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Casa Nara, sábado por la tarde

Temari estaba viendo la tele plácidamente hasta que fue interrumpida por el sonido de una llamada entrante, la mujer atendió desganada.

-¿Aló?- dijo la rubia

- Hola,¿Me comunico con la señora Nara? - preguntó la voz contraría

- Sabaku no Temari - corrigió ella

- Oh, sí, okay. Me presento, soy Mizuki Okebana, la preceptora de su hijo. La llamo para pedirle un certificado/justificación de las faltas de su hijo. No la quiero molestar, pero si no me entrega lo pedido, su hijo va a quedar libre por ausencias. - comentó la señora del otro lado del teléfono.

- ¿A Qué se refiere ? - preguntó la mujer Nara

- Hum, a que su hijo no viene a clases hace dos semanas, y si no recibo una justificación, se va a llevar todas las materias - explicó la preceptora

La madre colgó con brusquedad y se dirigió violentamente hacia la habitación de su hijo.

- ¡SABAKU NO SHIKADAI NARA, ESTÁS MUERTO! -Le gritó la mujer antes de volar la puerta de la pieza del menor con una patada. En ese momento, el azabache siento el terror.

-¿Q-qué pasa, m-ma? - titubeó el ojiverde sin mirarla a los ojos.

- ¡VOS SABÉS MUY BIEN LO QUE PASA!¿POR QUÉ HACES ESTO? - gritó la mayor, sin recibir respuesta.

- ¡SHIKADAI RESPONDEME!- insistió la Sabaku No, obteniendo el mismo resultado que antes.

En la mente de Shikadai, tenía mil cosas que decirle, que explicarle y expresar, pero era como si sus labios no fuesen capaces de pronunciar una sola palabra de las que quería decir. Lo único que le salió, fueron lágrimas provenientes de sus ojos, lágrimas de frustración, de impotencia, de tristeza y enojo,¿por qué le costaba tanto trabajo expresarse?¿No podía simplemente hacer lo que su mente le pedía?

-¡PENDEJO, HABLÁ! - reitero una vez más la madre.

- Perdón, ma, perdón - fue lo único que dijo el joven, acurrucándose en el pecho de su madre mientras las gotas de agua salada no paraba de brotar en sus lagrimales.

La mujer no lograba entender a su hijo, en realidad nunca lo entendió por completo, era un chico que parecía no tener sentimientos y ella no comprendía porque de un día para otro comenzaba a llorar únicamente porque le gritaba, antes no lo hacía aunque lo trate de la misma manera o peor. En ese momento, la rubia se dió cuenta de su gran error, ella estaba mal. No era de buena mamá maltratar a su hijo, insultarle, gritarle, mucho menos esperar que no llorase. No sabía cómo reaccionar, simplemente no sabía...¿Qué decir?¿Qué hacer?¿Qué intentar?¿Por qué su instinto maternal no le decía nada?¿Tenía un instinto maternal? En ese momento la ojiverde empezó a dudar de ella misma, era claro que sí tenía intuición y no era una mala mamá, pero la situación que estaba pasando era tan ajena a lo habitual que empezó a alarmarse de más. Ella amaba a su hijo, y no le gustaba verlo llorar y no poder hacer nada al respecto, la hacía sentir inútil.

Al final de pensar y pensar en qué decir se dió cuenta de que lo único que estaba a su alcance por ayudar a su hijo, era simplemente permanecer en silencio y dejar que llore sobre ella, después de todo, no había mucho en lo que pudiera hacer si ni siquiera podía saber que provocaba está situación en su niño.

Así pasaron los minutos, el mejor llorando hasta que se calmo. Ahí fue donde Temari comenzó las preguntas.

– Hijo... ¿Esto que te acaba de pasar es por qué te iba a retar o por algo más...? No  quise asustarte, cariño, pero entendé que me preocupe por eso... – empezó a hablar la mayor.

Su niño solo negó con la cabeza, eso era una respuesta confusa, no lograba entenderlo así que insistió.

–¿Me...me podrías explicar? Mi bebé, mamá siempre te va a apoyar y estar acá para ayudarte, podés confiarme lo que quieras – agregó.

Y él lo sabía, sabía que podía tener toda la confianza del mundo con su madre, pero aún así sentía que todas sus palabras se detenían justo antes de pronunciarlas. Tenía una soga en el cuello que oprimía su garganta y en cualquier momento lo iba a matar, lo iba a matar con tanto sentimiento reprimido y sobre todo tanta frustración y decepción de no poder hablar.

Lunes 7:00 AM, Hospital de Konoha:

Madre e hijo Nara se dirigían hacia el consultorio 2, dedicado a psicología/psiquiatría. Desde aquel acontecimiento días anteriores, la mayor quedó pensando sobre que tan bien estaría su hijo mentalmente, ella no fue capaz de brindarle ayuda y era claro que la necesitaba, por lo que tomo la decisión de consultar un profesional. Primero la atendieron a ella, lo cual la tomó por sorpresa pues ella pensaba que solo tendrían que entender al menor, mas no opuso resistencia.

Shikadai's p.o.v:

Mi madre me llevo al hospital, realmente no entendía para que hasta que ví que me llevaba al consultorio de psiquiatría, no la culpo, pero es fastidioso...porque... Siento que YO estoy siendo un fastidio... Cómo sea, la llamaron y por aburrimiento decidí ir a caminar por los largos pasillos del edificio, cuando de repente, de reojo ví a una persona muy familiar... Pelo rubio, largo y atado; piel pálida y lisa; esa ropa característica. Estaba claro que era Inojin, pero,¿que hacía aquí? Esa sensación de des-fastidio volvió a mí, no sé cómo describirla, es como si algo me causará lo contrario a la molestia. Él estaba junto con dos mujeres. Antes de que pueda hacer nada, mi madre me llamo.

Tuve que entrar al consultorio que me indicaron, allí estaba una chica, algo joven, tendría 25 como mucho.

– Hola, mi nombre es Akira,¿Y el tuyo? – me preguntó ella

– Shikadai – respondí sin mucho ánimo

– Y bueno, Shikadai,¿cómo estás? – me preguntó.

Yo sabía muy bien que esa era una pregunta de cortesía que te hace hasta el panadero, Pero por alguna razón la sentí personal. No pude responder nada, pero sentí como por mi cachete caía una lágrima. Me sentí idiota,¿cómo iba a llorar por eso? Y aunque quise pedir disculpas por mi idiotes, no pude pronunciar una sola palabra. No entiendo por qué razón me cuesta tanto hablar, solo sé que es molesto tanto para mí como para los demás .

Sorprendentemente me pude calmar y respondí –Bien,¿y usted? – era obvio que no lo estaba, pero no iba a decir la verdad, es muy fastidioso.

Mantuve la charla con la psicóloga, aunque únicamente daba respuestas genéricas que clara mente no referían lo que yo sentía, odio abrirme con otros porque sé que es una molestia, así que es mejor hacerles creer que estoy bien y listo.

Luego de la charla la señorita se fue a hablar con mi mamá, y yo me fui a ese pasillo donde habia visto a ÉL, quizás ya no estaba o sí, no tengo idea, pero no perdía nada en ir.

Me acerque hacia el consultorio y únicamente ví a dos mujeres hablando con seriedad de temas alimenticios, por lo que supuse que Inojin ya se había ido. Suspiré y empezé a caminar a casa, cuando sentí como alguien tocó mi hombro.

Holaa, disculpen la demora, se que es una excusa super común en Wattpad pero la cuestión es que me olvidé de la historia, y obviamente me pasaron cosas.

- Se murió mi abuelo (ya lo supere)
- La escuela me está matando
_ Estudio peluquería y también me estoy matando con el tiempo y exámenes
- Tuve varios problemas emocionales y psicológicos/psiquiátricos pero ya me estoy recuperando o eso intento. (sh, ed)

Perdón nuevamente y ya intentaré estar más activa

No Tan Fastidioso...[Shikajin] (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora