CAPÍTULO 7(PARTE I)

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Los siguientes días fueron un torbellino de actividades, disputas y acuerdos entre las matronas de las familias Lovelace y Rochester

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Los siguientes días fueron un torbellino de actividades, disputas y acuerdos entre las matronas de las familias Lovelace y Rochester.
Lord Harrow y Felicity deseaban una boda grande pero no suntuosa ni opulenta, algo con lo que lady Arabella, la marquesa viuda coincidía. Mientras que lady Agatha, la madre de las hermanas, insistía en que no debían escatimar en gastos y quería que la celebración fuese ostentosa y digna de las dos familias nobles. Es decir una boda por todo lo alto, para cerrar la boca a las malas lenguas que por años se habían ensañado con Felcity.
Finalmente los esposos se habían desligado de la interminable discusión, y dejado que las dos mujeres dirimieran sus diferencias solas.

En aras de fortalecer la floreciente relación entre las familias, la marquesa viuda había decidido realizar una cena en la mansión de los Rochester, para también celebrar que habían logrado llegar a un acuerdo y todo estaba listo para el gran día.
Lilian intentó alegar una jaqueca para no tener que asistir a la cena en cuestión, pero había bastado una mirada filosa de su madre, para que tuviera que tragarse la excusa y subiera a prepararse.

Su renuencia no tenía que ver con compartir tiempo con Felicity, y su esposo, sino con el hecho de reencontrarse con Lord Eric. No se sentía preparada para enfrentarlo después de la discusión que habían mantenido en el jardin. Y menos cuando no había hecho ningún avance en la investigación, pues apenas había tenido tiempo entre los encargos de su madre para la boda. Por otra parte no había logrado reunir el valor suficiente para regresar a la cueva sola. Hacerlo significaba arriesgarse a que la descubrieran, y si la atrapaban espiando, lord Eric no creería de nuevo que estaba allí por un interés romántico. Sabría de inmediato que ella conocía la verdad sobre sus operaciones clandestinas.

De todos modos, poco importaba su reticencias pues el carruaje que los llevaba a la cena, acababa de estacionar frente a la gran entrada de la casa.
Como ella nunca había estado en Kings Harrow House, y solo la.conocía a la distancia, quedó tan impresionada con la magnificencia de la mansión que tuvo que ser su padre, quien con sutiles toques en la espalda, la apremiara a avanzar.

El mayordomo, que se presentó como el señor Perkins, los guió a través del vestíbulo que tenía un impresionante techo abovedado de gran altura, y pisos de lustroso mármol a cuadros negros y blancos.

Llegaron a una estancia grande rodeada de ventanas que daban a la parte del jardín trasero, en la que había una larga mesa ya preparada con candelabros y floreros a rebosar de magnolias y rosas de varios colores. Junto a la chimenea, que estaba apagada, había un sector para sentarse y beber, donde vieron a su hermana levantarse acompañada de su esposo.

-Buenas noches. Bienvenidos-les saludó lord Harrow de manera muy formal a cada uno.

Sus padres saludaron, y Georgiana y ella ejecutaron la venia correspondiente, dejando a su madre muy orgullosa.

-¡Oh, basta de tanta formalidad! Les extrañe demasiado-exclamó Felicity, acercándose para darles un abrazo, y besar a sus padres en la mejilla.

Lilian notó que lejos de molestarle a Harrow aquella muestra de desparpajo, parecía encantarle, pues sus ojos cristalinos brillaron brevemente mientras observaba a su esposa.

Conquistar a un lord*PRÓXIMAMENTE RETIRADO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora