Alana Delhi es una mujer hermosa, poderosa y perteneciente a una familia con los mejores genes y sangre más rara del mundo.
Se dice que los Delhi están super dotados por lo que nacen con un don especial por lo que Alana se puso en la tarea de busca...
Los ojos son la ventana del alma como también son un arma en el rostro equivocado
Alana Delhi
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La conciencia es algo con lo que despiertas hasta después de unos años de tu nacimiento. La de nosotros inicia desde el vientre.
Los Delhi somos especiales tanto que se mantuvo oculta entre el siglo V y el XV, en el año 476, ahora está claro que no es lo que era ahora y eso estaba más que confirmado.
Puede que tuviéramos que ver con la caída del imperio romano de Occidente. Final en 1492 donde le entregamos el lugar a un borracho perdido en el mar para poder irnos a otro lado.
— La brisa nocturna ¿es tan buena? — Una frazada interrumpe mi corazón, dejo de escuchar mis propios latidos para centrarme en aquel hombre de ojos azules.
— Lo es. — Me giro acariciando su pecho desnudo y húmedo, sonrio besando sus labios de forma corta pero apasionada, su mano baja a mi pierna y la alza pegándome a él y su erección. — ¿Emocionado?
— Le dije a mi esposa que iría a un viaje de trabajo. Nunca especifique cuál era o de qué se trataba. — Vuelve a besarme y jadeo cuando su lengua invade mi boca.
— Que raro en ti. — Me sube al balcón y me aferro al mármol cuando abre mis piernas sacando si erección que saboreo desde mi posición.
— ¿Me dejarás llevarte a la Bratva? — Me adentra haciéndome soltar un grito de placer, mi mano derecha se va a su espalda y la rasguño cuando sus embestidas se vuelven bruscas y rápidas. — Déjame hacerlo Alana.
— No lo creo — Suspiro llena de excitacion.
— Eres tan adictiva. — Jadea — ¿Por qué no puedo llevarte?
— Tienes esposa. — Me inclina sin soltar mi espalda y me embiste con más fuerza mostrandome su furia.
Mis paredes se contraen sintiendo cada delicioso centímetro de él. Su boca debora mis pezones sin compasión, la chispa recorre mi coño hasta subir por mi espina dorsal haciéndome estremecer.
— ¡AKIN! — Suelto un fuerte gemido haciendo mi cabeza hacia atrás, mis piernas o más bien yo tiemblo por todas partes, mis mejillas se calientan que solo puedo sonreír volviendo a recordar el día que lo conocí.
Akin estaba haciendo su ceremonia para ser UnderBoss cuando su padre aún estaba en el poder. Verlo lleno de sangre con un corazón en la mano me hizo apretar el árbol con fuerza provocando que el orgasmo casi me derribe.
Su semen me baña por completo mi interior, mi vagina comienza a escurrir, su boca ahora se junta con la mía sintiendo su poder sobre mi y mi cuerpo. Le otorgo el honor de sentirme como suya, como su propiedad y consuelo cuando pelea con su actual esposa.
