Azulado

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"Algo está ligándome
Cuando estoy azulado
Quiero recuperarme a su lado"

A la mañana siguiente desperté sin sentir sabanas tapándome y con un brazo abrazándome. Con Gastón nunca dormíamos en esa posición, siempre cucharita o yo para un lado y él para el otro. Abro mis ojos y veo el perfil de un Scaloni durmiendo relajado. Yo tenía mi mano en su pecho y él me abrazaba fuerte para que yo no me alejara. Ya estaba amaneciendo y estábamos los dos solos y dormidos en la playa. Me senté rápido en el lugar y comencé a despertar desesperada a Lionel.

-Lionel, despertate, nos quedamos dormidos- Empecé a sacudir mi mano en su pecho para que notara el movimiento y se despierte. Tuve éxito y abrió los ojos y, al darse cuenta de la situación, se recompuso y se sentó a mi lado frotándose los ojos con el puño.

-¿Qué hora es? - preguntó buscando en sus bolsillos su celular- La puta madre tengo cinco llamadas perdidas de Pablo y dos de Walter. Me van a asesinar y comer vivo

- ¿¡Qué hora es!?- levanté el tono ya entrando en la locura.

-No te alteres, tranquila. Son las siete y media- él me contestó tranquilo como siempre. Estaba muy despeinado y con los ojos hinchados, la ropa desacomodada y lleno de arena en todos lados. Toda su cara estaba con marcas provocadas por la incomodidad de la posición, aunque yo nunca había estado tan cómoda en mi vida. Lionel era hermoso, pero ahora que lo veía en otra de sus facetas me di cuenta que teníamos el técnico más lindo tanto a nivel selecciones como clubes. Quería tener ese despertar todos los días. No lo cambiaba por nada

-¿Como queres que no me altere si me quede dormida con vos sabiendo todo lo que eso conlleva?- Estornude. Me había resfriado- Ah genial! Encima ahora estoy resfriada. Que mala idea fue aceptar que me hagas compañía- Sabía que eso lo iba a hacer saltar, pero en ese momento estaba enojada conmigo misma y no pensé.

-Para para, baja un cambio. No sabíamos que iba a terminar así- él me contestó relajado mientras se sacaba la campera que llevaba puesta y me la tendía- Toma, abrígate que te vas a poner peor con este viento

-Sabes las cosas que pueden pasar por usar tu campera, no? Encima la de la selección, si fuese una normal puedo meter alguna excusa barata

-Emma deja de pensar tanto y haceme caso, dale que te vas a enfermar y no vas a poder ir a los partidos que quedan- No dije nada. Él chasqueó con la lengua y puso su campera sobre mis hombros- quédatela si queres, ya tengo otra.

-Gracias. En algún momento te la voy a devolver- él se negó al instante

-Nono, quédatela como recuerdo. Vas a tener el honor de decir que tenes una campera de Lionel Scaloni, muchos querrán y te van a envidiar- Yo me mordí los labios sonriendo sin poder creer la pavada que estaba escuchando

-Se ve que levantarte temprano hace que tu ego se eleve un 100%- nos reímos juntos hasta que fuimos interrumpidos por la última persona que quería que nos viera.

-Emma? - Lionel y yo abrimos grandes los ojos a la vez y gire mi cabeza para encontrarme con la mirada fulminante de Gastón- Que haces acá? ¿Qué hacen juntos?

-Lionel estaba caminando por acá y nos encontramos- fue lo más ridículo que dije, era evidente que no estaba diciendo la verdad, pero no se me ocurrió otra cosa.

-Se puede saber porque no dormiste conmigo anoche? - Preguntó cruzándose de brazos y agrandando su pecho.

-Te pregunté si querías venir conmigo, pero ya estabas tirado en la cama durmiendo, no te quise despertar y bajé sola. Sabes que me encanta ver la luna y estaba tan tranquila que cerré los ojos y me quedé dormida- Evité mencionar a Lionel para no generar problemas.

Corazón delator (Lionel Scaloni)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora