pov

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"Maldita sea Taehyung no puedes irte de un momento a otro, ¿Estás consciente de lo que pudo haber pasado?" Escuchó como el mayor le gritaba por la radio, no le prestaba atención en lo absoluto, tratando de esquivar los carros que tenía por delante para llegar lo más rápido que podía a su departamento.

"¿Me estás oyendo al menos?" La voz del contrario ahora sonaba diferente, con cierta preocupación en ella, ya estaba acostumbrado de igual manera así que esperaba al menos unos gritos de más por parte de Seokjin.

—Ya estoy llegando Hyung, me demoré demasiado esta vez, espero no le haya sucedido nada... —respondió luego de pasarse una luz roja, oyendo a lo lejos como las bocinas de los carros se hacían presentes en la calle; importándole poco las consecuencias del imprudente acto...

Solo quería llegar lo antes posible, no podía dejarle solo.

Un suspiro se pudo escuchar del otro lado, seguido de unos silenciosos segundos que al menos Taehyung agradecía tener dentro del auto, permitiéndole pensar y al mismo tiempo tratar de calmarse.
Odiaba, realmente odiaba sentir como sus emociones se intensifican cada que el pelinegro se encuentra involucrado de por medio. Y sobre todo se odiaba por permitir volverse vulnerable frente a él.

"Me avisas que tal se encuentra, trataré de cubrirte con el jefe... de nuevo". Terminó la comunicación luego del ya esperado regaño, sabiendo que el mayor se encargaría de aguantar los gritos del jefe hasta que él llegase a dar la cara.

Estacionó el carro como pudo sobre la acera y corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron escalera arriba, buscando llegar al piso cuatro con desesperación.
Pudo divisar a Jimin, su vecino, golpeando la puerta de su departamento reiteradas veces mientras gritaba por respuesta del otro lado.

—Por favor Guk, di algo, al menos trata de gritar... dame una respuesta —El de baja estatura intentaba recibir algún indicio de que el contrario lo estuviese intentando. Lastimosamente no logrando nada en su cometido, estaba a punto de entrar en desesperación puesto que nunca antes el menor se había encerrado sin permitirle la entrada.

Se calmó un poco cuando divisó al castaño corriendo hacia su dirección con las llaves del departamento en una mano, haciéndose a un lado para evitar ser tacleado por el fornido cuerpo de este... si él se sentía cruzado de manos no podía imaginar a su vecino, literal estaba pálido del susto y nervios que se denotaban con solo ojearle un poco.

—¿Qu-qué pasó, Jimin? Realmente no pude entender nada de lo que decías en la llamada luego de oír que Guk se encerró —hablaba lo más claro que la situación se lo permitía, metiendo la llave en la cerradura con rapidez para poder abrir la puerta.

—Yo vine como siempre, a cada hora pasé por aquí para saber como se encontraba, la última vez que entré comía unas galletas, pero todo parecía normal y... —Tomó un poco de aire para poder ordenar sus ideas—. Cuando me di cuenta que no podía entrar lo único en que pensé fue llamarte, realmente no sabía que hacer.

—Tranquilo, es más te agradezco... imagina si no hubieses estado atento. Yo en serio... —Cuando el alto dio las tres vueltas a la llave que necesitaba para poder sacar el seguro, y al empujar la puerta esta seguía sin permitirle la entrada, el miedo nuevamente se esparció por todo su cuerpo... nublando la poca cordura que tenía en el momento.

Golpeó con la palma de su mano creando ruido en el pasillo, —El picaporte de arriba... solamente se puede sacar si hay alguien dentro... —empezó a gritarle al menor que abriese la puerta, sabiendo que en su estado era prácticamente imposible que el contrario le hiciera caso, o siquiera escucharle al menos.

—¡Jeongguk abre por favor! Todo estará bien... pequeño, ¡Por favor Jeonggukie! —Colocó su oreja derecha apegada a la puerta, pudiendo oír los sollozos del pelinegro... sabiendo al menos así que estaba consciente dentro del departamento.

povWhere stories live. Discover now