TODO O NADA

una noche en Mónaco

Antes de comenzar a leer esta historia quiero aclarar que no todos los hechos qué están escritos aquí son verdaderos. También pedir discreción, ya qué el caso de Horner por ahora es delicado.

Recuerden qué esto es ficción y nada de esto se ha suscitado en la vida real.

Sin más muchas gracias por leer.

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Max se encontraba recostado en su cama en la oscuridad de su habitación en Mónaco, el ruido de la calle era totalmente mudo, las luces que se encontraban afuera de su balcón eran algo visibles. En este punto Agradecía eternamente al ingeniero  que le había instalado el sistema de regulación de luz cuando se había mudado a esa casa.

Su respiración podía considerarse tranquila, pero incluso dentro de aquellos pulmones sanos se podía percibir una pizca de cansancio, junto con los pensamientos acelerados de su cabeza. 

No tenía ni una semana que los rumores sobre Horner se habían disparado. Una supuesta agresión de acoso sexual, o tal vez una supuesta agresión del manejo de poder. No podía saber con certeza de que forma apuntaría y terminaría todo, solo sabía que algo malo saldría para el britanico.

Y no porque ignorara el hecho de que  sabía qué su padre y el viejo de Marko habían estado planeando no solo su despido  desde ya un tiempo,  sino también llevarlo acabo a través de las formas más humillantes y sucias que se les pudieran ocurrir, como comúnmente se hacía dentro de el negocio de la FIA.

Un recuerdo se estampo contra su mente.

Brasil 2022

“De verdad eres un maldito incompetente, como mierda se te ocurre pedirle a mi campeón qué deje pasar al inútil ese”

Los ojos intensos de Horner se estampan como clavos sobre madera en el rostro de un muy molesto Jos Verstappen. Su silencio y la intensidad de ambos ojos claros lo dicen todo. Esto parece enfurecer aún más al neerlandés. 

“¿Por qué no dices nada? ¿Qué acaso sufres de algun maldito retrasado mental?”

La paciencia de Horner para este momento era descomunal, pero no lograría que se rebajará a quedar como el tipo malo. Solo se limitó a comentar con voz apacible.

“No, yo creo que deberías relajarte Jos. Sabes que Max tiene el campeonato en mano, sabes que él es bueno, si le di la orden fue por razones de compañerismo, sabes que checo necesitaba esos puntos”

“pff,  que mierdas son las que dices. A nadie le importa el mexicano, sabes que solo es un desperdicio de asiento, yo más que nadie lo sé de primera mano”

“No deberías expresarte así, ese comportamiento siempre tiene consecuencias”

Para ese punto Max se encontraba oculto detrás de la puerta de la habitación. Aun podía recordar el frío qué sentía, él no era una persona que sufriera de ello, pero aun podía sentir la mirada de odio y recelo y hasta cierto punto de tristeza qué checo le había mandado fugazmente cuando entró al paddock. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal. Decidió enfocarse en lo que realmente le importaba, aquella batalla campal.