Ritual II: La historia comienza... ¿de nuevo? ©

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Debra

—¿De verdad que no podrás venir?

Eros volvía a negar con una suave sonrisa en sus labios con la que trataba de amenizar el golpe de la noticia.

—Pero tenía muchas ganas de ir contigo. —Me crucé de brazos mostrando un enojado puchero.

Aún no entendía cómo, pero las chicas y yo habíamos conseguido encontrar un hueco este fin de semana para quedar y salir un rato. Necesitábamos unirnos y disfrutar las unas de las otras como antes de que me marchara a Reino Unido, era por eso que habíamos decidido recuperar antiguas costumbres e ir a pasarlo bien al Rome este viernes.

Tenía muchísimas ganas de ir de fiesta con ellas y con Eros, a quien le di la noticia nada más confirmarlo con las demás, pero ahora me decía que no podría venir a causa de un contratiempo de última hora en asuntos de trabajo.

—Estrellita, —se sentó más cerca de mí y rodeó mis hombros con sus manos regalándome un abrazo —no te preocupes por mí. Piensa que estarás con tus amigas.

—Lo sé, pero yo…

—Estrellita, —me interrumpió para luego dejar un pequeño beso en mi cabeza —habéis pasado mucho tiempo separadas y os merecéis pasar un buen rato a solas, sólo vosotras cuatro, recuperar el tiempo perdido y poneros al día de muchas cosas que aún os quedan pendiente.

—Eros, y…

—Te prometo que la próxima vez nada me impedirá ir contigo y que puedas mostrarme ese lugar. ¿Hum?

Lo miré unos segundos. Su expresión era tan cálida y tierna… Me alegraba muchísimo de tenerlo conmigo.

—Está bien. —Accedí sin tener más opciones.

Nos quedamos unos minutos abrazados, unos cuantos antes de que mi móvil sonara avisándome de la llegada de un mensaje.

Rach🔥:

-¡Deeeeeeeeeeeeb!

Fruncí el ceño al leer ese extraño mensaje. Miré a Eros, él veía a la pantalla de mi teléfono con la misma expresión confundida que la mía. Nos miramos tratando de descifrarlo, pero un nuevo mensaje nos hizo ver de nuevo a la pantalla.

Rach🔥:

-¡Hades Rydenhat nos ha invitado este fin de semana a cenar a su casa!

-¡Ahhhhh! 😱

Mi primera reacción fue abrir mis ojos de par en par. Casi había olvidado por completo que Hades y los Cannagan se conocieron hacía unos meses. Fue suficiente ese mensaje de Rachel para que la duda de qué demonios hacía él acercándose a los Cannagan me asaltara nuevamente.

—¿Qué diablos se trae entre manos este idiota? —murmuré presionando mis manos alrededor del aparato.

—¿Ocurre algo, estrellita?

Me sobresalté de inmediato al oír la voz de Eros. Por un momento había olvidado que se encontraba a mi lado.

—No, nada, todo está bien. —Dirigí mi mirada una vez más al móvil al darme cuenta del ‘escribiendo’ por parte de Rachel.