↳ El que sueña
se mezcla con el aire
— Georges Schehadé— Yo los vi besarse el otro día —de repente, la voz de Simón se hizo presente, todos se callaron, mirándolo.
Por un pequeño momento miraron a Simón, quien solo estaba recargado de codos en la mesa, después absolutamente todos desviaron su mirada a Julie, después al rostro de Enzo, poniéndolos a los dos nerviosos y, en peligro.
Silencio. Lo que habitaba al rededor de ellos era puro silencio, el corazón de Julie comenzó a acelerarse así robándole aire para respirar, causando que se le cerrara la garganta, ella se echó para atrás junto con la silla la cual resbaló para después Julie levantarse y salir del restaurante.
Todo era tan raro. Matías abrió un poco su boca separando sus labios, viendo lo que le habían causado a la chica, pero ahora no le tocaba a Matías ir tras ella, ahora era Enzo quien debía sentirse preocupado por ella, así que el joven miró al mayor con intensidad, llevó una pequeña mora a su boca, para después, negar. Dándole entender al mayor que no se iba a hacer cargo de ello, que ahora él tenía que seguirle los pasos a Julie, sin importar las circunstancias, no importaba si desde ese momento los chicos se daban cuenta del amorío que ellos estaban intentando tener.
Recalt solo quería poner a prueba a Enzo una vez más para saber si Julie lo merecía, y aunque todos los días sabía que era bueno él para ella, se preocupaba.
Enzo cerró sus ojos. No pensó más, se levantó para ir tras Julie y ayudarla a recuperar aire.
Fran miró con el ceño fruncido.
— ¿Pero que has hecho? Te dije que no dijeras nada boludo —Fran interrumpió el silencio cuando Enzo salió detrás de Julie.
Simón alzó sus hombros: — Boludo solo quería romperlo el hielo, pensé que me estabas tomando de joda... —los demás no decían nada, seguían igual.
— Ay che, yo también los vi besarse... justamente ayer... cuando iba a regresar por mi gorra... —ahora todos se giraron a pipe.
— ¿Es enserio? —cuestionó Rocco, haciéndose hacia adelante. Kuku y Santi se miraron, el de cabello dorado alzó sus hombros sin saber lo que pasaba.
— Entonces... ¿qué pasa con la apuesta? —cuestionó Kuku, mirando a Pipe y a Juani—, seguirá en pie, ¿chicos?
Matías frunció su ceño.
— ¿Han hecho una apuesta sin mi? —bajando la taza de té. Mirándolos casi fulminándolos.
Ellos se quedaron callados.
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Locos | Enzo Vogrincic
FanfictionUna persona puede ser tan bella como la luna y la poesía, Enzo lo es, incluso como la música.