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(...)

Sea lo que haya sido eso, Draco estaba completamente seguro de alejarse de Potter. No, él era completamente heterosexual. Aunque no descartaba la posibilidad del todo, de igual forma, le había atraído durante un tiempo Theodore Nott, pero él sólo resguardó sus sentimientos y no tocó el tema con nadie nunca más, pues su padre le enseñó desde temprana edad que la gente que le gustaba su mismo género era anormal y desquiciada. Unos traidores a su legado familiar.

Luego de esa charla no volvieron a hablar, Draco se acercó más a Blaise, considerando que quizá él no era tan mala persona como pensaba y tal vez, sólo tal vez, era alguien de fiar.

A tres días de la primera prueba Draco caminaba hacia el salón de Historia Mágica, cuando Pansy Parkinson, a quien llamaba su "acosadora número uno" lo detuvo.
- Parkinson, si vienes a invitarme a algo, mi respuesta es no. Ya lo - Él fue interrumpido por Pansy.
- No, Draco. No vengo a invitarte a salir. Quiero hablar contigo, y no para declararme. - Contestó firme.
- Bien. Hazlo.
- Verás, desde que entramos a primer año me gustabas, pero siempre me rechazabas. Ahora me dí cuenta de que solo fue admiración u obsesión de parte mía hacia ti. Quería disculparme por acosarte tanto, no era mi intención. Ya no me gustas, ni lo vas a volver a hacer. - Explicó haciendo una breve pausa. - Y sólo quería preguntarte si querías ser mi amigo, para arreglar las cosas y tener más confianza, ¿si?
- Oh. Suena bien, Parkinson. Estoy feliz de que dejes de acosarme - liberó una leve sonrisa hacia el costado. - Claro que podemos ser amigos. Siempre me pareciste alguien simpática y agradable, si no fuera el hecho de que estuvieras invitándome a Las Tres Escobas constantemente. - Dejó escapar una risa recordando todas las invitaciones que negó durante cuatro años enteros.
- Perfecto. Nos vemos, Draco. - Se despidió Pansy de su nuevo amigo.
- Adiós.

Cuando se encaminó de nuevo hacia su destino se chocó con alguien, y era ni más ni menos que Cedric Diggory. A quien más admiraba y odiaba además de Potter.
- Oh, lo siento, Malfoy. No te ví venir. - Comentó Cedric apenado.
- Sí. Lo noté. - Respondió indiferente pero con un toque enojado en su voz. - Sal de mi camino, Diggory.
- No tienes que ser tan grosero, ¿sabes? Te pedí disculpas amablemente.
- Con un Hufflepuff asqueroso jamás me vas a ver siendo "amable". - Hizo un gesto con sus dedos de comillas. - Te lo repito por última vez. Que Merlín te meta en una varita y se olvide en cuál.

Cedric se apartó de mala gana, dejando que Draco pasara. Honestamente, se puede esperar una reacción así si es de Draco Malfoy de quien estamos hablando, pues es un ser que se desquita con toda cosa que camine. Como lo es Isaac Blue. El hermano Hufflepuff de primer año, para variar, de Louis Blue. Un Gryffindor de cuarto año también.
Draco siempre lo esperaba unos minutos antes de que él salga de su clase de Historia Muggle para molestarlo y tirarle de vez en cuando un balde de agua. El chico era alérgico a las uvas y a los frutos secos, y Draco lo sabía. Pero a ese detalle jamás le prestó atención. Era un idiota de primera calidad, pero no era tan imbécil de obligar a alguien a que coma algo que puede hacer que muera fácilmente de un ataque.

De todas formas, él no lo había molestado hace demasiado, y no extrañaba ese pensamiento de lastimar a alguien o burlarse de él, por más que fuera parte de su personalidad. Estaba en si apenado por lo que le había hecho al pobre niño que jamás le hizo algo a él, así que decidió ir a disculparse, sorprendentemente. Sólo se tragó su orgullo y cuando él salió de su clase se dirigió al salón de Historia Muggle para hablar con él.

Isaac apenas lo vió quiso huir, como lo haría cualquier persona que es acosada.
- ¡Hey! ¡Isaac! ¡Espérame! ¡Necesito hablar contigo! - Gritó Draco sorprendiendo a los otros de primer año.
Como Isaac no cedía Draco tuvo que correr con todas su velocidad para alcanzarlo y detenerlo.
- Hey, pequeñín. No quiero molestarte. Quiero hablar contigo. - Le dijo al niño aterrado con tranquilidad. - Verás... sólo quiero disculparme por comportarme como un idiota estos meses contigo. Nunca me has hecho nada pero solo por el hecho de ser Hufflepuff y hermano de un Gryffindor se supone que te... ¿odiaba? No lo sé, la verdad. Sólo te pido disculpas. Lo siento. - Terminó viendo a Blue con los ojos abiertos como platos.
- Está... está bien, Malfoy. - Respondió tímidamente.
- Llámame Draco. - Le pidió Draco acordándose de algo. - Casi lo olvido. Ten. Es un durazno. Ví que no desayunaste en la mañana.
- Uhm - Isaac se quedó pensando pero Draco lo interrumpió.
- ¿Eres alérgico? Puedo conseguirte otra fruta, tú dime. Quiero compensarte un poco.
- No... no soy alérgico al durazno... gracias. - Tomó la fruta de la mano de Draco. - Hasta... hasta luego.
- Adiós, pequeñín. - Despidió Draco con una sonrisa cálida. Había logrado su primer cometido de empezar a ser una mejor persona. Lucius parecía que no volvería a Malfoy Manor en mucho tiempo, y quizá jamás. Y Narcissa es una persona que daría la vida por Draco. Él se lo planteó y decidió ser más como Narcissa, Lucius aunque fuera su padre en papeles ya no formaba parte de su vida, y es más, desde pequeño él la destruyó.

Estaba completamente seguro de esa decisión de cambio personal. Y para eso, tendría que alejarse de Potter. No porque él fuera una piedra en el camino, no porque él fuera alguien culpable de su mala actitud ni cualquier cosa negativa que se pueda imaginar. Pero si quería hacer ese esfuerzo es mejor cambiar alejado de gente que fácilmente lo puede hacer perder los estribos y no tener autocontrol debido a la furia que puede llegar a explotar y liberarse con la cruda honestidad que desencadenaría esa explosión mental.

Por otro lado, Harry, aunque es obvio, no sabía de sus planes y su repentino alejamiento con el platinado. Por lo que él decidió hablarle e invitarlo a salir, como amigos, valga la redundancia.

Se lo encontró con una mirada de profundo pensamiento, como si estuviera disociando pero a la vez sabía a dónde se estaba dirigiendo y no se perdía por completo de la vida real y sólo se concentraba en sus pensamientos, independientemente de qué fuera. Esto hizo que Harry le hablara, sacándolo de su trance.

- ¡Malfoy! Hola. - Saludó con una ligera sonrisa. - ¿Cómo estás?
- Hola, Potter. - Devolvió el saludo y dirigió su mirada a la puerta que dirigía a las escaleras con seriedad. - Escucha, no puedo hablar ahora. ¿Te importa si lo dejas para otro día? - Aunque era una excusa a la vez, sí tenía que hacer algo.
- Oh, bueno. Nos vemos luego. - Respondió con una mirada en sus ojos levemente triste.
- Adiós. - Despidió fríamente el platinado.

Definitivamente no quería estar cerca de Potter. Parecía tan desanimado cuando le dijo Draco que estaba ocupado que tan solo verlo lo hizo salirse de sus casillas. Parece que ese azabache con ojos esmeralda tenía algo que lo enfurecía a él. No sabía qué, pero sabía que era algo grande para molestarlo tan sólo verlo.

Draco se dirigió en su camino, como de costumbre, a las mazmorras por su sala común. Necesitaba pensar en qué hacer ahora. Pensar en quién tendría que disculparse, porque se había disculpado con Bones, Blue, Spier y Wayne. Pero todos esos eran Hufflepuff's excepto Wayne que era un Ravenclaw de segundo año. Hasta que recordó que no se había disculpado con nadie de Gryffindor. Porque sí, tenía una larga lista de gente que molestaba de Gryffindor. Era obvio, por supuesto que la mayoría serían de Gryffindor, después de todo, era la casa rival de Slytherin.

Quería disculparse con Granger, porque técnicamente Granger no le agradaba por superarlo en algunas materias como Encantamientos e Historia Mágica y él quedando en segundo lugar. Además por su creencia ahora inexistente de Sangre Pura. Sabía que no debió haberle dicho sangre sucia inmunda en segundo año, pero en ese entonces Lucius seguía estando ahí y los estándares de éste eran que Draco fuera el perfecto, el más inteligente, guapo, codiciado, envidiado. En todo tenía que estar en el primer puesto, pues las cientos de bofetadas que recibió cuando Lucius se enteró que no era el primer puesto en dos materias asquerosas se puso como un loco a gritarle que cómo era posible que una sangre sucia hija de muggles lo superara cuando él era un sangre pura, millonario y para colmo era Malfoy. Uno de los apellidos en el Mundo Mágico más reconocidos y prestigiosos que había.

Odiaba revivir esos recuerdos, más sabiendo que todo lo que vivió jamás se borraría, porque a un niño de 14 años no le puedes exigir nada, ni puedes obligarlo a pretender que nada de lo que le hiciste se borre de su memoria así como así. A veces, agradecía a todos los magos y brujas que Lucius para el entonces de que Narcissa encontró a su hijo ensangrentado en el baño con su brazo cubriéndolo del mismo líquido rojo Lucius ya estaba en Azkaban, probablemente ideando el plan para marcharse.

Por eso, porque no era el más debilucho. Probaría que él era mucho más audaz y valiente que todos estos malditos antagonistas.

Sólo es un Juego [Drarry/Harco]Where stories live. Discover now