VI |♡| JIMIN

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No.

Cuando llaman a mi puerta, todo mi cuerpo se pone en alerta porque sé que no es SeokJin, que, admitámoslo, es prácticamente mi único amigo. Esta noche tiene una cita con su chico. Van a cenar y al cine. Estaba hablando de eso cuando lo vi salir del trabajo hoy. Es viernes por la noche y sé quién está en mi puerta incluso antes de abrirla.Por supuesto, Kim NamJoon está allí con una sonrisa en su cara demasiado guapa y molesta.

—No— digo esta vez en voz alta.

Mi viernes por la noche, por desgracia, consiste en leer, pensar en la universidad y en Jihoon, el chico simpático con el que sigo charlando de vez en cuando. Pero sigue siendo mi noche de viernes y no estoy de humor para lidiar con NamJoon.

—Baja al bar conmigo—

Por supuesto, mi actitud no lodisuade en absoluto. Lo juro, cuanto más malo soy con él, más me presiona.

—No.

—Vamos, Jimin, es viernes por la noche.

—Sí, lo sé, y lo estaba disfrutando hasta que un tipo llamó a mi puerta.

Cruza el umbral, sin preocuparse en absoluto por mi mirada de muerte, y me rodea el hombro con un brazo, atrayéndome hacia su enorme cuerpo.

—Vamos, Park, sabes que no soy un tipo cualquiera, soy tu nuevo mejor amigo.

—Oh, Dios— gimo, y él sólo se ríe.

—Vamos—

No me da la oportunidad de discutir, arrastrándome fuera de mi casa. Cierro la puerta a regañadientes y lo sigo escaleras abajo hasta la pequeña taberna. Son conocidos por su barbacoa y, en cuanto cruzamos la puerta, me llega el olor de la deliciosa carne cocinada a fuego lento.
Mi cuerpo me recuerda que aún no he cenado y mi estómago gruñe. NamJoon sonríe con complicidad y se dirige a la barra. Pide una tabla de costillas y suficientes guarniciones para alimentar a todo el pueblo, aunque no dudo de que NamJoon se lo comerá todo. Tenemos suerte de encontrar un sitio para sentarnos porque, para ser un pueblo pequeño, el local está lleno. Cuando Judy, la camarera que siempre está trabajando y que es copropietaria del local, nos trae la comida, le damos las gracias y empezamos a comer. No suelo comer este tipo de comida, ya que intento mantener una dieta más sana. Pero tengo que admitir que, después de una dura semana de trabajo, me encanta. A NamJoon también debe de gustarle, porque está inusualmente callado mientras come. Pero la tranquilidad no dura mucho. Se limpia la cara con una servilleta y veo la alegría que ilumina sus ojos antes de preguntar: —¿Ya le has pedido salir a tu bombón?

Pongo los ojos en blanco, bebo un trago de té dulce y me acomodo en el reservado.

—No, no lo he hecho, y no es asunto tuyo.

—No lo entiendo, Minnie. ¿Por qué no?—

No sé si me molesta más que me llame Minnie o por mi apellido, pero tengo que corregirle.

—Jimin— Se limita a gruñir y empieza a comer ensalada de papa. —¿Y por qué demonios te preocupa tanto mi vida amorosa?

—¿Te refieres a tu falta de vida amorosa?—

Aprieto la mandíbula y él se encoge de hombros.

—No sé, me molesta que no quieras salir con este chico cuando está claro que le gustas.

—Mira, es inteligente, realmente inteligente.

—Tú también lo eres— responde al instante.

Sacudo la cabeza, abatido y cansado de esta discusión.

DEFENSORWhere stories live. Discover now