus cejas con fastidio, aunque no sorprendido.

──Veo que añadiste escaleras, ──Fluttershy no le prestó demasiada atención a ésta reverencia tonta, fijándose en las escaleras detrás de Discord.

La pesadez se esfumó al instante, emocionado. Inflando su pecho con orgullo.

──Pensé en un pequeño cambio.

──Como todos los días, ──suspiró malhumorada, como un balde de agua fría.

Fluttershy arrastra un pie hacia adelante, señal que Discord entendió a la perfección. Haciéndose a un lado, ignorando su comentario.

──Tu habitación sigue estando en el mismo lugar, ──extiende sus brazos para mostrarle el camino a tomar, pero para su sorpresa ella no se mueve──. ¿Ocurre algo?

Fluttershy no tarda demasiado en romper la dureza en su rostro, cuando quiebra un agujero en sus pulmones para dejar escapar todo el aire que traía clausurado. Dejando caer la cabeza junto con sus hombros, llevando sus manos hasta su bolso de lado buscando algo entre las páginas de un libro.

Sus dedos tiemblan mientras busca con frenesí, Discord se toma un momento para intentar averiguar qué podría ser tan malo como para destruir el pequeño monstruo que había estado creando durante tanto tiempo. Buscó con la mirada el colgante plata, y la esmeralda seguía estando en su lugar. La inferioridad podría debilitar esa energía negativa.

──Ésto, ──casi lo golpea con la carta de no ser que echó su cabeza hacia atrás.

Pestañeó algunas veces reprobando ésta acción, tomando la carta con aparente desinterés. Viendo cada detalle en ella.

──¿De quién es?

──Averígualo tú mismo, ──ordena, pasando de largo con el rostro enrojecido.

La madera en el suelo crujía con cada paso tosco que la pelirrosa dió para llegar hasta la sala, dónde sus pasos fueron opacados por la alfombra morada que cubría el suelo.

Discord permaneció algunos segundos estático, cerrando la boca despacio. Torciendo sus labios al mismo tiempo que encogía sus hombros extrañado al verla querer compartir el mismo aire que él.

Un calor emerge de su interior, provocando una gracia maligna que produce en él la satisfacción de obtener granos de su confianza en situaciones delicadas.