ECLIPSE. AU/ Julián x Enzo. PAUSADA

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Hola, aparezco.... !!💘

—Enzo, gato.—La voz de Luca lo sacó de su trance. Alejó la vista de la pareja que recién había llegado a la casa de su amigo y le prestó atención al bostero, levantando una ceja en forma de pregunta al ser interrumpido en su expedición.

O más bien salvado. Si seguía viéndolos un segundo más probablemente iba a terminar haciendo una locura.

—Vení un toque.— Asintió sin más, aguantando las ganas de darle una última mirada a aquellos, la voz de Julián llegaba a sus oídos para terminar de mandarle un escalofrío a todo su cuerpo. Ni siquiera podía pensar bien al sentir aquel aroma dulzón que era su debilitamiento.

Lo era y le fue imposible apartar la vista del omega apenas lo vio. Julián era para él la persona más bella que habitaba en ese mundo, no existía nadie que le llegara ni a los talones, no solo era su físico lo que lo tenía al borde de la locura era todo de él.

Esa personalidad tan introvertida pero con arranques de sinceridad que muchas veces lo dejaban mudo, ese compañerismo y sobre todo ese lado tierno que solo salía rara vez, una que Enzo logró sacar muchas veces y que lo terminaban enamorando un poco más, pero aun así nunca tuvo suficiente.

Con Julián siempre quería más.

Por eso, en ese instante viéndolo tomado de la mano con otra persona que no era él, era un puñal. Sentía a su alfa rasgar con desesperación su pecho para salir a reclamar lo que era suyo, sus manos picaban de ansiedad por aguantar las ganar de acercar y alejar aquel farsante que tenía entre sus brazos a su omega.

Tomó aire mientras se levantaba de su asiento, sintiendo su cuerpo un poco pesado y mareándose en el acto. Caminó derecho siguiendo a su amigo, atravesando la cocina para terminar por cruzar la puerta que daba al patio trasero, el viento frío fue la cachetada que necesitaba para poder acomodar sus pensamientos.

—Bancame un toque que voy a buscar hielo para cortar.— No llego ni a responder que Luca ya no estaba ahí, dejándolo solo.

Guardó sus manos en su bolsillo al sentir que comenzaban a helarse, la luna iluminaba el patio esa noche completamente estrellada de Mayo. Le fue inevitable no mirarla y pedirle un deseo con su alfa de cómplice.

El impacto de la botella de hielo contra el piso lo asustó, no tardó en darle una mirada de enojo a su amigo quien rió apenas.—¿Y Abigail? qué raro que no viniste con ella.—La mueca que se formó en sus labios fue imposible de ocultar.

—Ya fue todo con Abi.—

Luca paró de hacer su trabajo para mirarlo un segundo, en su cara había una sonrisa torcida, claramente estaba esperando que le dijera que era una joda, pero no había ningúna broma detrás.

—Dale, salamín. ¿Posta?.—Asintió con un suspiro acompañado.—¿Por? ¿Qué pasó?.— Nada. Ese día más temprano se había levantado con la decisión completamente tomada, sabía perfectamente que Abigail no se merecía ni un poco lo que le estaba haciendo y además él ya no aguantaba más seguir fingiendo algo que claramente no había.