S|| "Cuida tus espaldas Bill, porque en el espacio que dejaste, Tom y Hazel se acercaron más de lo que imaginabas, cambiando el curso de todo lo que creías seguro."
•Tom Kaulitz Fanfic
•La obra contiene lenguaje vulgar.
•Contenido +18.
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─Es un idiota.─ gruño una vez más, conteniendo las ganas de ir a golpearlo. Naomi me abraza.
─Tú también eres una idiota.─ murmura en mi oido con una pequeña risa. Me alejo de ella ofendida. ─¿Qué? Es la verdad. Mira que ponerte a decir que ese beso no fue nada, cuando ambas sabemos que fue todo.─
─No lo fue, y hasta él mismo se aseguró de dejárselo claro.─ muerdo mi labio, y aparto mi mirada. No llores, no llores.
─¿Por qué no vas y hablas con él?─ me sugiere, dándome ánimos. Niego, poniéndome de pie.
─No pienso hablarle.─ le digo, saliendo de la casa de campaña.
─Oh, vamos Hazel.─ Me detiene del brazo. ─Hazlo.─
─No lo hare. Resultaría raro que esté hablando con él, si no recuerdas esta Bill y Mia.─
─A la mierda con ellos.─ gruñe.
─Naomi, no insistas.─ la corto antes de que me diga otra de sus ideas. La escucho resoplar cuando me doy la vuelta y empiezo a alejarme.
(...)
─Hazel, ayúdame.─ sonrió, y estiro mis manos para tomar los cordones del bikini de mi amiga, y los amarro con fuerza.
─Listo.─ Se da la vuelta y me recorre con su mirada. ─¿Qué?─
─Nada, te ves muy radiante.─ me lanza un guiño.
─Cierra la boca.─ le pido, revisando que no se me vaya a salir algún pecho cuando este en el lago.
Salimos de la pequeña tienda que pusimos para nosotras, y caminamos hacia el lago, donde están los chicos esperándonos. Franchesca y Mia vienen detrás nuestro riendo.
─Chicas, dense prisa.─ nos grita Bill, corriendo hacia el agua.
─Genial.─ susurro, mordiendo mi labio. Escucho reir a Naomi. La ignoro y freno en la orilla. No me agradaba mucho la idea de meterme al agua, ya bastante había tenido con lo de hace rato en la otra parte.
─¡Ven aquí, Hazel!─ me grita Bill, desde unos metros más adentro. Aprieto mis labios, buscando alguna excusa para no ir.
─Anda linda, tu novio te espera─ volteo mi rostro, y encuentro a Tom a un costado mío. Ruedo los ojos, apartando mi mirada de él. Ríe.
─¿Cómo puedes hablarme después de lo que dijiste hace un rato?─ murmuro lo suficientemente bajo, para que las demás no escuchen.
─Porque puedo, y quiero.─ frunzo mis labios con molestia. ─Además, ¿Qué querías que dijera? Tú me heriste primero.─ toca su pecho.
