Una persona no necesita dejar de respirar para estar muerta...

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Hoy yo, Jade Greco, seré su guía y les contaré cómo un grupo de idiotas son capaces de evitar el gran caos de un campamento, o quizás... cómo ellos lo causaron. Bueno, ya me dejo de rollos y voy a lo importante: estábamos reunidos de una forma normal en el fogón. "Normal" sin contar que tenía a Mel a mi lado llorando, y que acababa de ver como su melliza estaba casi muerta o muy herida en el lago del campamento. Genial, ¿que podía salir mal? Hacer.

No tenía ni la menor idea de cómo actuar, hasta donde yo sabía que no existían manuales de " Qué debes hacer si viste la muerte de la hermana de tu amiga por un tótem". ¿Le tenía que alcanzar un paquete de pañuelitos descartables o llorar con ella? Estaba en estado estatua, bueno quizás a decir verdades todos lo estábamos, Kate, Alex y yo. Juro que creí que moriría de los pensamientos que nacían una y otra vez en mi cabeza, pero no sucedió porque llegó él a cagar todo el drama.

Liam. Otra vez, Liam.

Como ya saben estaba rodeada de sus amigos sumamente simpáticos y para nada inmaduros. Al ver que Melina lloraba a cantaros y que había simplemente tres idiotas a su lado que no hacían absolutamente nada por ello él dejó de conversar y se acercó sin más. Vino seguro, como siempre, y vamos a destacar que también tenía un buen porte, quizás eso sumaba. Bueno, quizás no, sumaba. Claro que sumaba.

—¿Qué está pasando aquí? —interrogó en un tono seco, fuerte y hasta decir que en forma de orden, algo así como: yo impongo orden, los demás que se vayan a cagar.

Tragué horrible con Alex y Kat en sincronía.

Mel se lanzó a los brazos de Liam.

Y yo sonreí. ¿Y yo sonreí? Sí, lo hice. Ni idea de por qué pero lo hice, y fue la sonrisa más falsa que solté en mi puta vida. Orgullosa de ello.

«Dije algo, ¿tienen contestar pensado?» Liam siguió insistiendo y me miró por encima del hombro de Melina. Era más que obvio que eso era para mí, quería que yo hablara, que yo confiese lo que vi. Y yo... yo no pensaba hacerlo hasta que su mirada se mantuvo fija en mis ojos, creía que me iba a atravesar solo con eso. Me pongo nervioso, joder. Esto era complicado. Pero sin dudarlo intenté mantener mis ojos fijos en los suyos lo mejor que pude. Eran tan claros que en ellos se reflejaban algunas llamas de la fogata que se estaba apagando poco a poco de fondo. Él era lo más cercano a un infierno que había conocido y yo me estaba quemando en él.

Mis neuronas no se conectaron (nunca lo hacen pero esa vez menos) y tuve el impulso de abrir mi boca y soltarlo todo. Gracias a dios Alex se dio cuenta al instante y abrió su boca para evitar que hiciera algo malo.

—No pasa nada del otro mundo, solo Mel está emocionada por sus fotos. Eso es —suelta Alex cortando el silencio—. Y si pasaría no tendría porque interesarte tanto.

Liam presionó su mandíbula y evitó su impulso de dar un paso brusco hacia Alex. Lo ignoró y me volvió a mirar. Sí, a mí, a Jade Graco.

—Jade —pronunció mi nombre por lo bajo y yo me limité a mirar hacia el piso al observar que medio campamento estaba presenciando la conversación—. ¿Ibas a decir algo?

No quería abrir mi boca, no quería decir nada pero cuando él levantó mi mentón con su dedo para que lo mirara a los ojos lo hice. Joder, lo hice, le dije todo sin más.

—Murió —murmuré casi embobada, parecía que me tenía hipnotizada pero no, claro que no me tenía así.

Cuando vi la cara de Alex casi roja de fondo quité la mano del pelinegro de mi cara casi con un golpe y entre en razón de lo que había dicho. En el fondo sabía que la había cagado, pero más en el fondo sabía que con el paso de dos segundos ya medio campamento se iba a enterar de todas formas, ¿vale? Es fácil notar que falta Melany Rodder en los sitios.

— ¿Qué, mierda? —inquirió, sus ojos se abrieron como platos.

Todo el campamento balbuceaba cosas, nunca supe bien qué decían pero supuse que era algo así como "el chisme del día", tampoco nunca entendí bien cómo terminamos rodeados de ellos, pero lo estábamos. Crearon una especie de círculo y nosotros éramos el centro.

Pensaba no decir nada más, no especificar quién había muerto, pero claro, la mensa de Melina tenía que abrir su boca entre mocos y llanto:

—Mi hermana está muerta.

Murmullo iba murmullo venía y sí, alguien faltaba en el campamento para crear más caos. El profesor Miller se acercó a la ronda desesperado, como sí alguien había muerto allí mismo (aunque en realidad eso quizás sí había pasado) y comenzó a pedir espacio entre los alumnos. En ese momento lo adoré porque, joder, me estaba quedando sin aire con toda la multitud acorralándonos.

—Señorita Rodder, ¿qué acaba de decir? —cuestionó, serio pero al mismo tiempo preocupado. Me daba pena, en su rostro se notaba el "no saber qué hacer" y la responsabilidad que cargaba.

—Melany está muerta.

Él negó con la cabeza, fácil, unas treinta veces. Pensaba que le iba a dar un infarto pero no, se ve que era un tic que tenía o algo así, porque a los dos segundos volvió a abrir la boca sonriendo:

—¡Pero por dios! ¡No se juega con eso, chicos! —con eso logró que medio campamento lo mirara con cara de: este anciano está loco —.. ¡La muerte es algo serio!

Suspiré, intenté controlarme pero no pude. Basta de ser la chica que se guarda todo y luego explota como una TNT. Bastante.

—Yo... yo lo vi —le expliqué— en el tótem. Como usted nos explicó.

Silencio.

Mucho silencio.

Y el silencio no duró ni dos segundos porque ya volvían todos a hablar, pero esta vez con más fuerza, se escuchaba y entendía a la perfección lo que decían. Cosas así cómo: "¿Esa qué se cree?" "Leyenda de mierda, son puras mentiras" "¿Ella realmente vio eso?" "¿Cómo es posible?" En fin, malditos idiotas.

—Por dios, ¡si Melany acaba de mostrarme unas fotografías! Deje de mentir señorita —masculló el profesor.

¿Lo peor? Parecía decir la verdad. Y adivinen qué, sí la decía porque de un segundo a otro Melany llegó sana y salva a la ronda, sonriente como siempre. Sin ningún daño. Sin ninguna marca, rasguño. Sin nada. Maldita sea.

Estaba con un vestido rosa suelto pero bonito. Su piel blanca hacía que se luzca a la perfección el color plateado de su bolso, y su cabello marrón oscuro bajaba como cascadas por sus hombros con mucho volumen. Me quedé un tiempo mirándola, primero porque pues siempre llamaba la atención su belleza y segundo porque el vestido que llevaba era el mismo que le vi puesto en el tótem. Era el mismo con el que la había visto casi muerta, pero lo dejé pasar y decidió creer que era solo una casualidad. Solo una casualidad más, claro...

—¿Me perdí algo? —interrogó ella más perdida que yo en clase de matemáticas.

Suspiré y evité decirle: sí, de hecho muchas cosas. Casi te damos por muerta y todos están alborotados pero tranquila, que no cunda el pánico.

—No, no te has perdido nada Melany —afirmó el profesor mirándome fijamente a los ojos—. Ahora íbamos a volver todos a la cabaña, y por cierto, lean el correo electrónico que les mandaré apenas lleguen.

Todos asintieron.

Unas risas masculinas se escucharon a mis espaldas. Era obvio que eran para mí, claro, había quedado como una maldita loca psicópata. Cuando me giré a ver si la risa tan molesta provenía de Liam, que era lo más esperado, me di cuenta que no: él estaba sentado debajo de un árbol escribiendo algo en un cuaderno negro. Por suerte no me vio verlo, o eso creía hasta que distinguió a sus amigos riéndose de mí todavía. Alex sale casi que disparó a ellos yo lo detuve junto a Kate, y ellos se callaron. ¿Ellos se callaron? Sí lo hicieron, pero no por Alex, si no porque Liam les dijo algo. No sé qué porque estaba lejos y solo vi que abrió la boca, les dijo ese algo, ellos hicieron caso, él me guiñó el ojo y yo le hice F*ck you con mi dedo mientras achinaba los ojos. Es que soy genial.


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⏰ Last updated: Feb 11 ⏰

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Efecto MariposaWhere stories live. Discover now