¿Qué haces tu aquí?

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Chiara se acercó a la pelirroja y al fotográfo lentamente. A partir de aquel momento se había propuesto que su propósito sería molestar a su juzgona secretaría hasta que quisiera abandonar el puesto de trabajo o cambiara su actitud. 

Obviamente, no haría nada que fuera en contra de su integridad física, pero ver sus límites era algo que le apetecía comprobar.

- Perdón por la demora, he aprovechado para secarme un poco el pelo viendo el tiempo que hace hoy

- No se preocupe. Le estaba enseñando a su secretaria las fotos que había tomado. Ahora se las enseño.

Luego de ver todas las fotos y dar el visto bueno a las que más le gustaron, secretaria y jefa si dirigeron al coche para volver.

Antes de entrar al coche, Chiara se percató de que el sol ya se estaba poniendo por el horizonte de la montaña, y la luz rojiza de la puesta las cubría por completo.

Su secretaria se veía preciosa con los rayos del sol impactando directamente sobre sus ojos marron oscuro, pensó. La enfadaba profundamente lo que había oído hacía nada, pues realmente se había planteado crear lazos con ella. Seguramente fuera por eso que aún la enervaba más lo sucedido.

- Entra al coche - Dijo Chiara en un tono totalmente neutro mientras desbloqueaba las puertas del auto.

La vuelta se pudo resumir en un silencio sepulcral entre las dos integrantes. Ni Chiara tenía ganas de entablar conversación con Violeta ni Violeta se atrevía a pronunciar ni una palabra pues su sexto sentido le decía que su jefa no estaba del mejor humor que uno cabría esperar.

Llegaron a Barcelona de noche, pues un accidente en la carretera las había retrasado importantemente. En vez de acompañarla a su casa, que quedaba de camino y había buscado su localización antes de empezar el trayecto, Chiara fue a la empresa i allí volvió a aparcar el coche en la plaza de parking.

Las dos salieron del mismo también en silencio, y una vez fuera del edificio Chiara dijo:

- Me había planteado en dejarla en su puerta, ¿sabe?. Al final he pensado que no era la mejor opción hacerlo, no me gustaría que se pensara que tengo un especial trato de favor hacia mi secretaria

Violeta perdió en ese momento todo color en su piel. ¿La habría oído Chiara manteniendo la conversación con ese camarógrafo?

No lo creía, sería solo su imbecilidad habitual, pensó.

- No se preocupe, he venido en mi propio coche. No se si se habrá fijado, pero está a solo dos plazas del suyo.

- Pues no, no me había percatado. Suelo fijarme en cosas más importantes o que me llaman más la atención. - Pronunció Chiara, mirando a su secretaria mientras sacaba una cajetilla de tabaco de la que se daba el lujo de coger un cigarro cada noche.

- Perdone si mi coche no es suficientemente llamativo y no le llama la atención, señorita Oliver. Entiendo que teniendo un deportivo de lujo cualquier otro coche le parezca una nimiedad.

- No es eso lo que he dicho, señorita Hódar, pero supongo que cada uno le da el significado que quiere a las palabras que oye. Una misma moneda tiene dos caras, mirando solo una se pierde la identidad de la otra... - Dijo Chiara a la vez que expulsaba el humo de la primera calada y se acercaba lentamente al rostro de la pelirroja.

- Supongo que sí, pero,  ¿no cree usted acaso que aunque se pierda la otra mitad, si la mitad perceptible resulta ser horrible uno puede no querer ver la otra pues, por muy buena que sea, nunca podrá contrarestar a la ya vista? - Respondió Violeta mientras también se acercaba peligrosamente al rostro de su jefa

Cherry Bullet ( Kivi )Where stories live. Discover now