𝐁𝐨𝐲 𝐨𝐟 𝐦𝐲 𝐝𝐫𝐞𝐚𝐦𝐬 [𝐋.𝐒]

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝐎: 𝐏𝐫𝐨𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨

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Habían transcurrido un par de días desde aquella noche donde confesaron como se sentían respecto a todo, de los cuales se habían vuelto más cercanos y volviendo a su vieja rutina pasando el rato en el departamento del otro mientras conversaban o hacían cualquier actividad juntos que les llamara la atención.

Era de noche y se encontraban en el departamento de Louis; Harry se encontraba sentado en uno de los extremos del sillón mientras le cambiaba a la televisión mientras que tenía las piernas de Louis sobre las suyas y le propinaba leves apretones de vez en cuando, alegando que le gustaba y que era un tipo de masaje. Aunque solo disfrutaba de molestarlo y darle leves pellizcos cuando bajaba la guardia, le hacía sonreír.

Dio un leve bostezo y pasó por su cabello la mano libre, sintiéndose levemente cansado después de la jornada larga de trabajo que había tenido en el día y todos los pendientes por resolver. Se detuvo en un canal de series policíacas y prestó atención al capítulo que estaban pasando hasta que una leve carcajada salió de los labios de Louis, la cual rápidamente tapó con su mano libre ya que la otra sostenía el celular.

—¿Sucede algo? —Harry arqueó una ceja, curioso por la reacción.

—No, solo mensajes en el grupo de los idiotas de Niall y Zayn con sus bobadas —mordió su labio cuando leyó el siguiente mensaje y prefirió bloquear su celular antes de seguir leyendo lo que decían— ¿Qué estás viendo?

—Una serie policíaca que encontré —contestó sin saber que más agregar, ¿Sería correcto preguntar por sus amigos? De vez en cuando Louis hablaba de ellos con él, y sabía que tenía tiempo sin verlos, probablemente los extrañaba y se sintió mal por quitarle de su tiempo— ¿Y... uh, como están tus amigos?

Volteó a verlo perplejo, pero una pequeña sonrisa tiró de las esquinas de sus labios, sin poder evitar el gesto.

—Bien, de hecho estaban hablando de que tenemos tiempo sin reunirnos y que quieren verse este fin de semana.

—¿Ah, si? ¿Y piensas ir?

—No lo sé, ¿Recuerdas que ya teníamos planes para este fin de semana? —picó de sus costillas, provocando un gesto de dolor falso en sus expresiones— Realmente me emociona poder salir contigo por fin, siento que nos hace falta.

Harry había reservado una cena en uno de los restaurantes favoritos de Louis sin ningún propósito en general, solo que los dos habían coincidido que necesitaban salir a despejarse y disfrutar de la compañía del otro.

—Lo recuerdo, pero también tienes tiempo sin ver a tus amigos, deberías ir a esa reunión con ellos.

—No estoy seguro, no quiero quedar mal con nuestra cita.

—Entonces te acompaño con tus amigos —sentenció sin pensarlo, pero rápidamente procesó las palabras que salieron de sus labios.

Louis levantó la mirada hasta la de él sorprendido, ¿Había escuchado bien? Sus amigos sabían de él y viceversa, pero jamás se habían visto cara a cara y eso le ocasionaba un toque de inseguridad. No era que ellos fueran groseros, pero sí demasiado confianzudos y temía que a Harry no le agradara aquello y que solo lo pusiera incómodo.

—No, ya podré salir con ellos en otra oportunidad —sonrió tratando de aligerar el tema pero la expresión de Harry le mostró todo lo contrario.

—¿Temes que salga mal una reunión con tus amigos? —cuando su semblante se volvió decaído y pequeñas arrugas se formaron sobre su frente, Louis rápidamente se inclinó hasta quedar a su lado y tomar sus manos entre las suyas.

—¡No! Claro que no, me gustaría que los conocieras.

—¿Y entonces?

Soltó un suspiro de resignación y enfocó su mirada en el enlace de sus manos.

—Ellos suelen ser muy extrovertidos y demasiado juguetones, no quisiera que te sintieras incómodo o que te lleves una mala impresión de ellos, lo último que quiero es que te cohíbas en su presencia cuando siento que hemos progresado y con lo de hace unos días... Siento que puede ser demasiado.

Entendió sus palabras y asintió, pasando sus manos por los muslos ajenos de forma cariñosa y cuidadosa.

—Cariño, soy consciente que si acepto acompañarte no será un ambiente del todo tranquilo o aburrido, me gustaría conocer a tus amigos porque sé que te hace feliz pasar tiempo con ellos y porque siento que últimamente no lo haces por mi culpa, y si yo soy quien te detiene a ir entonces haré lo posible de ir contigo, podré llevarlo de la mejor manera posible si eso te hace feliz.

Sonrió en grande con sus palabras y se instaló en su regazo, envolviendo su cuello con sus brazos y provocando una leve fricción entre la punta de sus narices, provocando cosquillas del contrario.

—Haremos esto, iremos a la reunión con mis amigos, pero en cuanto vea que no estés cómodo o que algo te desagrade, nos iremos. Quiero que los dos estemos bien con esto, no que uno disfrute más que el otro, así que necesito que seas honesto si algo no te gusta o agrade. Ellos son amigables pero también agarran confianza muy rápido, aunque igual cada quien tiene a su pareja y siempre son bienvenidos cuando nos reunimos, así que serás igual de bienvenido cuando lleguemos, no te mortifiques con ello.

Asintió, soltando una leve carcajada.

—La verdad, pareces más mortificado tú que yo con este asunto.

Rodó los ojos ante su comentario pero solo decidió recargarse sobre su hombro, oliendo la fragancia que desprendía en la base de su cuello y amando el toque jovial que le daba a su personalidad. Cerró los ojos, descansando sobre su cuerpo y sintiendo leves caricias a lo largo de su espalda y caderas, toques que antes se sentían tímidos pero con el tiempo se tornaron delicados y llenos de dominio sobre su piel.

—Realmente me haces muy feliz, ¿Sabes eso?

Las caricias se detuvieron por el repentino comentario, pero se recompuso tan pronto como pudo y sonrió, recargando su mejilla contra la cima de su cabeza. 

—Tú me haces feliz, a veces pienso como lograste soportarme desde el principio, merecía ser dejado y desechado.

—Es que tienes un buen cuerpo, no podía negar eso —bromeó y soltó un pequeño chillido agudo cuando sintió un pellizco en su cadera— No es cierto, sabes que jamás te vi de esa manera. Creo que fue más por la percepción que me dabas, realmente me daba mucha curiosidad conocerte y aunque me costara demasiado, quería seguir intentándolo; eso y sumarle que nos encontramos varias veces por casualidad que era imposible no tomarlo como un presagio, así que solo seguí mis instintos, y menos mal que lo hice.

Levantó la mirada a la par que él bajó la suya, y de la cercanía rompieron el distanciamiento para fundirse en los labios del otro en un dulce y lento vaivén que anhelaron. La televisión y todo su alrededor pasó a un segundo plano, disfrutando del calor que desprendían y sintiéndose cálidos, sintiéndose como en casa.

Y aunque Harry no se atrevía a decirlo en voz alta, él se había encontrado fascinado con su presencia desde el primer momento que se encontraron, pero tenía demasiadas heridas que no lograba cerrar a pesar del tiempo transcurrido que no sintió ser el hombre que podría presumir libremente la dicha de amarlo, no sin sentir la inseguridad embargándolo y el miedo ahogándolo, siendo preso de sus mayores demonios.

"Creo que el destino le pidió ayuda al cielo para ayudarme a amarte como se debe".

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