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Mientras tanto, en la casa de Taehyung, este recibía una llamada en medio de la confusión y los reclamos del séquito de amigas de Jennie. Pero antes de que pudiera cortar la llamada, Jungkook irrumpió en la habitación con una mirada ardiente y determinada en los ojos.

Sin darle oportunidad de explicarse, Jungkook se abalanzó sobre Taehyung, tomando el teléfono de sus manos y lanzándolo lejos. Con un movimiento rápido, lo empujó contra la pared, dominándolo con una fuerza feroz y desenfrenada.

—No cortes la llamada, Taehyung —susurró Jungkook con un tono sádico y dominante—. Quiero que escuches cada gemido tuyo mientras te hago mío, aquí y ahora.

Sin esperar respuesta, Jungkook se lanzó sobre Taehyung, desatando una pasión salvaje y desenfrenada que consumió a ambos en un torbellino de deseo y placer. Mientras Taehyung jadeaba y suplicaba por más, Jungkook se regocijaba en su dominio sobre él, demostrando que era el único capaz de hacerlo perder el control por completo.

Con cada embestida, Jungkook se deleitaba en el placer que provocaba en Taehyung, sintiendo cómo su dominio sobre él se intensificaba con cada gemido y susurro de suplicio. Con una sonrisa burlona en los labios, Jungkook se inclinó hacia Taehyung, susurrando palabras llenas de malicia y deseo en su oído.

—¿Cómo se siente, Taehyung? ¿Cómo se siente ser tomado por mí, aquí y ahora, mientras el mundo escucha tu entrega? Eres mío, completamente mío, y disfrutaré cada momento de tu sumisión —murmuró Jungkook con un tono sádico y posesivo, saboreando el poder que tenía sobre su amante.

Taehyung, abrumado por la intensidad del momento y la humillación pública que había sufrido, apenas podía articular palabras coherentemente. Sus ojos reflejaban una mezcla de vergüenza y deseo mientras se abandonaba por completo al dominio de Jungkook, sintiendo cómo su cuerpo respondía con una entrega total a sus deseos más oscuros.

Entre jadeos y suspiros entrecortados, Taehyung se dejó llevar por la vorágine de sensaciones, sabiendo que estaba en manos de Jungkook y dispuesto a seguirlo a donde sea que los llevara en su búsqueda conjunta de placer y satisfacción.

Mientras Jungkook continuaba con su implacable dominio, sus manos expertas se deslizaban por mi cuerpo, jugando con mis pezones y enviando oleadas de placer a través de mí. Mis gemidos eran ahogados por el deseo de mantener la compostura, pero la tentación de sucumbir al placer era abrumadora.

—¿Qué pasa, Taehyung? —susurró Jungkook con un tono juguetón y pervertido—. ¿Intentas contener esos gemidos? No tienes que preocuparte, quiero que el mundo entero escuche lo mucho que disfrutas de esto.

Mis mejillas ardían de vergüenza mientras luchaba por mantener la compostura, tratando de convencer a Jungkook de colgar la llamada y permitirnos un poco de privacidad.

—Jungkook, por favor... —murmuré entre gemidos ahogados—. Deberíamos... colgar la llamada...

Pero mis palabras fueron interrumpidas por un gemido involuntario cuando Jungkook intensificó sus caricias, provocando una oleada de placer que me dejó sin aliento.

—Oh, Taehyung, ¿tan impaciente estás por tenerme solo para ti? —respondió Jungkook con una risa burlona—. Pero me temo que no tengo intención de colgar esta llamada todavía. Quiero que todos escuchen cómo te rindes a mí, cómo te hago mío una y otra vez.

Entre susurros y gemidos, me dejé llevar por la vorágine de sensaciones, sabiendo que estaba completamente a merced de Jungkook y dispuesto a seguirlo a donde sea que nos llevara en nuestra búsqueda de placer y sumisión.

A pesar de mis intentos por contener mis gemidos, cada caricia experta de Jungkook me llevaba más cerca del borde del placer. Mi cuerpo temblaba bajo su dominio, mientras él jugaba con mis pezones con una destreza que me dejaba sin aliento.

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⏰ Last updated: Feb 13 ⏰

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Solo era una Broma TaehyungWhere stories live. Discover now