Para enamorarte || Felipe Otaño

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LAS COSAS NO ESTABAN SALIENDO, como Juli esperaba, la morena tenía que volver a España en menos de dos días. Ahora mismo ella se encontraba en casa de su gran amigo Juani. Hablando de su nuevo problema

—O sea vas a romper la promesa que le hiciste al pobre nene— el estaba hablándole pero con su atención en un aparte en su celular

—No tenía que prometerle nada —paso sus manos por su cara desesperadamente — se va a poner triste

—¿Qué triste? Una parte de él te va a odiar por no cumplir la promesa

—No me estarías ayudando

—Y si es la verdad boluda—levanto la vista de su celular— estaría rompiendo una promesa importante para él supongo

—Voy a tener que hablar con la mamá

—¿Y para qué? Le va a chupar un huevo, si no le da atención al pobre chico —se acomodó en su lugar y la miro mejor— ¿qué te hace pensar que cuando vos te vuelvas a España lo va a hacer?

La pregunta que le hizo su amigo, la dejó sin palabras. Por una parte su amigo tenía razón, pero y si no la tenía

—Ya me voy

—¿Tan rapido?

—Tengo que arreglar unas cosas y hablar con Susana, la mamá de matias

—Bueno, avísame cuando llegues y mañana tráeme unas empanadas por lo menos —la acompaño hasta la puerta— tenes un local en frente de tu edificio y sos tan gila que no me traes ni media docena

—Para un poco, ese local te cobra como su hubieses roto la puerta

—Pero bien que pipe te compro, esas empanadas

—Pero proque él quiso comprarlas ahí —le dio un beso en la mejilla— nos vemos mañana, te traigo media docena de facturas mejor

—Una docena y entras— le gritó, ya que la morena estaba entrando al ascensor