capítulo 17

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— ¡Devuélvemelo, Sicheng!—grité tratando de recuperar mi collar, Sicheng me lo había arrancado del cuello en medio de la discusión que estábamos teniendo segundos antes.

— ¡No te lo voy a devolver!—Sicheng me gritó de vuelta estirando la mano lejos de mí para que no pudiera tomar mi collar, me sentí al borde de las lágrimas de la impotencia.

— Por favor, amor, devuélvemelo...—la voz me salió temblorosa.

— ¿Por qué es tan importante esta chingadera? Nunca te lo quitas y lo cuidas como si fuera un tesoro, ni siquiera es de oro, es sólo un pedazo de bisutería barata.—dijo haciendo una expresión de asco, como si el collar fuera un pedazo de basura.— ¿Quién te lo dio? ¿El coreano ese que vino a visitarte?—volteó a verme y comencé a temblar al ver el enojo en su mirada.— Te lo cogiste cuando yo no estaba, ¿verdad?—negué rápidamente.— Eres una maldita puta.

— Amor, no...—ya no pude contenerme más, las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas.— Sungchan es mi mejor amigo, sólo eso, te lo prometo.—traté de convencerlo con desesperación. Ojalá esa fuera la primera vez que Sicheng se ponía así pero para mi mala suerte ese no era el caso, cuando se mudó conmigo su verdadero ser salió a la luz, ya no era el tierno chico que conocí, no, ahora era un hombre celoso y posesivo que quería controlar todo lo que hacía.— Nosotros no...—Sicheng tomó mi mentón con fuerza, haciendo que dejara de hablar.

— No me mientas, María.—espetó con los dientes apretados y apretó el agarre en mi mandíbula, causándome dolor.— ¿Crees que no noté la manera en la que te miraba?

— Amor, me estás lastimando...—susurré entre llantos, había tenido comportamientos deplorables anteriormente como gritarme e insultarme pero nunca había llegado a lo físico... Hasta ese momento.

No dijo nada mientras me miraba fijamente, hizo un sonido con la boca y rodó los ojos soltándome bruscamente. Me alejé de él sobándome la mandíbula, no podía parar de llorar, estaba muy asustada de que algo peor pudiera suceder, ¿y si se atrevía a golpearme?

— Deja de llorar, maldita sea, estás haciendo que me duela la cabeza.—se frotó las sienes.— Ni te apreté tan fuerte, no seas chillona.—me miró con el ceño fruncido y me aventó el collar, el cual cayó a mis pies.— Ten tu maldito collar... Me pusiste de mal humor, voy a salir para relajarme.—fue lo último que dijo antes de salir del departamento.

Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y tomé mi collar, revisando que no se hubiera dañado, por suerte estaba intacto. Apreté los labios para contener un sollozo y cerré los ojos con fuerza tratando de tranquilizarme pero fue imposible, estaba demasiado alterada.

Caminé a la habitación y busqué entre mis cosas la carta de Jake que Seori me trajo cuando vino a visitarme, me senté en el piso junto a la cama y comencé a leerla, buscando confortarme con las palabras que Jake escribió, imaginándolo a mi lado mientras me las decía con una sonrisa en el rostro.




No sé cómo comenzar esto... ¡Hola! ¿Cómo estás? ¿Cómo te está yendo? Tu amigo Sungchan me contó un par de cosas, sobre tu nuevo trabajo y eso, ¿qué tal te tratan? ¿Es mejor que nuestro antiguo trabajo? Espero que sí.  

Gracias por la carta que me escribiste y gracias por preocuparte por mí, estoy muy bien, no voy a mentir, es un tanto difícil y cansado, a veces me duele mucho el cuerpo después de un entrenamiento pero solamente necesito descansar un rato y estoy como nuevo... Me hace feliz saber que te gustó el collar, lo vi en una tienda en una de mis salidas y al instante pensé en ti, lo compré diciéndome a mí mismo que de alguna manera tenía que hacértelo llegar para tu cumpleaños, por eso cuando vi que tu amigo iba a estar aquí aproveché la oportunidad. Por cierto, es un buen chico, creí que no me ayudaría pero fue muy bueno conmigo, se lo agradeceré siempre.

Fate | Jake SimWhere stories live. Discover now