You gave me all your love and all I gave you was goodbye

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Esteban fue perdiendo el shot de adrenalina que había adquirido al hablar con Francisco en cuanto se subió al ascensor.

—No me va a llamar, ¿no?— preguntó a Juani y Blas que lo miraban preocupados por su cambio de humor.

—Lo diste todo Kuku. Pero no me molestaría escuchar el contexto de porque le estabas comiendo la boca en el vestidor.

Esteban se puso rojo. —¿Como sabes eso?

—Así que si es verdad, pay up Blas.— dijo Juani mientras extendía la mano a un Blas que también estaba sonrojado. Blas rápidamente sacó un billete mientras refunfuñaba acerca de las apuestas y lo malas que son para el bienestar de uno. —Aparte era súper obvio.— continuó Juani. —Toda la sesión parecía que si el te pisaba el pie tú le ibas a pedir perdón a él.

—Y también escuchamos unos ruidos sospechosos.— aportó cuidadosamente Blas.

—Te escuchamos gemir, Kuku, no creo que te excitaras de lo mucho que que te gustaba la ropa de Ralph Lauren.— comentó Juani con la cabeza ladeada y una sonrisa picarona.

—Ay, porfa para. Te juro que lloro si sigues.

-No Kuku no llores, tu estabas sirviendo concha.-dijo Juani tranquilamente mientras salían del ascensor y caminaban hacia la calle.

-¿¡Sirviendo que!?-exclamó horrorizado el modelo.

—Juan esto es tu culpa, sabes que es un millennial, no puedes solo soltar esas cosas. Ahora hay que explicarle.—se lamentó Blas que apenas iba conociendo a Esteban y se apiadaba de su confusión.

—Ya, ya. Después le explicaré. Ahora, si queres la verdad querido Kuku, yo creo que el chico si te va a llamar. Parecía absolutamente encantado con vos.

—Las cosas terminaron mal entre nosotros y fue mi culpa. No quiero perderlo de nuevo.— dijo Esteban.

—Está bien, está bien. ¿Tal vez sea una historia que quieras contar en el bar donde nos está esperando Pipe?— preguntó el más bajo.

—Creo que voy a ir a mi departamento a llorar un rato. Mañana te llamo, ¿okay?, un gusto haberte conocido, Blas. Chao chicos.— se despidió Esteban mientras cruzaba la calle con la cabeza gacha.

—Está bien. ¡Cualquier cosa llámame! ¡Si quieres llevo helado a tu casa para ayudarte a lidiar con tus emociones!— gritó Juani mientras veía a Esteban alejarse cada vez más. Esteban le hizo una seña con la mano para indicarle que había escuchado y Juani y Blas siguieron su camino.

Kuku llegó en cuestión de minutos a su departamento. Se cambio de ropa, pidió una pizza grasosa y puso una comedia romántica que tenía pinta de acabar mal.

Así paso las siguientes dos horas con 39 minutos hasta que Juani lo llamo borracho.

—Kuku, ¿vos sabes que te quiero mucho?

—¿Juani? ¿Estás ebrio?

—Súpeeeeeer. Estoy en ese bar al que te gusta ir porque sirven ese trago raro que sabe a frutilla. Sabe horrible. ¿Como te metes eso en el cuerpo?, de todas maneras, estaba hablando con Blasito y vino esta chica a coquetearle. Y yo le dije ¡no, que va a salir contigo!, si Blas es un nene. O sea un nene que me saca 3 cabezas pero sigue siendo un nene...

Esteban se había levantado del sillón y fue rápidamente a cambiarse la ropa a algo más presentable, una remera que Hollister le había regalado en una de las campañas que hizo y unos jeans claros.

—Ajá, Juani, y ¿que está pasando ahora?— le preguntó al teléfono mientras se ponía los zapatos. El conocía a Juani y supo por las largas anécdotas que estaba contando y su tono de voz que el de rulos había pasado ya de su quinto trago.

A veces se sentía como el papá de su grupo de amigos, en realidad no era un papel que el odiase. Solo iría a recogerlos, los dejaría en sus casas sanos y salvos, y luego se volvería a sumir en su miseria.

—Y... Pipe te quiere saludar. ¡Oye, no me empujes, eh!— luego se escucho la voz arrastrada de Felipe. —Kuku, Kuki, ¿porque no viniste? Hace tiempo que no te veo.— exclamo el más joven con tristeza.

—Salimos la semana pasada Pipe, y estoy llendo a recogerlos, no te preocupes.— le contesto Esteban mientras agarraba sus llaves y salía por la puerta.

—¡Yay!-exclamó animado Pipe.-Esteban va a venir.— se escucho la respuesta entrecortada de Juani desde el otro lado de la línea y el murmullo de lo que parecía ser la voz de Blas.
—Llego en 5.— dijo Kuku al teléfono y colgó.

Afortunadamente, el bar estaba relativamente cerca de su casa, a solo 5 o 6 minutos caminando. Dice afortunadamente porque ya le había pasado a Kuku que sus amigos habían tratado de cruzar la pista una vez, completamente ebrios, ese día tuvieron que ir al hospital porque un Juani borracho le había gritado a un conductor: ¡aprende a manejar, pelotudo!, y el conductor había decidido que era una buena idea bajar de su auto y pelear con el chico de rulos y quien lo acompañaba, que en ese momento era un triste Pipe y un bailarín Agustín Pardella.
Esteban empujó la puerta de vidrio y entró al bar. De inmediato vio a sus amigos sentados en una mesa redonda casi al fondo del local. Esteban camino con seguridad hacia los jóvenes y se sentó con ellos, ya sabía cómo lidiar con la situación.

—¡Estebitan, viniste!— exclamo Pipe animado, abrazándolo con un brazo.

—Si, si aquí estoy.— Esteban le hizo un gesto al mesero y cuando esté se acercó le pidió amablemente 3 cafés.

—Esteban, estaba pensando.— dijo Blas que recién parecía reparar en su presencia y solo miraba el café que le había traído hace unos segundos el mesero. —Entiendo que las cosas son incómodas con tú ex pero creo que de verdad deberían intentarlo de nuevo.

—Estoy de acuerdo.— exclamo fervientemente Juani quien estaba a segundos de ponerse a cantar "Un siglo sin ti" de Chayanne. —Es qué hay algo en la forma en la que se miran...

—No se de que están hablando pero opinó que si.— intervino sencillamente Pipe que le había dado un sorbo largo a su café.

—Exacto, ¿ves? Pipe me entiende. —exclamo Juani con alegria.

—Entiendo chicos, no hay nada que yo quisiera más, pero todo depende de él. Fue mi culpa y no me gustaría nunca volver a lastimarlo así. Creó que les voy a pedir otro café.— le hizo un gesto al mesero para indicarle que quería tres más.

El joven acudió a la mesa para llevarse las tasas vacías y traerles unas nuevas.

Luego Blas volvio a tocar el tema, como si no lo hubieran dejado.

—Es que se miran bonito. Juro que cuando entré al estudio no había nadie más para ti que él.

—Si, bueno fue toda una sorpresa verlo ahí.

—Y, ¿como es el ex de Kuku? ¿Es lindo? Nunca lo he visto con nadie de manera romántica.— pregunto inocentemente Pipe que ya iba recobrando su sobriedad poco a poco.

—Mira.—dijo Juani mientras señalaba detrás de Esteban. —Es justo como ese chico de allá. Igualito. Oye Kuku, ¿tu ex tiene un gemelo?— preguntó Juani con inocencia.

Ay no. Esteban empezó a voltear con cuidado justo cuando sintió una mirada clavada en su espalda.

—¿Estebi?—preguntó en voz alta la bella voz de quien solo podía ser Fran.

El destino era un maldito sadico.

Yo quiero un mundo contigo (FranciscoxEsteban)Where stories live. Discover now