OLIVIA| Christopher Wilde

𝓞.010

Saque el mapa de mi bolsa que había comprado Christopher y busqué una ruta para escapar de los camarógrafos.

—En la siguiente a la izquierda—Le indique.

—¿Segura?—Respondió dudoso.

—Si—Asentí segura.

El hizo caso y dio vuelta a la izquierda, entramos a una camino con tierra mucha tierra.

—Según esto si das vuelta a la izquierda el camino vuelve a la autopista.

Seguimos avanzando, examine el mapa de nuevo y abrí mis ojos al ver que lo tenía al revez.

—Ohh.... Tal vez no—murmure.

—Esto ni siquiera es un camino, es un corta fuegos—Bufo.

—Solo sigue conduciendo—Le lanza una mala mirada.

—Dice, cuidado con los vendado yo no veo venados—Se quejo.

Mientras seguíamos avanzando, lo cual me daba miedo ya que los caminos estaban muy pequeños y claro podíamos morir.

—Te quejas más que mi hermana—Dije entredientes.

—Estamos en el camino correcto ¿o no?—Pregunto.

—No....—Murmure mientras seguía viendo el mapa el cual no le entendía nada.

—enséñame—Aparto la vista del frente acercándose a mi para mirar el mapa .

—¡No! Mantén los ojos en el camino yo soy la copiloto—Exclame.

No quería morir y menos aquí.

—Eso es lo qué haces—Murmuro rodando los ojos.

—¿A qué te refieres?—Dije en un tono dudoso.

—Que eres una sabelotodo.

—¿Una que?—Eleve mi ceja hacia el.

—¡Una sabelotodo!, eres la Reyna de las decisiones impulsivas—Exclamó, causando que mi enojo creciera aún más.

—Aquí a la izquierdi, es el camino estoy segura—Trato de imitar mi voz lo cual era frustrante.

—En verdad estaba segura—Rodé los ojos haciéndome una coleta.

—¿Estas segura? Lo estas de cosa que es imposible que puedas afirmar—alzó una ceja.

—¡Es mentira!

—¡Y estás a la defensiva!—Arrugue mi nariz.

—¡Mueve el auto!—Exclame, al ver que no se movía.

Christopher piso el acelerador pero solo se escuchaban las llantas de auto moverse, Christopher se asomó por la venta y yo repetí su acción.

Abrí los ojos asustada, el auto se estaba hundiendo.

—Vamos a morir—Lo mire asustada.

—No, no vamos a morir Olivia—Me miro obvio.

Me levante del asiento para salir por la ventana pero sentía que si me movía mucho el auto se iba a hundir.

—Yo te ayudo—Trato de tomar mi mano pero yo la quite de inmediato.

—No me toques—Rodé los ojos tratando de subir al techo del auto.

—¿Porque estás tan molesta?—Lo mire obvia.

—¡Ah no lo sé, tal vez por esto!—Bufe.

—Tomar el camino equivocado no fue mi idea—Se levantó arriba del techo del auto y yo repetí su acción.