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╰►frente a la cámara. ___________________
—¿Sabés que sos lo más lindo que me pasó?—me dijo Santi, perdido en mis ojos, estábamos los dos recostados en mi cama y nuestras miradas en ningún momento se desconectaron.
—¿Sabés que te amo?—le respondí, relamiéndome los labios, mirándolo con amor y una mirada de ilusión que no se compara a nada.
—Si seguís siendo tan linda no me va a quedar otra que comerte a besos ¿sabés?.—me dijo acercándose a mi rostro sin lentitud alguna.
No esperé que él tomara la iniciativa, me acerqué a él eliminando esa distancia que nos separaba y lo besé tiernamente. Estuvimos así unos segundos, cuando el beso se empezó a poner más pasional.
Se lanzó encima de mí sin aviso alguno, con sus manos en mi cintura que exploraban la misma de arriba a abajo.
Se separó de mis labios y llevó una mano a mi rostro.
—Te necesito más que nunca, mi amor.—dicho eso siguió atrapándome entre sus labios con una fuerza inverosímil.
—¡Corte!—gritó el director, provocando que nuestros cuerpos se separen del beso y solo queden risas dispersas en el ambiente.
Santi y yo estamos actuando en una peli de romance juvenil, ya estamos grabando las últimas escenas que son las más fogosas y pasionales. Nos quedaba el final de la peli y una escena de intimidad.
Habíamos entablado una relación preciosa de amistad, es el pibe con el que cualquier mujer sueña, literalmente. Tiene una manera de ver a su alrededor que cualquiera envidia fácilmente.
—En media hora llega la coordinadora de intimidad para comenzar a rodar las escenas más picantes chicos. Descansen, y vuelvan a eso de las 14:30 al set.—dijo el director.
Me dirigí al trailer de maquillaje, el cual estaba vacío porque las maquilladoras ya habían cumplido su horario. Me acomodé en un pequeño sillón cruzando mis pies, quería relajarme. Estaba tensa, solo de pensar en las escenas que vienen.
Qué, aunque sé que hacen absolutamente todo para la comodidad de los actores, para que no se rocen los genitales y todo eso, ¿quién no se sentiría tensa de saber que te están grabando cogiendo?
Unos toques en la puerta del trailer me distraen de mis pensamientos.
—¡Está abierto!—grité desde mi lugar.
—Permiso señorita—dijo Santi entrando, y cerrando la puerta detrás de él. Que bonito es.—¿Estás al pedo?—preguntó sentándose en una silla frente al tocador de maquillaje.
—Si, ¿vos?—respondí, hechando mi cabeza contra el respaldar, me sentía un poco agotada.
—También, por eso estoy acá.—explicó entre algunas risas. Tiene una sonrisa preciosa.—Quería saber como te sentís con... ya sabés...
—¿La escena de sexo?—pregunté. Siempre directa nunca indirecta.
—Sí, bueno... si te sentías cómoda de que sea conmigo.—preguntó, medio cabizbajo.
Eso es una gran característica de Santi, su timidez. Siendo que en la grabación nos hemos tenido que comer la boca miles de veces, era re tímido conmigo. Se le va la timidez solo cuando se prenden las cámaras, detás parece un perrito mojado, y eso me causa una ternura increíble.
—Sí Santi, obvio que me siento cómoda. Vos sos un gran compañero y un actorazo, estoy segura que va ser re llevadero rodarlas.—dije. Sabía que una escena íntima no sería fácil rodarla, pero capaz que era algo que le preocupaba a él, y tampoco quiero que se preocupe más.—¿Y vos cómo te sentís al respecto?—pregunté.
—Bien bien... Me deja tranquilo que sea con vos, te tengo confianza por si se me escapa un huevo en la mitad de la escena.—bromeó y reímos, luego se formó un pequeño silencio, pero no era incómodo, era tranquilo, para que luego Santi continuara la charla—También me gusta que sea con vos... porque, sos vos, o sea...
Actuaba como si no acabaramos de chapar fogosamente frente a la cámara hace cinco minutos.
—¿Cómo?—pregunté, curiosa. Creo que sé lo que me quiere decir Santi, según lo que interpreto. Pero igual quiero que me lo exprese él, no hacerme falsas ilusiones de nada.
Suspiró profundo, se paró de la silla y caminó hasta quedar al frente de mi cómodo sillón.
—Porque me encantás, ¿no te das cuenta?—soltó, como si estuviera frustrado.
Su rostro expresaba alivio, como si se estuviera sacando un peso de encima.
—Sos una piba inalcanzable para mí, por eso me encanta que sea con vos, porque es lo más cercano a estar juntos que voy a tener.
Esas palabras me habían hecho sentir mariposas de todos los tamaños y colores. Estaba emocionadísima, Santi sentía algo por mí y yo sentía algo por él.
—No soy inalcanzable para nadie, Santi, y menos para vos, sos el pibe más lindo y tierno que he conocido, posta. Y si sentís eso por mí, te aviso que es correspondido.—mientras decía eso me paraba del sillón para quedar a su altura y verlo a los ojos, quedando entre nosotros una pequeña distancia.
—Es increíble que frente a la cámara fluya tan bien nuestro amor, y ahora me dé vergüenza robarte un beso.—susurró entre algunas pequeñas risas que compartí.
—Entonces imaginate que estamos frente a la cámara.—susurré contra sus labios.
Y esas fueron las palabras clave para que comenzara un apasionado beso entre nosotros dos, como si fuera la continuación del beso en la ficción.
—Me volvés loco.—dijo casi de manera inentendible, entre besos.—Te invito a cenar a mi casa esta noche, ¿querés?
—¿Ya no más niñito tierno?—bromeé y reí—Obvio que quiero Santi.—acepté, y le seguí dando algunos besos.
—Me moría por darte besos atrás de la cámara, ¿sabés?—dejó varios picos sobre mis labios. Ahora parece que no nos queremos separar nunca más.
—Sos un lindo...
—¡Llegó antes la coordinadora, chicos! Vamos así ganamos tiempo.—gritó la ayudante de dirección desde afuera del trailer.
—Vamos.—dije, a lo que él respondió con un corto beso, y salimos del trailer para encontrarnos con la supuesta coordinadora. Ya sentía que no la necesitaba, con Santi no hace falta aclarar ningún consentimiento, quiero todo con él.
