Sólo es un Juego [Drarry/Harco]

XI

(...)

Era hoy, definitivamente hoy. El día más esperado hasta ahora de toda Europa. La primer prueba del Torneo de los Tres Magos.

Harry estaba muy asustado, por más que los dragones daban miedo, ése no era su mayor temor, era su jodida y maldita suerte, él se diferenciaba por no tener la mejor bendición de los magos y brujas cuando se trataba de peligro, él lo llamaba "Su enemies to lovers" porque dependía demasiado de su suerte, y tenía buena suerte hasta por los poros siempre y cuando no se tratara de que su vida esté en absoluto riesgo.

Pero ya no podía hacer nada, estaba en la jodida carpa, sentado en su jodida cama y esperando el jodido tiempo para que Dumbledore entrase por la abertura y diga quién va pasando a la prueba. No sabía qué había hecho mal en la vida para acabar en esta situación, jodidamente estúpido. Como todo lo que pasaba a su alrededor, primero Ron es un idiota, Hermione se cansó de los dos, todo el mundo lo odiaba por una asquerosa y estúpida mentira, tanto que un Slytherin de quinto año hizo unas asquerosas insignias mágicas que decía "Diggory gana" y si la presionabas cambiaba su texto a "Potter apesta". No iba a admitirlo, pero lloraba casi todos los días por todo lo que estaba ocurriendo cuando siquiera era su culpa, no sabía quién había puesto su nombre en el Cáliz, esperaba que fuera como Fred y George Weasley que sus nombres rebotaron inmediatamente echando a los gemelos en contra de su voluntad al suelo. No tenía ningún puto sentido que el Cáliz obedeciera a alguien presuntamente <<mayor>> y dejara que el nombre de Harry Potter, un asqueroso niño de catorce años entrara en uno de los objetos más valiosos para Hogwarts y las demás escuelas, éste hubiera detectado fácilmente que Harry NO era un casi adulto, apenas estaba entrando en su adolescencia, ¿cómo iba a sobrellevar un maldito dragón?

Había pensado seriamente en lo que le había dicho Draco en su momento, de usar un accio a su escoba para poder volar y probar a su suerte, aunque eso significara perder cualquier sentido de autoconservación que tuviera en su jodida cabeza y su mala salud mental, dado que derrotar a Voldemort a los doce por una estúpida Cámara oculta hacía más de 1200 años fue jodido, estuvo en rehabilitación mental y terapia constante por su estrés post-traumático durante demasiado tiempo. Y sí, seguía yendo a terapia porque la maldita señorita Miroul era una excelente terapeuta, más allá de que ese sea su trabajo, parecía que lo amaba, más de lo que podría amar a una persona, su trabajo era lo más preciado en su mundo porque bien se veía cuando preparaba el caliente té de hierba buena y frutos rojos cada tarde.
A decir verdad, le encantaban sus sesiones, era como abrirse con alguien sin miedo a ser juzgado. Como ya se dijo Harry no estaba pasando por el mejor momento de su vida específicamente, y Hermione aunque era una muy buena amiga no era de las mejor en consolar gente, de hecho ella siempre terminaba llorando mientras le decía a la otra persona que todo iba a estar bien.

La abertura se abrió dejando pasar a Dumbledore, el director de Armstrong y la directora de Beuxbatons, un par de periodistas, y la irritante Rita Skeeter, esa mujer era la clara referencia a molestia. Muy entrometida y decía cosas fuera de contexto para su propio beneficio.

- Buen día, alumnos. Como saben esta es la primera prueba del Torneo. Les deseo la mejor de las suertes. El Ministro Barty Crouch les dará a elegir su dragón. - Harry estaba más que angustiado, conociendo a su suerte era más probable de lo normal que le tocara el peor dragón de todos, y peor aún, morir en el intento tenía un rango muy alto en la lista de posibilidades de Harry.

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Pasaron todos los integrantes, primero Cedric, luego Krum, de anteúltima Fleur y él era el último, o sea que toda la atención que NO deseaba se fijara en él, y no iba a admitirlo, pero deseaba ser hasta un gusano antes de competir en esta estúpida prueba en este estúpido Torneo.