╰ 6 Ꮚ Damien x Lectora め˖ ࣪ ›

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—Sí, ya estoy de vacaciones así que podemos vernos cuando tengas tiempo.

Sonreí al oír los chillidos de felicidad de Wendy a través de la pantalla de mi celular ante mi respuesta.

—Me muero por verte (t/n), te extraño mucho.

Estábamos haciendo videollamada ya que hace unos meses Wendy se había mudado de South Park para estudiar en Oxford, era una oportunidad increíble e imposible de rechazar.

—Yo también te extraño, ¿como van las cosas por allá?

—¡Es increíble! Tanto los lugares como la gente, aunque tengo que ponerme a su altura. Son unos cerebritos...

En ese momento la puerta de mi apartamento se abrió y pude observar a Damien entrar dejando unas bolsas del supermercado en el suelo. Me miró y me lanzó las llaves pero logré esquivarlas justo a tiempo.

Rápidamente apagué mi cámara de la videollamada.

—¿(t/n)? no te veo.

Damien me miró sorprendido al oír la voz de Wendy pero yo sólo le hize unas señas para que se quedara callado. Volví a prender la cámara y le dediqué una sonrisa de oreja a oreja.

—Lo siento, la apagué sin querer.

—No pasa nada, ¡pero cuéntame sobre tí! ¿Sigues saliendo con Damien?

Tragué saliva.

—Sí. Seguimos juntos.

—Ay, lo que me temía.

Noté como Damien alzaba una ceja y miraba la pantalla de mi celular a lo lejos. Negué con la cabeza y volví mi mirada a Wendy.

—Desde hace tiempo te intento convencer que lo dejes...—pude oír como soltaba un suspiro— te mereces algo mucho mejor. ¡Hasta Heidi se dá cuenta! Y mira que ella no tiene estándares...

—Sí, bueno...

—Te prometo que cuando finalmente lo dejes haré una fiesta para conmemorarlo.

Damien comenzó a acercarse a mí y coloqué mi celular más cerca a mí tratando de evitar que haga algo.

—Dudo que eso suceda—le respondí.

Me arrebató el teléfono de mis manos antes de que yo pudiera reaccionar y lo tomó de forma en la que Wendy podría ver su rostro sin problema alguno.

—¡¿Damián?!—pude oír como chillaba desde la pantalla— ¡Cuando te vea juro que te reviento!

—¿Te haz pintado el cabello de violeta? Anda, era lo último que te faltaba para parecer una caricatura.

—Damián te vas a enterar-

Colgó la llamada interrumpiendo a Wendy y me entregó mi celular. Lo cogí rápidamente y suspiré frunciendo el ceño.

—Se lo merecía. No sé porque me odia, pero es un sentimiento recíproco—dijo sin problema.

Se quitó su camisa y se sentó a mi lado en el sofá de la sala pasando uno de sus brazos alrededor de mí. Por mi parte seguí mirando mi celular que había recibido un par de mensajes de Wendy, que decían cosas no tan agradables para Damián.

—¿Qué hacías en llamada con ella de todas formas?—preguntó.

—Como estoy de vacaciones, y ella también, creo que tomará un vuelo para venir a verme. Hace tiempo ya que no coincidimos.

—Ah, lo que faltaba.

Rodó los ojos y le dí un codazo.

—No veo el problema con Wendy—dije apagando mi celular y dejándolo por ahí— ustedes tienen una rivalidad de las raras.

—No respetaba mi privacidad.

—Ya. Te creo.

Volví mi mirada hacia él y noté como ya me estaba mirando. Me sonrojé un poco debido a la cercanía que había entre nosotros y suspiré levemente. Sus labios se curvaron en una sonrisa cuando notó mi sonrojo y colocó sus dos manos en mis mejillas, haciéndome sentir frío que contrastaba muy bien con el calor de mi rostro.

—Siempre me quitaba tiempo contigo —dijo mientras sus manos pasaban de mi rostro a mi cuello, y de mi cuello a mi pecho— Si no estuviera en Oxford, probablemente ya nos habría interrumpido —empezó a desabotonar la blusa que traía puesta— y no podría estar haciendo esto ahora.

Quitó mi blusa y acercó su rostro a mi cuello dejando leves besos y pude sentir mordidas por momentos. Apreté los labios para reprimir mis gemidos y cerré los ojos dejándome a su merced.

Mis manos se posaron en su camisa apretujándola ligeramente y pude oírlo gruñir. Sonreí y puse mis manos en su pecho mirándolo con los ojos entrecerrados. Su vista se encontraba en mi torso y pude darme cuenta fácilmente como prácticamente me estaba devorando con la mirada. Sabía que en cualquier momento su receso terminaría y tendría que volver al trabajo, pero se notaba que no era una de sus prioridades en este momento.

Colocó una mano sobre uno de mis muslos y comenzó a subirla levemente hasta llegar a mi parte baja, movió mi ropa interior a un lado y su tacto me hizo jadear al instante.

—Se siente bien, ¿no?

Asentí.

Acercó su rostro al mío para plantarme un beso apasionado al mismo tiempo que introducía uno de sus dedos en mí, y solté un gemido ahogado. Sin embargo volvió a besarme para acallarme.

Empezó con movimientos lentos y delicados pero luego de unos minutos aumentó la velocidad haciéndome gemir de forma más constante. Separó sus labios de los míos para morder mi cuello y sentí como cada lugar que besaba, me dejaba un leve ardor, que se sentía demasiado bien.

Introdujo otro dedo, haciéndome sentir completamente llena. Sus movimientos se volvieron bruscos y rápidos, haciendo que me retorciera de placer. 

—Siento como ya estás cerca—dijo mirándome fijamente a los ojos— hazlo.

Cerré mis ojos y mis caderas se movían inconscientemente al mismo ritmo que sus dedos lo hacían. Un leve cosquilleo subía de entre mis piernas hacia mi estómago y gemía sabiendo lo que estaba por pasar. Agarré su camisa con fuerza al mismo tiempo que me venía con él allí, mirándome con una sonrisa pícara.

Cuando el sentimiento acabó, abrí los ojos y noté como él respiraba pesadamente, de la misma forma que yo. Retiró con lentitud sus dedos de mí y los acercó a mi rostro, a lo que yo sólo fruncí el ceño.

—Estás demente, Damián.

Rió y me dió un beso en la mejilla. Me recosté en su pecho y me permití escuchar los latidos de su corazón, estaba igual de agitado que el mío.




¡ 𝐒𝐎𝐔𝐓𝐇 𝐏𝐀𝐑𝐊 ! (t/n) y shipps [ONESHOTS +18]Where stories live. Discover now