Don't cry

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Las palabras se resistían a abandonar sus labios, como si estuvieran atrapadas en una jaula invisible. Un torrente de emociones la inundaba: pesar, angustia, el fantasma de un posible duelo. Un nudo en la garganta le impedía expresarse, ahogando cualquier sonido que intentara escapar.

Sin embargo, su fuerte agarre en la muñeca de Sonic la mantenía anclada a una pequeña y frágil paz al alejarla momentáneamente del camino que solo conducía a la derrota. En el contacto de sus manos, encontraba un consuelo efímero, un refugio temporal en la tormenta que amenazaba con consumirla.

Frente a frente, en un ambiente impregnado de angustia y brisa fresca, sus destinos se entrelazaban de forma impredecible. Era cobarde por no mirarla a los ojos, y ella era tan paciente, observándola con esos destellos verdes que reflejaban la primavera. Era cobarde por no expresar sus turbulentos sentimientos, una amalgama de emociones tan opuestas y a la vez tan similares. Y ella era tan valiente, a punto de demostrar una vez más que su título de heroína no era solo un sobrenombre.

Era cobarde porque el tiempo se agotaba, había desaprovechado oportunidades, ignorando señales por su propia cobardía. Ahora, Sonic partía, arriesgando todo por el bien común, desviándose de su camino para adelantar el final de su viaje. Era cobarde, y ella era todo lo que su vida necesitaba.

Sus ojos apagados se posaron en el rostro de Sonic, entreabriendo la boca en un vano intento de expresar algo más allá de su abatimiento. Su agarre se suavizó, sin la intención de soltarla, porque sabía que hacerlo significaría perderlo todo.

No podía perderla, no quería hacerlo.

"Estaré bien", murmuró Sonic.

Las posibilidades de que no lo estuviera eran altas, y ella se negaba a creerlo. Era duro aceptar que esa tranquilizadora voz, que siempre le repetía «estaré bien» para animarla, tal vez no volvería a escucharla. Hoy, sus palabras no tenían efecto, ni siquiera con esa voz que consideraba tan dulce como una melodía.

"Mientes", respondió con voz temblorosa.

"¿Por qué habría de hacerlo?"

"Porque aunque no digas adiós, sé que estás aquí para despedirte".

El miedo a lo que podría ocurrir convertía sus palabras en un susurro apenas perceptible. Su fragilidad se manifestaba en su forma de hablar, frente a la presencia de la heroína. Ella, la erizo salvadora, acortó la distancia entre ambas, eliminando cualquier espacio. El cálido contacto de su mano en la cadera de Shadow quebró por completo su estabilidad.

"No quiero perderte".

"Eso no sucederá, me tendrás aquí muy pronto".

Con el corazón rebosante y la mente en agonía, Shadow se dispuso a creer una mentira piadosa que, muy pronto, destrozaría su alma como un duro concreto impactado por un despiadado martillo. Su lado más vulnerable ya no podía ocultarse, no cuando estaba a punto de enfrentar la ausencia de lo que pudo ser un futuro distinto.

"Lamento no habértelo dicho antes".

"Tranquila, me reconforta saberlo ahora".

La temblorosa mano que sostenía a Sonic de la muñeca se deslizó hacia su cadera, apretando involuntariamente sobre sus prendas. En respuesta, la heroína la acunó de la mejilla, mostrándole una sonrisa que se grabaría en su memoria como un recuerdo invaluable. Tan preciosa como una flor en primavera, tan inocente al no saber que el invierno llegaría, arrancando sus pétalos y su resplandeciente brillo. Y tan pronto como sus pensamientos la traicionaron, las lágrimas brotaron de sus ojos, compadeciéndose de la heroína.

"Shadow, te prometo volver, y cuando lo haga, estaré ansiosa por ser recibida entre tus brazos, anhelando permanecer contigo por eternos años".

Ella era la dulzura personificada, contagiando a todos con su esperanza. Shadow no quería creer, pero estaba dispuesta a meter las manos al fuego por ella, incluso si eso significaba extinguirse entre las llamas.

"Entonces procura regresar, porque aquí estaré esperando por ti".

No importaba lo que el destino deparara, prefería mantener la fe. Porque si algo había aprendido de Sonic, era que entregarle su confianza era lo mejor que podía hacer.

Fue en ese momento, en ese preciso instante, que el revoltijo de sus emociones comenzó a tomar forma, aclarando las cosas y su mente. No importaba qué, su confianza se le había sido entregada a Sonic desde hace mucho tiempo, entendiendo que no solo la estimaba. La quería. La necesitaba. La adoraba.

"Así será, Shad".

Dry Your Tears [SONADOW FEM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora