CAPÍTULO 6(PARTE II)

1.8K 373 31
                                    

Lilian pasó el resto del día refugiada en su habitación fingiendo tener dolor de cabeza, pero lo que en realidad tenía, era unas ganas terribles de arruinar la anatomia ósea de cierto sujeto engreído y mentiroso. Quien no era otro que el caballero que había resultado ser, además de un posible contrabandista, un completo fabulador, insufrible y pagado de sí mismo.

Lilian todavía no se había podido recuperar de la impresión de ver al supuesto marinero en la puerta de su casa, vestido como un noble de buena posición y perfecta gallardía, cuando este le lanzó a la cara las peores acusaciones.

Acusarla a ella de haberlo engañado, era el colmo del cinismo, cuando solo se había intentado proteger. En cambio él estaba engañando a todo el mundo, usando los dominios de su familia, y su estatus social para llevar a cabo sus malos negocios.

Era un impostor, un vanidoso que iba por la vida creyendo que todas las mujeres deseaban atraparlo, un embustero, y un mujeriego de la peor calaña.

Y ahora estaba a su merced, pues él podía decidir contar sobre sus excursiones nocturnas, y una simple mención al pasar mientras tomaba una copa con un amigo, o jugaba a las cartas con cualquier caballero, podría significar la auténtica perdición para ella y para su reputación.

Dependía de la buena voluntad y la honorabilidad de un contrabandista.

Ya no servía que lo denunciara con su hermana y el marques de Harrow, porque él no era un simple trabajador haciendo una fechoría, era el hermano del dueño de esas tierras. No podía ir con el marqués y delatarlo así sin más, ya que Rochester sabía a su vez quién era ella y que no era una simple criada, por lo que en el momento que lo hiciera se delataría a sí misma también. Cómo explicaría dónde y en qué circunstancias de habían conocido.

Sus padres exigieran que lord Eric la desposara, si se enteraban de sus escapadas y de que había estado a solas con el caballero en cuestión.
Solo de pensarlo sintió un escalofrío.

Se imaginó siendo la esposa de ese hombre petulante y banal. Recordó el brillo travieso de sus ojos verdes, la forma cincelada de su boca, y la manera en que sonreía de lado. El modo lánguido en el que la había observado, como si ocultara oscuros y peligrosos pensamientos. Rememoró el aroma masculino que se desprendía de su piel, y la fuerza contenida y caliente con la que la había sujetado en el jardín.

Se vió casándose con él, y después siendo llevada a alguna propiedad campestre para ser abandonada allí, mientras su esposo se dedicaba a seguir con su vida en el mar y con sus malos pasos.

Tendría una noche de bodas, claro está. En la que su marido, la besaría de manera apasionada, como lo debía hacer un amante deseoso, y exigiría su derecho marital. Ella tendría que dejarse tocar por sus manos pecaminosas, tendría que someterse a  sus lascivos deseos y entregarse a los placeres que el exigiera saciar.

La puerta de su alcoba sonó, y ella se sobresaltó, y dió la orden de que pasaran. Esperando ver aparecer a su hermana, pero se trataba solo de su doncella trayendo ropa limpia.

Agitada se miró en el espejo, y vio que tenía las mejillas rojas, y sus pupilas se veian más grandes. Aturdida quitó la mano que tenía apoyadas en los labios, y se enderezó componiendo una expresión seria.

Tenía que encontrar la manera de reunir alguna prueba de las andanzas delictivas de Lord Eric, y así poder tener algo con lo que protegerse en el caso de que él decidiera chantajearla o hablar de ella.

Dentro de poco empezaría la temporada, ella encontraría algún buen pretendiente que le propondría matrimonio y dejaría de ser vulnerable.
Una vez que estuviera casada con un verdadero caballero, fuese la decente esposa de algún lord y estuviese protegida por el apellido de su cónyuge, se encargaría de entregar esa información a Lord Harrow, y acabaría con el menor.

Conquistar a un lord*PRÓXIMAMENTE RETIRADO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora