CAPITULO 9

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Por dos años la pequeña escuchó a aquellos grandes con dedicación, hasta que un día, cuando tenía siete años, su querida madre contrajo una rara  enfermedad que le arrebató la vida.
La tristeza invadió el palacio; el rey del infierno lloró por su antiguo amor, aquel que le dio tanta felicidad, y aunque sus últimos momentos no fueran más que penurias, aún sentía dolor y la pérdida de su "amada" le carcomió el alma. Los miles de sirvientes, guardias y nobles sintieron su pesar; la triste noticia calmó su angustia, pero el sentido de la lástima no pudo evitar yacer frente a sus ojos ante la princesa, quien había perdido lo que más amaba y lo único que le garantizaba un poco de bienestar. Pétalos de rosas adornaron la tumba de aquella que alguna vez fue reina; la misericordia imploraba por el alma en pena de aquella figura que parecía no sentir dolor. Sin lágrimas, sin una mueca o sonido emitir de sus labios, despidió a aquello que alguna vez amó y la amó con todo su corazón. El alma en pena se hallaba en su alcoba luego de experimentar la pérdida de su ser más querido; el caer de la tarde iluminaba su inexpresivo rostro frente a la ventana, y una sábana blanca se agitó con el viento, permitiendo así a aquella pequeña desaparecer ante el dolor. Frente a un gran árbol de un siniestro bosque se hallaba la princesa frente a una manada de bestias; sus ojos se tornaron de un rojo vivo y aquellos que la intimidaron se hicieron cenizas, para luego un grito desgarrador azotar el bosque y a todos aquellos a su alrededor, un páramo de sangre y penurias guiaron a sus sirvientes a su ama.

__ Mi señora__ exclamó de rodillas __comprendo su pesar, pero si sigue de ese modo...

__ ¡Mi madre!__ las lágrimas brotaron de su pequeño rostro __ Belial, ¡mi madre se ha ido!

El fiel sirviente se acercó a aquella alma en pena y, realmente, no encuentro las palabras, espero sepa disculpar a este gran estúpido y fiel siervo__ Belial en toda su larga vida sintió un poco de empatía por sus amos, pero aquella pequeña niña hizo latir su corazón con fuerza; jamás en su larga y deshonesta existencia se atrevió a cometer tal acto de osadía; tomó a la niña entre sus brazos y la acurrucó hasta dormirla. Luego de aquel día, Belial juró nunca volver a ver lágrimas en los ojos de su ama, juró ser aquello que jamás tuvo y poder al menos un día verla sonreír. La oscura noche fría despertó el angustiado corazón de un padre, quien ante el dolor trató de buscar a su hija, pero ya era demasiado tarde. Belial, envuelto en furia, tomó el dolor de su dueña y ocupó su forma para ignorar a aquel que le causó sufrimiento más que nadie.

__ Ester, permíteme pasar.

El fiel demonio le aguardó con disfraz y lo recibió. ¿Necesita algo?

Aquel que alguna vez fue padre la tomó entre sus brazos y rogó su perdón entre lágrimas, expresó a la niña su dolor. Pero el dominio lo sabía; el rey solo era egoísta, pues trató de calmar su pena transformando su agonía interna con el perdón, y de esa forma poseer paz. Su ama, quien le observó desde las sombras, le sonrió y se desvaneció, dándole así la pauta de poder tomar el control.

__ Padre, realmente extraño a mi madre__ exclamó el demonio __ usted no va a dejarme sola, ¿verdad?__ Pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos.

__ No, cariño, papá ya no te dejará sola.

__ Gracias, papá__ el demonio abrazó a aquel hombre y mientras miraba su reflejo, sus ojos amarillos resaltaron entre las sombras. Así, luego de once años, una hermosa mujer vestida de negro se hallaba frente a la tumba de la que alguna vez fue llamada reina, un velo cubría su blanca piel y unos ojos color violeta relataron desde la delgada tela que cubría su hermoso rostro. Mientras una rosa negra caía lentamente sobre aquella fría y húmeda tumba, la mujer frente a ella se ponía de pie, para poco a poco aquel velo deslizarse lentamente y de esa forma revelar su gran belleza.

__ Mi señora, todo está listo.

Una hermosa cabellera ondeada fue suavemente deslizada por el viento, mientras caminaba hacia lo que sería el comienzo de una nueva era.

REINA INFERNAL: llamas de venganza, bajo la sombre de un reino olvidado Onde histórias criam vida. Descubra agora