Capitulo 1

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Theo miraba todo a su alrededor con confusión, sin entender qué pasaba ni en qué momento se encontraba allí. Hace apenas unas horas, estaba durmiendo junto a Linda, y ahora se hallaba en un lugar completamente distinto.

Cerró los ojos con fuerza, por si se trataba de un mal sueño; todo a su alrededor era negro. Lamentablemente, no lo era. Sentía cómo el aire, proveniente de no sabía dónde, soplaba con fuerza en su cara. Se sentía confundido y abrumado; no era muy fan de los lugares oscuros, ya que le transmitían una mala vibra.

¿Hola? preguntó Theo con confusión, pero no recibió ninguna respuesta. Entonces, lo intentó de nuevo: Linda...

El escenario cambió drásticamente; ahora se encontraba sentado en un parque que reconocía. Su corazón latía fuertemente, y no sabía por qué hasta que lo vio: su antiguo coche y el solo que tenía una apariencia más joven. Estaba reviviendo el sentimiento que su yo del pasado había experimentado.

Observó cómo él salía del auto y se acercaba por primera vez a Linda.

Se acercó hasta donde estaban ellos, pero ellos parecían no notarlo.

Siempre te veo por aquí. Eres muy linda dijo el más joven. ¿Me dirás cómo te llamas o eres tímida?

Linda sonrió.

Linda contestó ella.

Eso he dicho, pero ¿cómo te llamas? volvió a insistir. Yo soy Theo.

Y yo me llamo Linda - dijo ella, y el Theo más joven se sintió apenado al notar eso. Linda rió  Un gusto, Theo.

Linda extendió la mano, y él se la estrechó.

No quiero sonar como un imbécil dijo Theo Te me has hecho muy bonita. Me gustaría tener una cita contigo.

Theo, un poco mayor, enarcó las cejas, pues recordaba este momento de manera ligeramente diferente. No recordaba que hubiera sido tan lanzado apenas conociéndose.

Una Linda muy sonrojada negó con la cabeza. Los dos Theos la miraban un poco indignados.

No creo que sería una buena idea se limitó a contestar Linda torpemente Nos vemos otro día, Theo.

Los dos Theos se quedaron mirando hacia donde Linda se iba. Llevaba un vestido floreado que le quedaba un poco más arriba de la rodilla.

El Theo más joven sonrió.

El Theo del futuro suspiró.

El Theo más joven se fue hacia el coche a esperar a su amigo mientras tarareaba una canción animadamente.

El Theo del pasado lo observó hasta que se subió al coche y luego recordó cómo se sintió en ese momento al hablarle por primera vez.

Todo se volvió negro, y cinco segundos más tarde abrió los ojos; estaba en su habitación abrazando fuertemente a Linda, que aún se hallaba dormida.

Habían transcurrido ya una hora desde aquel sueño, y Theo se sentía desorientado por lo real que había parecido. Desde el sillón, observaba a Linda preparando el desayuno; ella prefería trabajar sola y él respetaba ese espacio.

 ―Linda ―la llamó desde el sillón, recordando el pasado― ¿Recuerdas cuando nos conocimos?

Linda se extrañó ante la pregunta, pero asintió y sonrió involuntariamente, rememorando tiempos pasados.

 ―¿Tú lo recuerdas?  ―le preguntó a Theo, esperando su respuesta.

―Sí, ese día estabas preciosa ―dijo él sinceramente, levantándose para mirarla a los ojo― Aunque me rechazaste al principio.

Linda se carcajeó y negó repetidamente con la cabeza.

―Es la primera vez que lo aceptas― sonrió aún más Linda―No puedes culparme; ese día estaba nerviosa.

Theo se dio cuenta de que no veía a Linda sonreír así desde hacía tiempo y aprovechó para robarle un beso corto en los labios.

 ―Fue el momento más feliz de mi vida ―le dijo, para luego abrazarla rápidamente y separarse.

Aprovechando el desconcierto de Linda, se escabulló en la habitación para prepararse para el día, consciente de la función importante que tenía más tarde. Si hubiera esperado dos segundos más, habría sido testigo de la sonrisa radiante que apareció en el rostro de Linda, sus ojos brillando con una luz que había estado ausente durante mucho tiempo.

Reviviendo la determinación de la chica que una vez fue, Linda también deseaba que todo volviera a ser como antes, aunque tendría que ofrecerle a Theo  la libertad para perseguir sus sueños y esperarlo. A pesar de todo, él la había apoyado y había sido testigo de momentos dolorosos; no quería presenciar cómo sus sueños se desmoronaban.

Media hora después, Theo se presentó vestido para trabajar, consciente de la función a las tres de la tarde, aunque Linda desconocía los detalles, ya que había dejado de preguntar. Pasó el desayuno en un porta para que pudiera comer algo en el camino y le dio otro beso en la mejilla antes de marcharse.

Theo salió de aquel lugar con una gran sonrisa, creyendo que a partir de ahora todo iba a mejorar. Sin darse cuenta, tarareaba la canción que el Theo más joven había cantado después del momento en que habló por primera vez con Linda. Se sentía feliz, incluso se atrevía a comentar que el mundo parecía un lugar mejor. Durante días, el clima había sido lluvioso, pero ahora, un hermoso día soleado esperaba ser disfrutado.

Nada podía arruinar mi día, pensó mientras entraba al teatro.

Una hora más tarde, recibió una noticia que le desgarró el alma. Si hubiera sabido lo que vendría, no la habría dejado sola. Se habría quedado más tiempo con ella. Después de que todo parecía ir bien, el destino les planteaba una prueba más grande y difícil de enfrentar, poniendo a prueba su amor. A veces, el destino parecía jugar en su contra.

Cuando llegó al hospital, no le daban ninguna noticia de Linda; los médicos parecían ignorar la figura que se encontraba al borde del colapso por el llanto. Una enfermera se acercó a él y le recomendó que hiciera un poco de silencio, ya que los pacientes se podían poner nerviosos. Asintió y trató con toda su fuerza de no entrar en pánico.

―Familiares de la señorita Jones ―anunció una voz proveniente del doctor que iba entrando a la sala de espera

Theo se levantó rápidamente de la silla y se dirigió hacia donde estaba el doctor.

―Soy yo ―respondió con rapidez 

―La señorita Jones se encuentra muy grave y debe permanecer bajo cuidados médicos. Necesitamos que pase para pagar la hospitalización y podamos proceder ― explicó el doctor.

―¿Qué tiene? ―Theo tenía los ojos enrojecidos.

―Las noticias no son muy buenas. La señorita sufre del síndrome de encefalopatía reversible posterior, más conocido como PRES, causado por el estrés. Debido a su condición, no sabemos cómo reaccionará el bebé. Esto puede poner en riesgo la vida del bebé o la de la mamá.

Theo se desconectó por completo. El doctor lo dejó solo y, como pudo, se sentó en el sillón, asimilando lo que le estaba pasando. No sabía por qué lo hizo, pero metió las manos en el bolsillo y cuando sintió la cadena, la apretó fuertemente antes de cerrar los ojos. No podía ser cierto, eran las palabras que se repetía mentalmente.

Cuando volvió a abrir los ojos, ocurrió de nuevo. Se encontraba en su primera cita con Linda, y ahora sabía que no era producto de un sueño.

Entre suspiros del tiempo  ||ONC2024Where stories live. Discover now