XXXI. PRIMERA VEZ

708 67 6
                                    

Capítulo 31

"No deberías de sentir vergüenza de ti misma. Eres preciosa"

Termino de dejar el último plato sobre la encimera de la cocina y me concedo un momento para descansar. Sin duda, la sesión en casa de Cameron ha resultado más agotadora que en la revista. Al principio no surgieron problemas, pero a mi jefe llegó un momento en el que dejó de gustarle la actitud de la modelo, y aunque Stefan hizo todo lo posible por hacer las mejores fotografías, a Cameron no le terminaban de convencer. 

Por suerte antes de que el sol despareciese por completo pudimos sacar algo bueno de todo. Ella colaboró y siguió las instrucciones del fotógrafo y todo terminó saliendo "bien", pero necesito hacer un escrito para mañana, el cual enviaré a la agencia de la modelo y que Cameron firmará. De esa manera se asegurará de que no vuelva a trabajar con nosotros.

―Por fin ha acabado todo... ―me giro sobre mí misma para ver al dueño de la voz. Stefan ha entrado en la cocina con cara de agotado―, jamás había sufrido tanto con una sesión como hoy.

Sonrío con algo de culpa, pues yo fui quién le llamó para trabajar aquí, sirviéndole agua más tarde. Él toma el vaso y me agradece con una sonrisa.

―Estará bien pagado, te lo prometo.

―Que va, si el dinero ya sabes que es lo que menos me importa ―acaba el contenido del vaso de un golpe―. ¿Tú qué harás ahora?

―Pues... supongo que iré a casa cuando acabe mi turno. Al final tengo que respetar el horario de la oficina aunque no esté en ella.

―Podría esperarte y vamos a cenar. Yo te invito.

No digo nada porque me quedo pensándolo bien. ¿Ir a cenar con Stefan? No me apetece nada en absoluto. 

Y el hecho de que no me apetezca no es por otra cosa más que por dónde estoy, con quién estoy... y el hecho de llevar toda la tarde fantaseando con una conversación que no dejo de imaginar en qué consistirá. Sí, lo reconozco, llevo toda la mañana y parte de la tarde soñando despierta con quedarme a solas con Cameron. El hecho de estar en su casa me gusta más, porque no habrá interrupciones para lo que sea que vayamos a hablar.

―Preferiría dejarlo para otro día, la verdad es que estoy bastante cansada. Ha sido una mañana llena de líos y conflictos desde primera hora ―suspiro y finjo un cansancio que se me va disipando por momentos―, y mañana volveré a repetir el día.

―Sí, sí, no te preocupes que te entiendo.

No sé si va a decir algo más o no, pues ambos somo interrumpidos por el resonar de los tacones de Grace. Miro hacia la puerta y ahí aparece, con un aspecto de verdadero agotamiento. Deja su tablet sobre la encimera y suspira con fuerza, apoyándose de ella con una mano, llevándose la otra a la cintura.

―Mackenzie, he terminado por hoy. 

―Que suerte ―murmuro yo.

Ella lo interpreta como Stefan, como que yo tengo ganas de acabar por hoy también. La realidad es que me parece una suerte que todos acaben y yo me pueda quedar sola con él.

―Cameron ha dicho que te encargas tú de lo último que queda, que para eso he entrado yo antes esta mañana ―yo solo asiento a lo que dice―. El equipo de producción está recogiendo las últimas cosas y se van también, yo voy a llamar a un taxi...

―La puedo acercar yo a casa si quiere, tengo el coche fuera ―se ofrece Stefan, para sorpresa de ambas.

―¿No le importa? Vivo bastante cerca de la revista y quizá volver al centro no es lo que más le apetece ahora...

Señor Cooper, váyase a la mierda | COMPLETAWhere stories live. Discover now