𝐂𝐚𝐧 𝐘𝐨𝐮 𝐁𝐞 𝐌𝐢𝐧𝐞? - 𝘊𝘩𝘳𝘪𝘴𝘵𝘰𝘱𝘩𝘦𝘳 𝘚𝘵𝘶𝘳𝘯𝘪𝘰𝘭𝘰

˚ ༘ ౨ 𝟎𝟎𝟐 ৎ⋆｡˚

ˏˋ°•*⁀➷ 𖥻 𝘾𝙖𝙣 𝙔𝙤𝙪 𝘽𝙚 𝙈𝙞𝙣𝙚? – Christopher Sturniolo

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Anastasia's p.o.v
ˢᵖᵃⁱⁿ

Caminaba por las calles de Madrid, iba hablando por teléfono con Maggie, me estaba hablando de lo emocionada que estaba por el siguiente vídeo, aunque no sabíamos de que lo íbamos a hacer.

— Podríamos subir una historia a instagram y que la gente lo decida. -propuse.

— ¡Si, me parece buena idea! -respondió, casi podía ver su sonrisa al otro lado del teléfono.

— La subiré cuando llegue a casa. -me subí a mi coche y dejé mi bolso en el asiento del copiloto.

— ¿Donde estas?

— Acabo de salir de hacerme las uñas. -dije y les eché un vistazo rápido.- Son de color rojo vino, como las que te enseñé.

— Que envidia, yo llevo las mismas uñas desde hace una semana. -suspiró.

No pude evitar reírme.

— Se siente raro, nunca me había hecho las uñas antes.

— Te acostumbrarás, te lo aseguro, te harás adicta a hacerte las uñas, son como una droga.

Rodé los ojos divertida y arranqué el coche.

— Bueno, te dejo que voy a conducir.

— ¿Quedamos luego? -propuso. Escuché como se tumbaba en la cama.

— Si, claro. Luego hablamos. -dije y colgué.

Minutos después ya estaba en casa y ya había publicado la historia a instagram.

Ahora me encontraba tumbada en la cama leyendo lo que la gente proponía, aunque también había comentarios de gente que decía que se alegraba de que volviéramos.

Finalmente escogí uno que decía de que ellos les confesáramos cosas y nosotras reaccionaríamos a ello.

Le mandé un mensaje a Maggie con la idea y apagué el móvil.

— Tienes visita. -dijo mi madre desde la puerta.

Fruncí el ceño confundida y me levanté de la cama para dirigirme a la puerta principal, encontrándome a mi amiga con una pequeña bolsa en la mano.

— ¿Que haces aquí? -reí levemente y abrí la puerta del todo para que ella pudiera pasar.

— Bueno, estaba impaciente por lo del vídeo, así que vine directamente.

Ambas entramos a mi habitación, ella dejó la bolsa en el escritorio y se sentó en el borde de la cama.

— ¿Ya has subido la historia? -Preguntó mientras observaba la habitación.

Asentí y saqué mi teléfono.

— Sí, creo que la mejor idea es que ellos nos cuenten cosas y nosotras reaccionamos a ellas, como confesiones, ¿sabes? -Ella asintió.

— Hagamos eso entonces.