Capítulo 10

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Mason

—¿Eso es todo lo que pudiste averiguar?—digo mirando a la inservible que tengo al frente.

—Es todo lo que sé.

—El Central Park es como una ciudad, no fuiste capaz de obtener más detalles—le grito.

—Hubiese sospechado.

—Largo—vuelvo a gritarle.

Sale prácticamente corriendo.

Le envió un mensaje a Zack informándole y no tarda en venir.

—Tengo unos contactos en la estación de policía cerca de esa zona, puedo pedirles el favor que formen un perímetro y...

Habla mientras entra a mi oficina.

No lo dejo terminar.

—Zack, hasta cuando debo decirte que esto debe ser siempre bajo perfil, te recuerdo que tengo una imagen que mantener, un status social que representar y seguir con una reputación impecable.

—Pero el que va a estar ahí es Asher, no tú.

—Pareces imbécil. Asher contactaría a sus abogados, haría una denuncia y esto se haría público, aunque quisiera destruirle la vida a ese patán no puedo hacerlo de esa manera porque si él cae bajo el ojo público yo también caeré.

—¿Y si él lo hace público?

—Ya lo hubiese hecho, además, eso no nos convendría a ninguno de los dos, perderíamos credibilidad ante la sociedad, dinero y muchos contratos. Esta guerra es interna y de pocos soldados, ¿comprendes o te lo vuelvo a explicar? —digo hastiado.

—Ahora entiendo. Tenemos que ver en qué parte del parque estarán.

—No tenemos ni el lugar exacto ni la hora.

—Supongo que sería en un lugar discreto, tal vez podría ser bajo el puente, ahí casi nunca hay mucha gente.

Me quedo analizando.

—Por eso eres mi mano derecha—le dedico una sonrisa maligna—Pon a dos hombres que vigilen esa zona, antes de medianoche te haré saber las indicaciones, de todas maneras no estamos seguros de que sea ahí.

Asher probablemente sospechará que lo que va a suceder mañana proviene de mí, pero no va a tener las pruebas para poder confirmarlo, está desesperado, quiero buscar respuestas a todas sus preguntas, pero yo le quiero complicar el camino porque por su culpa nunca he obtenido lo que merezco y lo que por derecho me pertenece.

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Al día siguiente

Tengo uno de mis hombres vigilando en la empresa de Asher, está esperando que salga para así seguirlo y descubrir exactamente en dónde se reunirá, la verdad no me importa con quién se va a reunir porque tarde o temprano lo descubrirá todo pero mientras tanto quiero jugar un rato con él.

No puedo estar más feliz.

Enciendo el estéreo y empiezo a cantar.

—Señor, su almuerzo ya está servido—me avisa la sirvienta.

Yo no dejo de sonreír.

—Gracias—la empleada se sorprende por lo que le respondo porque soy una persona que no acostumbra a dar las gracias.

Me dirijo al comedor y empiezo a comer, cada que pasa un minuto reviso mi celular para esperar las buenas noticias.

Pasan varias horas y empieza a anochecer y me llega un mensaje.

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