𝐕

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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕

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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕

La joya de la corona.

- War Of Hearts.

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La reacción de la princesa estrujó el corazón de Benedict. Quizás, a todos los presentes ahí, pues incluso los semblantes de Hyacinth y Gregory se habían convertido en unos rostros de lástima y pena.
Lady Danbury suspiró, fue el único sonido que se escuchó después de que los zapatos de la princesa se alejaron lo suficiente de la sala.
Su madre, miró a Eloise, fulminante y ciertamente molesta.

—Eloise —. Solo dijo eso, pero en el tono indulgente y maternal que siempre usaba cuando los "reprendía".

—Y-yo, lo siento mucho —. Tartamudeó Eloise.

—Era imposible que lo supieras, Eloise —. Dijo lady Danbury. —Nadie lo sabía —. Volvió a suspirar. El estado de duelo de la princesa, era incierto.

—Benedict, ¿por qué no vas que buscarla? —. Sugirió Daphne. Benedict se alarmó al oír eso.

—¿Yo? —. Inquirió, algo confundido. Él miró a su madre, claro que quería salir corriendo en cuanto la vio irse tan rápido, pero no saldría a menos que su madre lo dejara.

—¿Hay otro Benedict aquí? —. Bromeó Daphne.

—Ve, tal vez necesite charlar —. Asintió su madre.

Justo cuando su madre terminó de decir la última palabra, Benedict se puso de pie, decidido a buscarla. Su casa era grande, pero posiblemente no iría lejos.
Ben salió de la habitación con rapidez, con cierta preocupación invadiéndole todos sus sentidos.
Benedict llegó al vestíbulo, y en las escaleras, la vio.
La vio de pie, en el último escalón de la primera sección de escaleras. Ella estaba en el medio, mirando los dos retratos de los hermanos Bridgerton en las paredes.
Otra vez, admirando las pequeñas cosas, admirando arte.

Benedict caminó, con las manos escondidas detrás de su espalda, con cautela y cuidado de no interrumpirla. Pero ella estaba tan inmersa que pareció no notarlo, hasta que Benedict decidió hablar.

—La encontré —. La princesa se exaltó un poco. Benedict pudo ver como sus ojos, sus lindos ojos color ámbar estaban cristalinos, rojizos. Sin duda alguna, la princesa acababa de llorar.

En ese preciso instante, Benedict lo supo, lo supo aún mejor. Sus dudas se aclararon, pues en cuanto la vio, con la nariz enrojecida, sus ojos irritados y su corazón destrozado.
Benedict sintió un punzón en el pecho, un dolor inexplicable que sólo se presentó cuando la vio así. Solo quería abrazarla, pero no podía hacerlo, pues no era correcto que un hombre y una mujer que ni siquiera se trataban por sus nombres de pila, se abrazaran.

𝐖𝐚𝐫 𝐎𝐟 𝐇𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 • 𝗕𝗿𝗶𝗱𝗴𝗲𝗿𝘁𝗼𝗻Where stories live. Discover now