《Tú, my salvación》

Capítulo 23

Hana miraba por la ventana de su habitación, su hermano Boruto les había dicho a todos que se quedaran dentro de la casa mientras él reforzaba la barrera y creaba una alrededor de Konoha. La pequeña se estremeció cuando una sensación de incomodidad se instaló en ella al observar aquél árbol que tenían en el patio trasero, justo donde también había encontrado la caja que la había maldecido de alguna forma. Respiró profundo y se apartó de la ventana. Se recostó en la cama y se quedó dormida un rato después.

En la barra de la cocina, Haruto bebía un  vaso completo de agua, estaba nervioso pero no quería decirlo, mientras que Nagato se aseguraba de llevar algunos sellos bajo ropa. Haru y Hiro se encontraban en su habitación y Minato en la suya, mientras repasaba pequeños hechizos que su hermano Boruto le había confiado a él por ser muy responsable e inteligente. Por su parte Himawari, se había escabullido antes de que todos pudieran darse cuenta, pues había decidido ir en busca de sus amigas para llevarlas a su casa y que estuvieran protegidas.

Boruto no tuvo tiempo de darse cuenta, pues se estaba preparando para transportar a su padre y al señor Uchiha, mientras Iwabe se encargaba de reunir la energía que sería de apoyo en el proceso. El pelirrojo estaba tranquilo, pues había hecho dormir a sus padres y la casa estaba protegida, por lo que él podría luchar a lado del rubio. Sarada ayudaba a Hinata a preparar varias cosas pero aún así, no podía evitar estar nerviosa.

La mano de Boruto comenzó a arder, pero solo se limitó a apretar los dientes y seguir adelante con el ritual. Konoha ya estaba bloqueada, una barrera impenetrable para los espíritus impedía que estos salieran a otros lugares.

Más tarde, cuando Boruto logró traer a Sasuke y Naruto, se tomó un pequeño descanso mientras se recostaba y respiraba agitadamente sobre el suelo del dojo.

—¿Estás bien? —preguntó Iwabe, a lo que el rubio solo se limitó a asentir.

Naruto se acercó y se inclinó —¿Tus hermanos, Sarada y tu madre?

—Están bien, están en la casa.

Después de vomitar, Sasuke se acercó a ellos con un pálido semblante —Voy a regresar, tengo que ver a mi madre.

Naruto asintió y le ofreció algunos sellos al pelinegro.

Sasuske los aceptó con total naturalidad.

—Cuiden de Sarada —dijo antes de irse.

—¿No irás a verla? —preguntó el rubio.

—Aún no es el momento.

Boruto se incorporó  —Señor Uchiha… tenga cuidado, justo ahora ya deben haber algunas cosas en la calle.

—Si está bien —dijo antes de retirarse.

Naruto miró a su hijo y a Iwabe —supongo que irán afuera.

—Así es.

—Bien, iré a ver cómo están los demás y también saldré.

Boruto asintió.

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Después de prepararse, Iwabe recibió una llamada de Denki, lo cual se le hizo extraño. La voz desesperada de su antiguo amigo se oyó del otro lado del teléfono.

—Está bien Iwabe, creo que ahora comprendo que cosas te pasaban, aunque yo no he hecho nada hay algo afuera de mi habitación acechándome, es desagradable, es como insecto gigante con tres cabezas humanas, por dios vi como se comió a los vecinos!!! ¡Debes creer lo que te digo! ¡Estoy atrapado en el closet!

—Está bien, tranquilo, quédate callado y no hagas ruido ¿comprendes?

Boruto se acercó a él con el rostro serio y determinado y el pelirrojo entendió que pensaba ir ahí, pues Iwabe tenía activado el altavoz y Boruto había escuchado sobre la descripción de aquel demonio.