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Era Jueves, Cellbit había volvió al país junto a Ari. Juntos fueron a casa de Roier a ver si Bagi y el se encontraban allí.
A: No creo que estén aquí, está todo muy silencioso.
Dijo Ari mientras entraban a la casa, Cellbit sabía que no estaban allí pero aún así busco pistas por toda la casa.
Encontró el teléfono de Roier en el piso de la habitación, lo agarró, pero se dio cuenta de que tenía clave.
C: Mierda, tiene clave.
A: ¿No te la sabes?.
C: No, nunca se la he pedido.
A: ¿Y ahora?.
Cellbit suspiro y bajo las escaleras para sentarse en el sillón, pensaba en que podía hacer y cada vez se preocupaba y angustiaba más por Bagi y Roier.
Mientras tanto Roier estaba acostado en el piso del sótano de Natalan, con hambre y sueño. Resulta que Natalan había descubierto el plan de Roier.
Este se enojó y dejo a Roier en el suelo, sin comida ni agua. Aún así Roier pensaba en como escapar.
El había encontrado una pequeña ventana, pero no cabía allí, así que tuvo que buscar como hacer para poder escapar.
Mientras pensaba los pasos de Natalan se escuchaban afuera, estaba hablando con alguien, Roier se paró y fue hacia la puerta a escuchar.
N: ¡Como que se escapó!, ¿acaso eres inútil?, despídete del dinero.
N: No se puede trabajar contigo, eres una decepción, no vuelvas a comunicarte conmigo, el trato acabo Quackity.
Roier se alejó de la puerta y volvió a su pequeño rincón, los pensamientos lo consumían.
¿Quien se escapó?, ¿porque hablo con Quackity?, ¿dinero?, ¿trato?. Roier pensaba hasta que fue interrumpido por el ruido de la puerta abriéndose.
N: Sabes que no me gustó lo que has hecho.
R: Lo se.
Le respondió Roier mientras daba vuelta la cara, para no verle la cara a Natalan. Aunque Natalan agarró la cara de Roier e hizo que lo miré.
N: Cellbit ha escapado, yo corro el riesgo de que el venga a buscar, así que tú no podrás quedarte aquí.
