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Si, me voy a internar al centro. No tendrás que preocuparte más por mi. Usaré la herencia de mi madre para ello. Adiós.- Colgué y suspiré.

Estaba bien, ni si quiera quería vivir.

El problema era que tenía miedo a morir.

Pero tampoco tenía ganas de vivir.

Si, el tampoco se entendía.

Mire las tijeras encima de la mesa de la psicóloga que estaba hablando delante de mi.

En menos de cinco minutos estaría muerto en el suelo.

Ella ni si quiera podría hacer nada.

Miyeon, la psicóloga, apartó las tijeras de mi vista.

Si, supuse que había disociado de nuevo.

Siempre lo hacía cuando me sentía incómodo.

No te escuche los últimos treinta minutos.- Confesé algo avergonzado.

Lo supuse, deje de hablar hace un buen rato, primero miraste la esquina de la mesa y luego las tijeras como por veinte minutos cada uno.- Dijo suspirando la psicóloga.

¿Quieres escucharme Hanbin?- Me pregunto confundida la psicóloga.- No sé si realmente quieres mejorar o no.

No quiero, estoy aquí para dejar de ser una carga para mis padres. Rompí su relación, rompí el amor que se tenían y rompí toda paz que tuve con mi madre de verdad.- Dije arreglandome el cabello hacia atrás.

Hanbin, no es así. Sabes que las cosas no fueron tu culpa. Eres un niño...- Dijo con un sonrisa triste.

Todos me miraban así.

Deje de ser un niño hace mucho, a un niño no le golpean, a un niño no le queman la piel, a un niño no le rompen las costillas, ¿de acuerdo? Quiero tener ganas de vivir, pero esto es muy difícil.- Miyeon me miró con una mueca.

Esta bien, en el centro seguramente conozcas a alguna persona, en tu misma situación o parecida. ¿Estás seguro que quieres ir?- Asentí rápidamente.

Solo quiero que ellos me dejen de hacer daño, y si puedo mejorar... si alguien me puede quitar este sentimiento, intentar sobrevivir.- Dije mirándola con una mueca.

¿Cuánto dormiste ayer?- Pregunto cambiando de tema.

Dos horas...- Dije mirando sus manos escribiendo en aquella libreta.

Vale, ¿has tomado las pastillas?- Negué.

Me quitaban el hambre, y me dijiste que...- Ella me miró con una mueca.

En lugar de dejar de tomarlas me debiste avisar del efecto que te hacían.- Dijo suspirando.

Lo siento...- murmure encogiendome.

Esta bien, no te preocupes Hanbin, todos podemos equivocarnos.- Dijo con una bonita sonrisa.

Nosotros siempre lo hacemos. ¿Hemos hecho algo bien? ¿Has dejado vivir a alguien feliz?

Te mereces cada golpe que recibes.

Y si estuvieras muerto hubiera sido mucho más fácil.

Hanbin...- Levanté la cabeza al escuchar la voz de Miyeon de nuevo.

Lo siento...- Las lágrimas escocieron en mis ojos- ¿Me puedo ir?- Pregunte quitando las lágrimas de mi rostro.

Mañana te irán a recoger Hanbin, para que vayas a esa casa, ¿si?- Le dijo sonriendole de nuevo.

Deja de sonreír.

Odio su maldita sonrisa.

Gracias Miyeon.- Dije para hacer una reverencia y salir de allí.

Caminé rápidamente por el pasillo, sintiendo como si alguien estuviera aplastando mis pulmones.

En cuanto puse un pie fuera de allí, me derrumbe, y empecé a llorar sin control.

don't love me ~ HaobinWhere stories live. Discover now