Capítulo 38

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Bianca Miller

Desde que se los presente ninguno habían cruzado alguna palabra, de hecho, podía notar las miradas que se daban, mis hijos estaban celosos de tener un extraño en la casa y nunca permitían que tuviéramos un momento a solas siempre andaban de tras de mí y así mantenerlo lejos.

Veía a Matteo y cada vez que intentaba decir algo se retractaba y se manteniéndose en silencio, yo solo le sonreía para que entendía su forma de actuar, él no sabe cómo acercarse a ellos, esto es nuevo.

Cuando estaba preparando el almuerzo para nosotros, vi como mis pequeños se pararon y sacaron a su padre a rastras, me pareció algo extraño, ya que siempre querían tenerlos lejos.

A pesar de que fue algo que no esperaba, decidí no ir tras de ellos porque quería que Matteo tuviera un momento a solas con sus hijos, aunque presiente que esta junta no iba a terminar muy bien, ya que esas tres personas tienen el mismo carácter.

Cuando no escuche gritos o llanto pensé que me hizo pensar que todo iba bien, eso me dio tiempo para terminar de pelar las papas, las condimente y coloque a asarlas en el horno, luego me dirige al refrigerador para llevarles un refresco y algunas galletas cuando escucho un fuerte sonido y posterior un grito que me hizo preocuparme.

Pero quien iba a pensar que mi living se había convertido en un campo de guerra, ver a mis pequeños jugar con su padre me hizo sonreí, solo en mis sueños me había imaginado esto, pero ver que se volvió realidad fue mágico.

Tomé mi teléfono que se encontraba en el bolsillo de atrás de mi pantalón y comencé a grabar este momento, tanto mis hijos como su padre estaban disfrutando de aquella guerra de juguetes.

No podía dejar de sonreír y debo decir que se me escaparon algunas lágrimas de felicidad, mi corazón palpitaba fuertemente debido a la alegría, esto era algo bueno, esto era maravilloso.

La guerra llegó a su fin y todo acabo cuando ellos se recostaron en el suelo, la sala era un campo minado de juguetes, un desorden total, pero mis hijos estaban felices la sonrisa en sus rostros lo demostraba al igual que adornaba el rostro de Matteo la cual expresaba la máxima felicidad.

Tome unas cuantas fotos, uno objetivo capturar cada momento de ellos junto este era el primero de muchos.

Este era el comienzo de Matteo como su padre.

—¿Qué fue lo que sucedió aquí? —digo haciéndome la sorprendida y todos me miran, debo decir que me costó mucho sacar ese tono y tuve que contener mis ganas de recostarme junto a ellos.

—Mami —dicen mis niños.

—Bianca —dice él y los tres se paran.

Recorro toda la sala con mi mirada y luego los vuelvo a mirar, noto que mis hijos vienen hacia mí con sus caritas tristes y Matteo me mira desconcertado.

—Mami —dicen y miran a su padre —Es su culpa, él comenzó todo.

—No mientan par de diablitos —dicen y noto como se miran, sé que mis hijos empezaron esto.

Pero quiero ver qué hará Matteo Anderson ante lo que sucederá ahora porque mis hijos saben cómo cambiar las versiones, siempre que sucede en casa de mis padres y sobre todo con el tío Liam.

—No estamos mintiendo, mami debes creemos —mi ojitos de cielo tira mi mano para que lo vea.

—Él nos tiró un peluche, él comenzó todo nosotros solo nos defendimos —dice mi estrellita.

—Bianca realmente este par de niños me odia —dice y trato de aguantar la risa —Tan celosos y manipuladores, pero en mi defensa mienten.

—En nuestra defensa mami debemos decir que somos dos y el uno —dice mi ojitos de cielo —Multitud gana.

Eras todo lo que necesitaba [EN PAUSA]Where stories live. Discover now