▪︎𝐇𝐀𝐃𝐄𝐒 ▪︎[𝑍𝑒𝑒𝑁𝑢𝑛𝑒𝑤]

10. Nunew

Un mes después...

Terminé de ponerme los pantalones holgados, la camiseta negra y un suéter que Gun me había dado y me moví para sentarme en la cama. Tomando la biblia que Tutor me había comprado, seguí leyendo y no pude evitar suspirar. Se había vuelto obvio que La Orden no seguía las enseñanzas correctamente. Este libro no era el que leí, no era del que aprendí... del que creí con todo mi corazón. Era claro que el Profeta Aof había usado pasajes y versos que se acomodaban a sus metas y su ideología.

No lo sabíamos... mi gente estaba viviendo en la ignorancia.

Sentí una furiosa oleada de odio al ver cómo había estado viviendo toda mi vida. Todo se sintió como un desperdicio. Veintitrés años de vivir en una mentira. Viviendo bajo reglas tan estrictas y con hombres severos.

Casi me hizo llorar.

Mi vida durante el último mes, sin embargo, había sido tan diferente. En la comuna, mis días eran duros y mundanos, pero supongo que tenía un propósito: servir a los hermanos en cualquier forma. En la sede del club de los verdugos, mis días y noches pasaban en yo encerrado en la habitación de Tutor, curándome y escondiéndome del otro lado de la puerta, sin ningún propósito alguno.

Sólo en ciertos momentos se me permitía salir de la habitación, cuando se les permitía a sus mujeres y hombre de... compañía, estar en las instalaciones, principalmente las noches de viernes y sábado. En los dos cortos viajes que había hecho al área de la sala, con Tutor a mi lado, había estado aterrorizado. La mayoría de los hombres se habían ido con Zee, pero algunos todavía estaban para proteger el recinto. Los que vi usaban a las mujeres y a algunos otros hombre de formas indescriptibles, y esas personas estaban felices de servir, drogadas por opio... mostrándose para que todos vieran. Una mujer incluso me invitó a unirme, a participar en actos sexuales explícitos con otras chicas en el centro de la habitación. Antes de que pudiera reaccionar, Tutor apareció de la nada, alejándolas, tan simple como un asentimiento de cabeza en mi dirección. Eso fue suficiente para regresarme a la seguridad de su habitación.

Tutor me visitaba a menudo, revisando mi herida y cambiando mi vendaje. Algunas veces él desaparecía por pequeños periodos de tiempo. De hecho, la mayoría de los hombres eran así, afuera en algo que llamaban "encargarse del negocio". Tenía la sensación de que eso era más que simplemente montar en sus motos en algún lugar, pero sabía por las reglas del club, explicadas por Tutor, que "no se hacían preguntas".

Él y yo nos habíamos vuelto cercanos. Siempre era amable conmigo y nunca lo vi con mujeres u hombres, para mi alivio. De hecho, él pasaba su tiempo sentando conmigo en la habitación, leyendo silenciosamente o enseñándome sobre el mundo de afuera pacientemente. Le agradecía al Señor todos los días que él le habían dado la tarea de cuidarme mientras Zee no estaba, y no a ninguno otro de los hermanos.

Un golpe sonó en la puerta, la abrí, sonriendo con emoción, pero cayó de mi cara al ver quien era y mi corazón de repente comenzó a latir más rápido.

Zee.

Estaba de vuelta... recostándose contra el marco, mirando al suelo, pensando. Cuando me sintió delante de él, lentamente levantó su mirada. Sus fosas se ampliaron y su lengua lamió su labio inferior mientras sus ojos pasaron por mi cuerpo.

— Zee —susurré y me puse derecho, él pasó por mi lado y entró a la habitación. Rápidamente me salí de su camino y cerré la puerta rápidamente, volteándome y recostándome contra la madera, simplemente mirándolo viendo la habitación vacía. Eventualmente se volteó hacia mí.

Su cabello negro y alborotado había crecido en las últimas semanas, mechones cayendo sobre sus hermosos y cálidos ojos avellana. Su mandíbula afilada, haciéndolo ver duro y severo y, si fuera posible, parecía más grande en tamaño desde la última vez que lo vimos. Él era tan fuerte y descuidado, pero seguía siendo el hombre más apuesto que había visto. Y su olor, Dios, su olor me hacía inhalar en grandes y largas bocanadas. No me había dado cuenta de cuanto extrañaba estar cerca de él.