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❪ tw: mención de auto-lesiones ❫
Khloe se aseguró de que las cadenas estuvieran bien agarradas al suelo de su sótano.
Debía faltar una hora para que la luna estuviera en su punto máximo, y la rubia estaba como loca tratando de que todo estuviera funcionando de la forma correcta. Buscaba desesperadamente mantener su mente distraída en algo hasta que la luna finalmente sea un problema.
Había recibido cientos de llamadas de Stiles, pero no tuvo el ánimo de responder ninguna de ellas. Solo se había limitado a enviarle un corto mensaje de texto a Melissa diciéndole que estaba bien. Luego de eso, apagó su teléfono y fue a preparar todo al sótano.
Su madre realmente se había asegurado de que ese lugar estuviera preparado para un hombre lobo. Las cadenas en el suelo eran fuertes y la puerta era de un hierro prácticamente imposible de romper. Tenía por seguro de que no podría escapar de ahí a menos que alguien apareciera y abriera por voluntad propia. Lo que esperaba que no sea el caso, porque de serlo habría gente en graves problemas.
Una vez que pudo reafirmar que las cadenas no iban a salirse en su arranque de ira lunar, Khloe salió del sótano y subió a la cocina. Había una opción más para ella, y sabía que no era necesario, pero de igual forma quería implementarlo; acónito. Su padre tenía un poco guardado solo por si acaso, pero jamás había sido necesario hasta ese día. Hasta que ella se convirtió en el peligro. Disolvió un poco de aquella planta en una botella de agua que luego podría beber para debilitarse.
Se dispuso a regresar al sótano para encadenarse, pero entonces pudo escuchar un ruido dentro de la casa. Su cuerpo se puso alerta. Estaba casi segura de que el ruido llegó desde la habitación de su padre, y pronto se escuchó la puerta de dicha habitación abrirse.
No lo dudó ni un segundo más. Abrió un cajón de la cocina y tomó el cuchillo más grande que se encontraba en este. Comenzó a caminar con lentitud hacía la sala, mirando hacia cada lado y ajustando su oído para tratar de escuchar si alguien se acercaba.
Luego de algunos segundos de un muy tenso silencio, un escalofrío recorrió su espalda al tiempo que la reconocible sensación de la cercanía de un hombre lobo llegaba. Sin mucho más, giró sobre sus propios talones, alzando el cuchillo dispuesta a clavarlo en cualquier parte que se le hiciera posible.
Una mano se cerró sobre su muñeca, deteniendo el ataque mientras el cuchillo quedaba a centímetros del cuello de la persona frente a ella. Un jadeo escapó de los labios de la rubia, cuya respiración se cortó al ver de quién se trataba.
── No esperaba este recibimiento ── Derek ironizó, bajando el brazo de Khloe para alejar el cuchillo de su cuello.
La Baker se quedó en silencio unos segundos, mirándolo con el ceño fruncido. Derek alzó una ceja, esperando una reacción de su parte... Y esta llegó apenas unos segundos después. Solo que no era la que esperaba.
