Dos colectivos y cuatro cuadras

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Dos colectivos y cuatro cuadras era lo que Felipe debía recorrer ahora y por el resto del año, después de ganar la beca en uno de los colegios más caros de Buenos aires.
si miraba atrás debía putearse a si mismo por haber aplicado ese examen, pero la insistencia de su padre lo había obligado y ahora,como una recompensa que todos veían excepto él, tenía que terminar su último año de secundaria en un colegio distinto, que le llevaba horas de viaje,con un uniforme que lo hacía sentir un pelotudo, extrañando a sus amigos y ajeno a todo ese barrio cheto del cual jamás se sentiría parte.

Pipe era pobre, más que pobre.
de ser por él hubiese dejado de estudiar hacía años, pero su papá insistía en que no sea como él, que estudie para ser alguien en la vida.
pisando calle de tierra ahora tenía que cuidar la camisa blanca y el pantalón gris, habían costado una fortuna y aunque para él todo era un circo sin sentido, valoraba el esfuerzo de su padre.

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El colegio era enorme, tenia una piscina olímpica, un mini estadio de rugby y salas de ajedrez, en dónde algunos alumnos jugaban mientras otros leían.
Una secretaria lo llevaba por el recorrido de las instalaciones, hablándole a él que en realidad se sentía más interesado por saber como iría el partido de River que por lo que ella decía.

-y está es la biblioteca, tenemos colecciones completas, antiguos tomos de enciclopedias y por allí están los trofeos de deletreo de todos los años de nuestros alumnos...

Los ojos desinteresados de Pipe pasaron por alto los eternos estantes de libros, las mesas iluminadas con pequeñas lamparas verdes y los mencionados trofeos y se posaron en un muchacho que estaba sentado en una de las mesas, rodeado de libros, escribiendo en un montón de hojas.

Se lo veia agotado, el cuello de su camisa abierto, no llevaba corbata y su cabello repleto de rulos estaba tan despeinado que parecía un dibujo animado. Sus ojos marrones bordeados de grandes ojeras estaban perdidos en las letras, ni siquiera se percató de la mirada penetrante y cautivada de Felipe.

-ese de ahi es Blas, es uno de los mejores promedios, es campeón de ajedrez, jugó contra colegios de todo el mundo-dijo la secretaria, siguiendo con la vista la dirección de la mirada del chico

-el ajedrez no es un juego, no debe haber nada más aburrido, seguro es un  presumido como todos en este colegio- comentó él, sin sacarle los ojos de encima al tal Blas.

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El primer día de escuela fue para el olvido, el colegio era tan grande que fue muy fácil perderse, sobre todo considerando que cada clase se dictaba en un salón distinto.

el retorno a casa fue algo vergonzoso, todos allí tenían autos o eran retirados por sus padres, él parecía ser el único que usaba el transporte público.

-¡ay mirala a la nena toda vestidita! ¿de dónde venis, Pipe? ¿un casamiento?-escuchó al pasar, los pibes del barrio no habían visto a alguien bien vestido en sus vidas

Entró a casa y el olor a comida le golpeó la nariz.
se sentó a la mesa y mientras su padre servía los platos no pudo dejar de pensar en Blas. era tan cheto, tan alto, tan...perfecto para esa escuela.

-sacate el uniforme,hijo, que mañana tenes que usarlo de nuevo

Pipe, viendo sus pensamientos perturbados, se sacó la camisa y comió en cuero; le contó como había estado el primer día a su padre y siguió pensando en ese chetito de rulos durante el resto de la noche.

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Un dia, pocos dias después de haber comenzado sus clases, decidió acercarse y hablarle, aprovechando que lo vio solo en los pasillos, aunque en realidad Blas estaba siempre solo, era el mejor promedio de la clase pero de popularidad no sabía nada.

-¿que es eso, amigo?- preguntó curioso viendo directo hacia la pequeña maqueta que Blas tenía en sus manos.

Blas, bastante más alto que él, lo miró como si esa hubiese sido la primera vez que se percataba de su presencia, y lo hizo de una forma tan particular que logró, sin saberlo, ganarse un enemigo para siempre: lo miró de arriba a abajo, con soberbia.

-es un diseño arquitectónico para la clase de...diseño arquitectónico, y no soy tu amigo

Pipe lo miró profundo.
Llevaba sus zapatos de cuero lustrados, casi parecian espejos, la ropa estaba impecable y planchada además de perfumada y el cabello estaba, ahora si, debidamente peinado.

Era un cheto total.

-¿y para que es esto?-preguntó, presionando con su dedo indice una de las pequeñas plateas del mini estadio, pues la maqueta era de la escuela.

Lo hundió tanto y tan fuerte que rompió una parte, arrastrando otra.

-¿porque hiciste eso? fue a propósito- dijo Blas, quien casi nunca alzaba la voz, estaba relajado a pesar de las circunstancias.

-fue sin querer, Blas-respondió él sonriendo amablemente, y con maldad por dentro.

Resultó ser que estaban juntos en clases de diseño, en dónde Blas recibió una buena nota de todos modos, aunque no la mejor como acostumbraba.

-para mañana van a tener que hacer un proyecto en conjunto, van a diseñar un establecimiento, un negocio, algo que brinde un servicio y paralelamente empleos, es en coparticipacion con las clases de economía así qué también tendrán que armar planillas de planificación presupuestal, y será en grupo de no más de tres-dijo el profesor, y volvió a tomar de su café sentado en el escritorio.

Los grupos comenzaron a armarse rápidamente, y a Blas se le acercó una chica con quien solia juntarse cuando los trabajos eran grupales, se trataba de Flor, una pelirroja aplicada y de buen promedio también, se podría decir que eran algo así como amigos.

-¿puedo estar con ustedes?- preguntó Pipe

La chica lo miró, de arriba a abajo también y luego miro a Blas esperando que él tome la decisión.
Blas dijo que si, sin demasiado entusiasmo, pues ya tenia un pequeño antecedente con Pipe y no estaba muy seguro, pero quería ser buen compañero.

-deberiamos ir a mi casa esta tarde después de clases, si les parece bien- dijo y tanto Flor como Pipe estuvieron de acuerdo, aunque él no tenía idea de como volvería a la suya después.

Las clases se siguieron una a otra, primero latín, luego algebra y por último historia antigua, y cuando el dia llegó a su fin, el trío salió junto dirigiéndose a la entrada, en donde a Blas. lo esperaba el chofer.

Subieron al auto y mientras el chofer manejaba, Pipe estaba alucinando ¿quién tenia chofer? ¿quién iba y venia a la escuela en un auto como ése? No podía creerlo, estaba entre fastidiado y tentado de risa, quizás también envidioso, pero no lo reconocería ni a si mismo.

Nenes bien: 𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐱 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐩𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora